Te conocí en Buenos Aires, bajo la sombra de los viejos edificios, con el canto de los aves a nuestro alrededor, la brisa de la lluvia mojando nuestros cuerpos y el destino acompañándonos.
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Conocí a mi primer novio cuando entré a la carrera en Chile, era un chico de intercambio que tenía un acento exótico y bastante agradable al oído.
El estudiaba una licenciatura en composición musical y en esa ocasión estaba haciendo una maestría en música clásica barroca y era un par de años mayor que yo.
Nuestro romance duro apenas un año, que si bien fue corto también la palabra intenso podría definir por completo aquellos días, por las tardes solíamos ir a ur bar de música jazz que estaba cerca de la universidad, pedíamos algo de tomar y nos la pasábamos el día charlando y riendo.
Era agradable estar con él, en algunas ocasiones el caminaba por toda la ciudad cargando mi pesado equipo de fotografía y en otras yo madrugaba para asistir a alguna presentación suya.
Tenía el cabello un poco largo, de color negro, la piel aceituna y era mucho más alto que yo, con un aroma parecido al de la menta junto a colonia masculina.
Su nombre era E
-Profesor, ella es mi compañera de cuarto- escuché la chillona voz de Bianca.
Los ojos del rubio me escanearon con cuidado y me atrevo a decir que con un tinte muy sutil de altanería pues una de sus cejas estaba suavemente alzada, su barbilla alzada y la simple profundidad de su mirada.
-Hola- me interrumpió abruptamente.
-Usted no es de mi clase, no entiendo que hace aquí- hablo con una voz profunda y pude sentir la mirada de todos sobre mí.
Me sentí pequeña.
-Disculpe señorita pero le pido que se retire de mi clase- hablo el mayor mientras abría con tranquilidad la puerta.
Sintiendo una embargante emoción de vergüenza salí de la habitación con la mirada agachada, eso había sido humillante.
En el pasillo del edificio las pequeñas lagrimas comenzaron a correr por mis mejillas, pero rápidamente las limpie, escuché de nuevo la puerta ser abierta y Bianca estaba ahí parada mirándome con pena.
-Perdón, realmente no creí que se comportara así-
-No te preocupes, está bien.
Después de esperar por un rato más afuera salí con mi compañera de piso rubia, al momento en que paso cerca de nosotras el tal "Esteban" no pude evitar sentir un gran sentido de coraje.
Estaba sentida.
Caminamos hasta casa, en un silencio bastante incomodo y al llegar a nuestro departamento Bianca habló.
-Hoy voy a salir con algunas compañeras y compañeros.
-Me alegra por ti, diviértete.
-Quiero que vos me acompañes.
-No.
-Emi por favor, ya me disculpé y sé que fue vergonzoso, pero.
-No Bianca, no quiero ir y te pido que lo respetes.
Me abrochaba con cuidado las agujetas de mis zapatillas deportivas mientras la rubia acomodaba su vestido rosa frente a el espejo y terminaba por rizar a calor sus ebras doradas.
No puedo creer que ella hubiera ganado, después de insistir por lo que fue alrededor de una hora y media.
Mencionó que me quería presentar a un compañero de su clase que no recuerdo su nombre, pero iniciaba con M.
Alimentamos sl pequeño Cerati y salimos del piso rumbo a un bar que Bianca mencionó que era como el lugar especial de ellos.
Tomamos un taxi y después de darle la dirección del lugar escuché a la rubia por lo que tal vez fueron unos 20 minutos sobre la nueva serie de televisión que estaba viendo.
Al llegar entramos al lugar y un olor a tabaco nos dio la bienvenida, y al notar a un par de personas fumando dentro del establecimiento saque con cuidado de la bolsa de campera una cajetilla de cigarrillos y coloque uno entres mis labios para encenderlo y empezar a fumar sin mucha preocupación.
La rubia me llevo hasta una mesa donde estaban sentados un grupo de hombres y mujeres, que puede reconocer a algunos por haber visto con anterioridad en la clase de mi compañera como lo eran Juani, Blas o Sofia.
-Les presentó a Emilia, es mi amiga de piso- hablo con su aguda voz llamando la atención de todos y en su mayoría una sonrisa amigable si hacíamos una excepción al chico con un corte bastante peculiar y que el color era entre castaño y negro pero sobre todo, me miraba como si yo fuera basura.
Me senté en uno de los asientos del sofá y aprecié varios se paraban a bailar o a la barra.
-Emi, mira a esa chica de ahí- escuché la voz de Bianca.
Al voltear a donde me indicó me encontré con una joven asiática que miraba con atención a la rubia.
-Deberías de acercarte y hablarle.
-No creí que sea buena idea.
-Hazlo.
-Lo haré.
Bianca acomodó su vestido y camino de forma graciosa a la chica del vestido rojo.
Solté una simple cargada y al voltear a la izquierda miré a ese chico amigo de Bianca que parecía que quería asesinarme con la mirada.
-Hola- hablé
-No me hables- corto el un tanto agresivo ¿Cuál era su problema? -¿Tener un cigarrillo?-
Le entregué uno de mala forma junto a mi encendedor y no tardó mucho en tomar la primera calada.
Ambos mirábamos a la nada, ciertamente era bastante atractivo, aunque no se parecía en nada a el profesor de mi amiga que había conocido en la tarde.
Existía un extraño silencio incomodo que calaba los huesos.
-¿Queres bailar una canción?
-Dale flaco.
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Holaaaaaaa.
¿Cómo están? Espero que les gustara este pequeño y corto capitulo jejeje.
¿Qué creen que fue lo primero que pensó Esteban cuando vio a Emilia? ¿Les agrada Emilia? ¿hay algún personaje que hasta el momento les caiga mal? ¿Por qué todos amamos a Sofia Lara? ¿Cómo conocieron esta historia?
Me agrada bastante esta dinámica en donde inicio contando algún recuerdo de la protagonista para ser interrumpido por un dialogo de algún externo.
Siento que Emilia cuando vio a esteban fue muy geografía de Indios jajaja o amárrame de Mon Laferte.
Probablemente Emilia es oyente casual de Taylor good y fan de Lana del Rey.
