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La luz del sol acaricia mi rostro y mi cabello vuela con el viento, pronto tendré que levantarme de esta cama y comenzar con mi día en el hospital, pero antes de que alguien entre por esa puerta me decido a tomar un respiro y pensar en mi vida

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La luz del sol acaricia mi rostro y mi cabello vuela con el viento, pronto tendré que levantarme de esta cama y comenzar con mi día en el hospital, pero antes de que alguien entre por esa puerta me decido a tomar un respiro y pensar en mi vida.

Hay música de fondo y los cantos de los pájaros parándose con cuidado en la ventana me dan la bienvenida a un nuevo mundo, el desayuno esta siendo preparado; l osé porque hasta aquí me llega el olor de los huevos con tocino e imagino que jugo de naranja que tuvo que tomar Dalila al amanecer.

Las sabanas tienen pequeñas estrellas bordadas que hacen cosquillas, pero después de un largo rato el cuerpo se adapta, la tela es de franela por lo que son algo rasposas al tacto, pero te mantienen caliente dentro del pequeño ambiente creado.

Toso un poco fuerte y estornudo, no creí que mi cuerpo reaccionara tan mal a una simple noche con la ventana abierta por lo que supongo que empezare a vivir lo comienzos de un simple resfriado que me va a tirar un poco y faltare algunos días al hospital y a la escuela a ver a esos párvulos.

-¿Emilia?- escucho que llaman detrás de la puerta para después abrirla con cuidado y la mujer d brazos regordetes me de una amable sonrisa -Tomaras una gripe, te dije que cerraras la venta.

-Lo lamento, olvide hacerlo- respondí con la voz algo rasposa mientras me sentaba y ella simplemente negaba con la cabeza, no tardo mucho en traerme el desayuno hasta la cama para después irse a continuar con sus labores.

Mañana abra fiesta en el pueblo, estuvimos desde ayer haciendo buñuelos y terminamos hasta muy tarde, pasada las dos de la mañana y cuando entre a la habitación cai rendida en la cama como desde hace un tiempo había empezado a hacer.

Dormir con paz, sin quedarse hasta noche pensado o llorando, simplemente llegar a descansar sin pesadillas o algo malo, solo ser una persona normal.

Mi teléfono sonó y sin ver quien era respondí, llevaba algo de rato que ignoraba cualquier cosa que tuviera que ver con mi pasado, pero como si un poder superior me obligara, me lleve el celular hasta el oído.

-¿Emilia?- escuché un hombre al otro lado, una voz profunda y fuerte que yo ya conocí bien.

-¿Qué pasa?¿Porque me marcas?

-Marcaba para saber cuándo vuelve.

-Quizás en un par de meses más, apenas llevo uno y medio aquí.

-Emilia necesito que vuelvas.

-No tengo donde quedarme, Bianca dejo el departamento.

-Tienes un espacio en mi casa.

-¿Lo tengo? ¿Alguna vez lo tuve? - el se quedó en silencio, escuche su respiración algo molesta aunque imagino que melancólica. Había tolerado muchas faltas de respeto de su persona y realmente había llegado a un límite que no conocía.

ᴛᴇ ᴄᴏɴᴏᴄÍ ᴇɴ ʙᴜᴇɴᴏꜱ ᴀɪʀᴇꜱ.//ᴇꜱᴛᴇʙᴀɴ ᴋᴜᴋᴜʀɪᴄᴢᴋᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora