Te conocí en Buenos Aires, bajo la sombra de los viejos edificios, con el canto de los aves a nuestro alrededor, la brisa de la lluvia mojando nuestros cuerpos y el destino acompañándonos.
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La primera fotografía que tome con esa vieja y desgastada cámara antigua fue el paisaje que se podía apreciar desde mi jardín.
Podría afirmar actualmente que es la foto más fea que he visto en toda mi vida, el ISO se ve saturado, esta mal enfocado, es un mal intento de un extreme long shot y parece que lo tomó un niño de cinco años.
Es la fotografía que más cariño le guardo, después de tomarla pase el resto del verano intentando crear obras de arte como las que se presentaban en los museos.
Desde los desgastados zapatos de mi abuela que se reusaba a tirar aún cuando tenía otros 10 pares más, las marcas que están en la puerta de la caribe roja que mostraban un desgaste, el cielo mal visto, los patos que cruzaban cerca de mi casa y que me genero una cicatriz pues en una ocasión intentando tomar uno pequeño la madre termino picoteando mi mano en forma de defensa.
A la semana mi abuelo condujo hasta la ciudad para inscribirme a un curso barato en el cual yo acudía una vez a la semana.
Rápidamente agarré un amor y obsesión profunda por la fotografía, realmente yo no destacaba en matemáticas, idiomas, escritura, danza, música, ciencias, dibujo o algún deporte y me atrevo a decir que realmente no tenía un talento innato con la cámara, fue una disciplina que fui perfeccionando poco a poco, con cuidado lime cada parte raspada y me tomé el tiempo y el esfuerzo de reforzar las áreas de oportunidad.
El primer accesorio que compré fue un par de filtros de mala calidad que me ayudaba a
Yo la mire aunque rápidamente volví a dirigir mi atención a lo que hacía.
-Si, desde adolescente lo hago. He trabajado en algunas bodas y graduaciones, pero nada grande.
La vista que daba la terraza del departamento erra terrible, un montón de edificios, los tendederos de ropa en el horizonte y un parque mal cuidado a la izquierda, pero con un buen conocimiento en el tema podías sacar imágenes realmente buenas.
-Eso es genial, con eso de que estudias derecho no creí que le hicieras al arte igual que yo- hablo la rubia que vestía con un horrendo mono de mezclilla y una blusa amarilla con margaritas.
-Estudios filosofía, no derecho Bia- expliqué con lo que ella me miro raro -La vista es una basura.
-No puedes esperar mucho por tan poca plata del alquiler.
Asentí con la cabeza, imaginaba que sí y di otra calada al cigarrillo que colgaba de mis dedos para después tirarlo al suelo y darle un par de pisoteadas.
-Mañana es lunes, si vos quieres puedes ir conmigo a la universidad para que conozcas el caminó- hablo Bianca, le di una sencilla sonrisa y asentí con la cabeza.
Me levanté como llevaba asiéndolo desde que llegué, por el ruido de la parlante que tenía Bianca con alguna canción de rock en español.
Literalmente ella era el chiste de "Pongan caifanes" a media fiesta.
