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Costumbres Argentinas.

No tengo miedo, tengo terror

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No tengo miedo, tengo terror.

Hay un terror que se escabulle por debajo de mi piel y que araña mi interior deseoso por salir a la luz y romper con lo poco que he construido. Me susurra al oído, por un segundo estoy dispuesta a aceptarla y esconderme en la cobardía de no afrontar los hechos.

Quiero huir de lo que me rodea, la fantasía de regresar al pasado me nubla el juicio y aprieta mi corazón provocando que me duela el pecho, sin embargo, el recuerdo del luto que viví hace unas noches donde guarde silencio y devoción a mis conocidos incluyendo la persona que alguna vez fui de manera dolorosa me hace despertar.

Después de la celebración, pase el resto del día empacando mis maletas; dejando algunas cosas que ya no necesitaba en este pequeño cuarto, como la campera rota de mi madre, unos viejos zapatos desgastados y la culpa que en su momento fueron mi amante más cercano.

Honestamente no me quiero ir, no me siento preparada para dar este paso y siento que necesito un par de disculpas y esas conversaciones de cierre, sin embargo, ¿Porqué espero algo que simplemente no va a pasar?

De nada sirve pensar en como fueron las cosas en otro universo, en otra vida, con otras palabras. Porque eso no existe, las cosas pasaron como pasaron, se dijo lo que se dijo y la realidad que estoy viviendo es la única que existe para mí. Simplemente no sirve buscar consuelo en algo que no existe.

-¿Sabes que siempre puedes volver? Esta es tu casita también- Me dijo la mujer dándome un ultimo abrazo antes de subirme al avión, igual que hace unos meses, sin embargo, soy otra persona o por lo menos quiero intentar ser una persona diferente, una más valiente, menos muerta.

Necesito regresar a Buenos Aires y por fin afrontar las cosas de las que he huido, es justo y necesario. Incluso podría vivir una vida mejor.

Fue un vuelo muy largo, al final las piernas las sentía todas entumecidas y la cabeza me punzaba, incluso sentía una sed embriagadora en toda la boca.

Lo primero que me recibió en Buenos Aires; fue un Sol abrazador que hacía arder la piel, acompañado de un aire cálido e incluso me atrevo a decir que ahogaba. Esto era raro tomando en cuenta la época del año en donde nos encontrábamos, pero simplemente lo ignore.

También las personas se veían diferente, nadie sabía de mí, todos lucían demasiado ensimismados en sus propios mundos donde lo único que compartíamos era la visión de las altas torres que se alzaban por las calles anunciado los nombres de marcas nacionales muy importantes.

Todo lucia tan conocido peor al mismo tiempo tan distante, aunque era una lejanía diferente a la que sentí en Chile, me atrevo a decir que el "extranjerismo" era cotidiano para mi vida y que formaba parte de mi identidad. Tal vez, mi peculiaridad era lo que me hacia formar parte de este lugar.

ᴛᴇ ᴄᴏɴᴏᴄÍ ᴇɴ ʙᴜᴇɴᴏꜱ ᴀɪʀᴇꜱ.//ᴇꜱᴛᴇʙᴀɴ ᴋᴜᴋᴜʀɪᴄᴢᴋᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora