Fichaje de millones|KIVI

Dejame ayudarte

Serían cerca de las cinco de la mañana cuando Denna y Ruslana decidieron irse a casa de la rubia a dormir. Sin embargo, Violeta se quedó un rato más con el resto para aprovechar la noche, a pesar del percance que tuvo con Chiara anteriormente, quería disfrutar de la fiesta con sus amigos. Cuando subió al reservado a buscar algo en su chaqueta, miró por encima a la multitud, notando que cada vez había menos gente. Sin embargo, antes de bajar las escaleras, se fijó en Chiara. Parecía que ninguna de sus compañeras de equipo estaba con ella y le preocupaba, ya que veía como bailaba algo desacompasada con una desconocida, que parecía reírse de la futbolista. Violeta no dudó ni un segundo y se dirigió hacia allí para asegurarse de la situación.

-Chiara- le dijo al verla de frente.

Al notar la mirada perdida de la chica, notó el estado de embriaguez de la jugadora y no le gustó ni un pelo.

-¿Y tu ahora que coño quieres?- dijo algo agresiva la morena.

-¿Chiara estás sola?- dijo mientras miraba a la rubia de detrás de reojo.

-¿Y a ti que te importa con quien este?- dijo encarándose a ella.

-Pues si me importa, y no estas bien, deberías irte a casa.

-Oye, ¿te importa? esta conmigo- dijo al chica de detrás.

-Tu mejor cállate y pírate. Y tu, ven conmigo- dijo Violeta arrastrándole por la pista hacia la barra.

-Victoria, ¿te importa que entre un momento a la despensa? Sólo cinco minutos- le dijo la pelirroja a su amiga la camarera, que vio la situación complicada que tenía la periodista.

-Pasa anda

La pelirroja arrastró a duras penas a Chiara hacia dentro que seguía poniendo resistencia e intentaba zafarse de Violeta a toda costa. Cuando Violeta por fin consiguió que entrase, cerró la puerta de golpe.

-¿Ahora me quieres secuestrar? Aclarate, o me dejas o me retienes Violeta- dijo la futbolista sin apenas vocalizar.

-¿Se puede saber que haces?¿Quieres salir en las revistas o qué? Mira como vas- le dijo Violeta regañándole.

-Tiene cojones que ahora te preocupes por mí...- dijo Chiara riendose mientras estaba apoyada en la pared.

-Escuchame una cosa, siempre lo he hecho- dijo la pelirroja acercándose a ella.

-Si claro, por eso te fuiste como te fuiste...

-Kiki, yo

-No me llames Kiki, ni se te ocurra- dijo levantando la mirada hacia la pelirroja.

-Chiara, nunca quise despedirme así ni que las cosas acabasen así- dijo Violeta intentando contenerse las ganas de llorar.

Chiara no podía mirarle con otros ojos que no fuesen rabia, pero Violeta sabía que detrás de ellos lo único que había era un alma rota, su alma gemela rota.

Violeta intentó sujetarle del brazo ya que notaba como estaba perdiendo el equilibrio poco a poco, pero Chiara lejos de dejarse, con su otra mano agarró fuerte el brazo de la pelirroja impidiendo que le tocase. Ambas se quedaron mirando aquel contacto que estaban teniendo por primera vez desde hacia meses, para después levantar sus miradas y volver a cruzarse con aquellos ojos. Lo único que se escuchaba era el barullo de fuera, ninguna hablaba, solo se miraban. Poco a poco, sus cuerpos cada vez estaban más cerca y con ello sus caras también. De un momento a otro, Chiara junto sus labios con los de la pelirroja, que recibió aquel beso sorprendida. Violeta, lejos de apartarse, profundizo aún más en el beso que tanto había ansiado, mientras agarraba la nuca de la morena para atraerla mas a ella. Sin embargo, la pelirroja volvió en sí y fue consciente de la situación en la que estaba y del estado de la morena, por lo que se separó rápidamente de ella.