(+18)
POV Chiara
No se en que momento pasó, solo se que el sabor de sus labios iba a ser mi nueva droga. Supongo que le tengo que dar las gracias al pequeño charco que había en el suelo que hizo que esta persona que tengo encima me esté comiendo la boca de esta manera. Nuestras lenguas jugaban a ver quien era la más fuerte y mis labios atrapaban los suyos como si fuesen lo mejor que había probado nunca. Nos separamos un momento para coger aire mientras nuestras frentes seguían juntas y una sonrisa tímida salía de nuestras bocas.
-¿Todo bien?- me atreví a preguntar
-Si- me dijo antes de volver a juntar nuestras bocas entre aquellos besos que indicaban las ganas que nos teníamos reservadas.
No sabía que parte de su cuerpo deseaba tocar antes. Era perfecta y le tenía encima de mí. Se incorporó un poco para ponerse más cómoda y mis manos fueron a parar a su trasero, que se movía al ritmo de su antojo y que yo tanto estaba disfrutando pero a la vez me hacía sufrir. Aquella pelirroja estaba acabando con la poca cordura que me quedaba y me tenía a su merced. Sus manos no paraban de tocarme el pecho, que subía y bajaba a una velocidad de infarto por el calentón que me estaba provocando aquella mujer. En un intento por no perder más la cordura, me incorporé con toda la fuerza que pude y Violeta quedó sentada encima de mi regazo, teniendo la distancia ideal para que mi boca se dirigiese a aquel cuello que tenía la anchura perfecta para que mis labios se perdiesen. Notaba como gemía en cuanto mi lengua noto el tacto de su cuello y me agarraba el pelo pidiendo más de mí.
Antes de iniciar mi ruta por su cuerpo, le quité como pude aquella camiseta de tirantes blanca y aquel sujetador de encaje que dejaba a relucir aquel pecho voluminoso, que se iba a convertir en mi nuevo destino favorito. Mientras que con una mano agarraba su nuca, con la otra amasaba el pecho el cual empecé a lamer y devorar como si llevase sin comer 3 días. Escuchar sus jadeos sólo hacia que mi ritmo aumentase y a veces frenase para hacerla sufrir un poco. Con una de sus manos, levantó mi cara para poder volver a besarme con aquella ferocidad que estaba descubriendo que tenía.
Rápidamente, se levantó, y tiró de mi brazo, llevándome hasta la pared más cercana del salón y empujarme contra ella, mientras su boca era ahora la que iba a recorrer mi cuello. Levantó la vista y os juro que aquella mirada me puso el doble de cachonda de lo que ya estaba en ese momento. Fugazmente, quitó la ropa que tenía empapada de mi torso y la tiró al suelo mientras que con la otra mano, masajeaba mis pechos. Bajó el sujetador, y su boca se depositó en uno de mis pezones y empezó a lamerlo y mordisquearlo, produciéndome un gemido gutural que llevaba sin sentir durante mucho tiempo. Esta chica iba a acabar conmigo y ella lo sabía.
-Dios mio Violeta- le susurré mientras seguía ocupada devorándome mis pechos
-Dime que quieres Chiara- me dijo cuando su mirada se volvió a cruzar con la mia
-A ti
Después de esa contestación, nuestras bocas se perdieron otra vez en una batalla de lenguas, labios y mordiscos. Tirando de fuerza, me la subí a horcajadas sobre mí y con ella encima, le puse sobre la isla de la cocina. Mientras nuestras bocas no se despegaban, mis manos intentaban deshacerse de aquel pantalón vaquero que me molestaba para todo lo que deseaba hacerle. Tirando de agilidad, el pantalón despareció y Violeta quedaba enfrente de mí con tan sólo un tanga rojo, que pronto desaparecería. Mi mano pasó suavemente por el exterior de la prenda, notando la humedad latente que su cuerpo estaba desprendiendo por la intensidad del momento.
-Madre mía Violeta, estás mojadísima- le dije al oído, notando como su piel se erizaba.
-Esto es culpa tuya cabrona, asique haz algo- me dijo con tono de suplica mientras miraba al techo.
Esas palabras me las tome al pie de la letra, y tan rápido como pude, le tumbe del todo encima de la isla, tirando todo lo que estaba en mi paso para que no molestase. Mis manos se dirigieron hacia su tanga haciendo que se deslizara por aquellas piernas kilométricas dejándolas caer en el suelo. Delante de mí, tenía el interior de Violeta a mi alcance y me fije en como con su mirada me daba permiso para llevarle al éxtasis. Subí sus piernas encima de mis hombros, y comencé a darle besos húmedos por el interior de sus muslos dejando un rastrero de besos que para ella estaban siendo eléctricos. Cuando sus jadeos y gemidos suplicaban su necesidad, mi boca se perdió en el interior de la pelirroja, notando como su cuerpo se arqueaba con mi presencia. Sus manos bajaron hacia mi cabeza suplicando que no parase. Lamía, succionaba y mordía aquel centro que parecía estar hecho para mí. Con una de mis manos, manoseaba sus pechos y con la otra, tocaba el punto exacto en el que sabía que tarde o temprano detonaría aquel orgasmo apunto de llegar. Y casi como si escuchase mis pensamientos, un gemido seguido de mi nombre me hizo saber que había alcanzado el clímax.
POV Violeta
Yo no se en que momento había comenzado esa locura. Sólo se que tenía a Chiara entre mis piernas y me acababa de hacer llegar a lo más alto de mi ser como por arte de magia. Esa chica de un momento a otro me había puesto todo patas arriba, y nunca mejor dicho. Cuando su cabeza salió de mi, la atraje para perderme en su boca y agradecerle aquello que me había hecho experimentar. Con las piernas aún temblorosas, intente bajarme de la isla y arrástrale escalera arriba hasta su habitación. Una vez allí, y mientras nuestras bocas y cuerpos no se separaban, le tire encima de aquel colchón que ya conocía de otra ocasión más calmada. Su mirada lasciva me revolucionó otra vez mi interior a pesar de lo que acababa de hacerme. Tan rápido como pude, me deshice de aquellos pantalones y me puse a cuatro patas encima de ella, observando aquella desnudez causante de mi locura.
Mi boca se volvió a perder en su cuello siguiendo aquel rastro de lunares, sin que quedase ninguno sin sentir mi lengua pasar. Mi boca bajó lentamente por las clavículas de Chiara y volvió a recorrer aquellos pezones duros y erectos que me indicaban el nivel de excitación que tenía. Aparte mi boca de sus pechos para poder mirarle a los ojos y ver en su mirada aquel deseo que transmitía con sus gemidos.
-Violeta como me mires así más tiempo me temo que me voy a correr en un suspiro -soltó por aquella boca jadeante
-En ese caso tendré que aprovechar y actuar antes de que eso pase ¿no? -le conteste mientras deslizaba mis manos por aquel cuerpo infinito que me estaba haciendo perder la cabeza.
Mi cuerpo a la par que mi boca y mis manos iban bajando poco a poco por aquel cuerpo escurridizo, llegando al borde de la cama donde me baje y me puse de rodillas atrayendo el cuerpo de Chiara mientras tiraba de sus piernas, hasta tener su centro a la misma altura que mi boca. Mirando otra vez hacia arriba, vi en sus ojos la mirada de auxilio que me estaba transmitiendo mientras se mordía el labio ansiosa de mi. Como una señal de aprobación, le devolví el favor que me había hecho minutos antes y devoré el interior de Chiara con una voracidad que hasta a mí me asusto el deseo que tenía de ella. A medida que gemía más y más, el ritmo de mi lengua aumentaba y disminuía, alternando la velocidad según lo que me pedía. Introduje un dedo en su interior mientras notaba como las paredes de su interior se contraían a un ritmo frenético, indicándome que su orgasmo estaba a punto de llegar. Mientras seguía absorbiendo cada rincónz de su interior, miré hacia arriba mientras veía a Chiara intentando respirar entre jadeo y jadeo, arqueando su cuerpo y gimiendo mi nombre, hasta que finalmente, cayó de lleno en el colchón tras aquel orgasmo que acababa de producirle y que me sabía a gloria.
Que soñeis bonito jeje
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Fichaje de millones|KIVI
FanfictionChiara es una de las mejores futbolistas del mundo y ficha por el Futbol Club Barcelona. Violeta es de las mejores periodistas deportivas en la actualidad y la destinan a Barcelona a cubrir las entrevistas de los partidos del club blaugrana