Las gafas perdidas

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Después de dos días en Menorca con su familia, Chiara llegó a Barcelona el lunes a primera hora de la mañana. Al día siguiente tenía que empezar los entrenamientos con el equipo para la temporada y no podía alargar más su visita.

Lo primero que hizo al entrar al taxi que le llevaría a casa, fue meterse en el artículo de la revista "Mundo Deportivo", que le hicieron el día de la presentación. A pesar de no contar con mucho tiempo, era un artículo bastante largo y completo. Sin embargo, su vista fue a parar a una foto suya junto con la periodista pelirroja que supuso le hicieron en un algún momento durante la entrevista. De manera automática, rebusco en su bolso y sacó las gafas de sol de Violeta. No sabía porque se las había guardado si era complicado volver a coincidir con ella para devolvérselas. Además, eran unas simples gafas, ¿por qué tanta molestia?.

Volvió a coger el móvil pero esta vez abrió el buscador e introdujo el nombre de aquella chica "Violeta Hódar, periodista deportiva". Le salieron múltiples artículos sobre la pelirroja y sus anteriores trabajos. Quedo bastante impresionada con que a su corta edad tuviese tanta trayectoria. Dejando a un lado aquello, abrió el apartado de imágenes y quedó impactada con la belleza de la chica. Además, descubrió su Instagram gracias a una fotos que aparecían de una sesión fotográfica. "Como la voy a seguir si no la conozco de nada loca", pensó la chica mientras apagaba el teléfono. Sin embargo, de su cabeza no podía apartar aquella cara que parecía tallada por los dioses, por lo que en un acto impulsivo, decidió hacer un cambio en su ruta:

-Disculpe, ¿le importa si cambiamos el destino?, me ha surgido un compromiso

-Sin problema

Al cabo de media hora, Chiara se presentó enfrente de la casa de Ruslana. Sabía que la noche anterior había salido de fiesta por lo que era probable que le encontrase durmiendo, ya que eran las 11. Llamó al telefonillo esperando a que la pelirroja abriese. Después de insistir dos veces más, Ruslana apareció en la puerta sorprendida de ver a Chiara allí

-¿Que haces aquí? Pensaba que irías directa a tu casa

-Ese era el plan, pero tengo que hablar contigo

-Pues amore, no creo que sea un buen momento...

En aquel momento, una chica rubia bajó por las escaleras ante la atenta mirada de Chiara y Ruslana. Las tres se quedaron mudas, pero sobretodo la invitada.

-Ostia, Chiara Oliver

-Buenos días

-Emm, bueno que... yo me voy Ruslana un placer eh... adiós

Chiara se apartó a un lado para dejar pasar a la rubia que parecía irse con bastante prisa. La morena miró a su amiga con incredulidad, para después soltar una carcajada y entrar dentro de la casa.

-No me juzgues, ya te aviso...

-¿yo? amiga eres libre de hacer lo que quieras, además que la chica era bastante mona. ¿Te la ligaste anoche?

-Digamos que el alcohol influyo un poco

Ambas amigas se sentaron finalmente en el sofá del salón de la casa entre risas después de contarle la anécdota de la noche.

-¿y que pasa?¿pasa algo con el club?¿alguna entrevista?

-más bien entrevistadora

-¿cómo?¿se ha filtrado algo?

Ruslana ya estaba poniendose bastante nerviosa al ver el nerviosismo de su amiga que no soltaba prenda de lo que estaba ocurriendo.

-No Rus, relajate. No es nada malo, creo

Fichaje de millones|KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora