Pov Enzo.
No soy un villano, soy consiente que podría parecerlo pero verdaderamente no lo soy, tampoco soy una clase de justiciero que le hace pagar a las malas personas. Soy un hombre como cualquiera, un hombre que ama y que a veces se desespera.
Miro a la rubia frente a mi que come de forma perezosa y sin muchas ganas sus huevos todos quemados y mal hechos, no me sorprendería mucho si al rato terminara enferma y tampoco me importaría verdaderamente.
-Para la próxima yo hago de comer, no te preocupes. le dije mientras fingía una sonrisa amable en mi rostro a lo que la mala agradecida de Bianca simplemente asintió con la cabeza, cada día era más insoportable pasar un solo segundo a su lado pero todo era necesario para poder tener lo que tanto quiero.
-¿Has sabido algo de Emilia?- pregunto ella de la nada a lo que yo negué con la cabeza, llevaba rato buscándola por todos lados, incluso me había "contentado" con mi prometida para ver si podía sacarle alguna información pero nada.
Había pequeñas piezas en este ajedrez que me faltaban o caían a la par que otras encajaban a la perfección en su lugar, como hacerla discutir con sus únicas redes de apoyo en Buenos Aires.
Ella verdaderamente no tardaría mucho en venir a la puerta rogando por un poco de amor y cuando viera a Bianca pasearse por aquí su corazón se terminaría de romper y sentiría lo mismo que yo sentí hace meses cuando se beso con mi primo.
La odio, con profundidad la odio y repudio, su nombre me provoca nauseas y su presencia me asquea, cada cosa de ella me parece desagradable, sin embargo había una necesidad en mi pecho por tenerla, poseerla y sentir que otra vez tenia el control, que otra vez seriamos feliz como antes de que esa perra se metiera con mi primo y arruinara todo.
Pensé que juntarme con su familia sería suficiente, pero al verla llorar y caer solo le dio luz verde a un deseo que yo no sabia que tenia, el deseo de verle sufrir y llorar, porque ella será feliz solo si esta conmigo.
-Estoy buscando pisos nuevos, dentro de poco no tendré que estar aquí y te pagare todo lo que te he echo gastar.
-No te preocupes Bianca, sabes muy bien que te aprecio y tu amistad e casa me hace sentir cálido.
Ella se removió incomoda en su asiento, Bianca no me quería y ni siquiera intentaba ocultarlo, pero verdaderamente no me importa.
Salí del edificio exasperado y camine hasta el centro de Buenos Aires, pasando por el obelisco hasta llegar a una casa que conozco bien, subí las escaleras y cuando llegue a la puerta deseada toque la madera.
-Esteban, amigo vengo a arreglar todo.
ESTÁS LEYENDO
ᴛᴇ ᴄᴏɴᴏᴄÍ ᴇɴ ʙᴜᴇɴᴏꜱ ᴀɪʀᴇꜱ.//ᴇꜱᴛᴇʙᴀɴ ᴋᴜᴋᴜʀɪᴄᴢᴋᴀ
FanfictionTe conocí en Buenos Aires, bajo la sombra de los viejos edificios, con el canto de los aves a nuestro alrededor, la brisa de la lluvia mojando nuestros cuerpos y el destino acompañándonos.