Parte 2.
Anciano: Perro viejo y tonto ¿Vos no te das cuenta que estas solo?
El anciano le grita furioso al perro que tiene enfrente mientras llora y tiembla ligeramente, el perro se limita a ladrar.
Anciano: Lárgate del maldito bote, lánzate al mar porque yo ya no te quiero ver.
Esteban Adolescente.
Camine solito por las calles de Buenos Aires fumando un cigarrillo a escondidas de mis padres, los chicos cool del bachillerato también lo hacían y me daba un pequeño sentimiento de parentesco con ellos.
Intente fingir la tos reseca que se instalo en mi pecho por el humo de la nicotina, acto que poco o nada funciono pues no evitar que la señal de mi inexperiencia se desprendiera de mis pulmones y provocara un enorme escandalo en la vereda escuchando como una señora se acercaba preocupada por mi ahogamiento.
Después de la vergüenza que había sufrido, mordiendo mis mejillas camine al teatro que estaba algo lejos de casa, normalmente debía de tomar el subterráneo para llegar hasta aquí pero hoy me había gastado esos pesos en la bolsa de caramelos que se escondía en mi desgastado bolso.
Entre al lugar saludando al chico que limpiaba el suelo y que me recordaba a mis inicios en mi primer empleo en aquel otro lugar.
Deje mi bolso en una de las butacas y me saco la campera, peine mi descolocado cabello castaño claro y me susurre a mi mismo las típicas palabras que me daban suerte.
Camine hasta el escenario donde esperaba con poca paciencia Mar, una profesora de teatro demasiado estricta y que poco o nada toleraba errores por parte de nosotros.
Saludé a mis compañeros de clase y seguí las indicaciones de "Ocupar el espacio" que realmente era caminar como boludo por todo el lugar.
Llevaba ya un año tomando este curso de teatro muy en contra de voluntad por parte de mi familia peor que aun así pagaban y me daban el dinero para transportarme hasta aquí.
Al finalizar el ensayo me senté con cuidado sobre las tablas del escenario flexionando mis piernas para calmar un poco el dolor que sentía en estas hasta que una compañera muy agradable llamada Jazmin se acercó a mi.
Ella tenía en las manos un par de tarjetas blancas acompañadas de una gran sonrisa.
-No me vas a creer, pero conseguí boletos para ver una obra en el teatro Colón.
-No te creo, no digas boludeces.
-Te lo juro, vamos a ir las chicas y yo ¿venis?
-Voy.
.
Veníamos caminando los cinco por la avenida, ya habíamos dejado atrás al obelisco y la suela de mis zapatos se sentía caliente debido al intenso y poderoso calor.
No era la primera vez que veía la facha del teatro Colon, era una vista muy recurrente en Buenos Aires, sin embargo, jamás en mi vida tuve la oportunidad de entrar y podía sentir cosquillas que me daban ganas de vomitar en el estómago.
Al llegar a la puerta, la líder del grupo entrego los boletos y al entrar unos nervios impresionantes nacieron en mi, todo era dorado y una pared roja estaba en el suelo.
Hermosos candelabros de cristal acompañado de un olor esquisto estaba en el aire.
Caminamos hasta el lugar donde se realizaría la obra, me senté en la butaca de terciopelo y mis lagrimas siendo cubiertas por la oscuridad y la intimidad que me brindaba el teatro Colón, me jure presentarme en escenario algún día.
Esteban adulto.
Mi hermana hablaba a través del teléfono, sonaba algo molesta y cansada platicando sobre una discusión que había tenido con mi padre por el negocio.
Yo me mordía los labios bastante nerviosos, no hallaba la forma en decirle que me estaba matriculando en la universidad para estudiar teatro y no derecho.
-Dale flaca, lo mejor es que lo tome tu o alguien más tomara el timón por ti.
Escuche su suspiro en la llamada y cambio de tema repentinamente para hablar sobre su novio de la semana.
-Flaquita debo de colgar, cuando me devuelva a casa podes contarme todo- le dije antes de cortar la llamada y terminar de firmar los papeles.
Era ya un hombre de diecinueve años bastante emocionado; si pudiera describirme en tres palabras sería como: contemporáneo, vivaz y artista.
Salude de forma alegre a la amable chica que estaba frente a mi y que con cuidado me explicaba la tira de materias.
Acepte, entre mis papeles y firme la hoja, total ya había pasado el examen de admisión y este hermoso lugar me daba la bienvenida a un futuro lleno de aspiraciones.
Imagino que a los treinta ya estaré trabajando como un actor reconocido en una enorme casa lejos de Buenos Aires y con una bonita esposa.
Termine con mi tramite y deseoso por explorar el mundo camine hasta una pequeña tienda de libros que estaba en la universidad, eran mucho más baratos que otras librerías, aunque la calidad de las hojas era bastante dudosa.
Tome uno, del cual ignore el titulado hasta llegar al bus.
" Las manos de Eurídice" se leía en su portada y un deseo indeciso por escribir mi propia obra nació.
Holaaaaaaaaaaaaa
¿Cómo están? Espero que bien.
El próximo cap que es el ultimo de este maraton especial lo van a amar, estoy segura de ellos :)
Estoy en instagram como meave.arantxa. (además soy muy activa ahí y a veces subo cositas del fanfic)
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Adioooooooos.
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ᴛᴇ ᴄᴏɴᴏᴄÍ ᴇɴ ʙᴜᴇɴᴏꜱ ᴀɪʀᴇꜱ.//ᴇꜱᴛᴇʙᴀɴ ᴋᴜᴋᴜʀɪᴄᴢᴋᴀ
FanfictionTe conocí en Buenos Aires, bajo la sombra de los viejos edificios, con el canto de los aves a nuestro alrededor, la brisa de la lluvia mojando nuestros cuerpos y el destino acompañándonos.