Ahora mismo me gustaría poder hablar con Bowie y preguntarle cómo lo hacía, porque yo no sé cómo confiar en Dios o en los hombres. Y, la verdad, voy a necesitar un milagro como mínimo para poder impresionar a este hombre.
Cuando el entrenador y las chicas del equipo acceden al gimnasio, yo ya estoy ahí. Al posar sus ojos sobre mí, LeBlanc tiene que recolocarse las gafas para asegurarse de que está viendo con claridad. Alza una mano para detenerme.
—Corazón, ¿qué estás haciendo aquí? Ya te dije que no puedes estar en mi equipo.
El resto de chicas se quedan mirando la escena, sin saber qué está pasando. Yo levanto la barbilla.
—Sí, dijo eso, pero no me dio la oportunidad de enseñarle lo que puedo hacer. Y con todo el respeto del mundo, señor, no importa cuantas fotos o artículos haya visto sobre mí, porque... Usted no me conoce.
Acto seguido, pongo mi música y empieza a sonar You Don't Know Me de Jax Jones. Sí, lo sé: muy extra. Pero cuando se trata de esto, hay que ir a lo grande o irse a casa, ¿verdad? Y yo no quiero irme a casa. Todavía no.
Empiezo a desplazarme por la estera, haciendo mi rutina. Empiezo con algunos pasos de baile al ritmo de la canción.
—Ammm, ¿qué crees que estás haciendo? —pregunta LeBlanc a lo lejos, como si me hubiera dado un golpe en la cabeza.
Yo prosigo con las acrobacias, haciendo un flic flac con fase de vuelo. Lo sigo con unos cuantos pasos de Hip Hop que Mac me enseñó en su día: a Coleman le encantaba cuando hacía eso, y espero que a LeBlanc también. Entonces corro a toda velocidad por la estera y realizo un mortal doble, clavando la salida. Sonriendo, vuelvo a bailar y lo voy intercalando con flic flacs y algún que otro grand jeté. Hago un poco de estilo libre y cuando la canción termina, extiendo una pierna en el aire y aguanto la posición.
El silencio pasa a ocupar la sala. Al cabo de unos segundos yo relajo la pose, carraspeando. Esto es bastante incómodo. No sé qué va a pasar ahora, pero necesito que digan algo. Que alguien diga algo, aunque sea Gertrude.
Tan despacio que resulta una tortura, LeBlanc anda en mi dirección. Trago saliva, irguiéndome aún más, si es que eso es posible. Él tiene los ojos entrecerrados y se cruza de brazos. Finalmente, cuestiona:
—¿Qué ha sido eso?
Me esfuerzo por mantener el tipo.
—Una rutina.
—Eso ya lo veo —contesta, bajándose las gafas sobre la nariz—. Me refiero a qué demonios estabas intentando.
—Sé que ha tenido una baja en su equipo —empiezo—, y necesita un reemplazo. Pues aquí estoy yo, dispuesta a llenar ese hueco, sea por el tiempo que sea.
—Por el tiempo que sea —repite él, como si no se creyera una palabra. Yo asiento con convicción—. ¿Y luego te irás, como si nada?
—Y luego me iré —confirmo.
LeBlanc se limita a contemplarme, su ceño levemente fruncido.
—Si te meto en el equipo, vas a tener que empezar de cero. No me importa el estatus que tengas o llegaras a tener. Vas a tener que trabajar igual que el resto, sudar igual que el resto y hacer todas las horas. Nada de humos subidos, y desde luego absolutamente nada de irrumpir en el gimnasio con frases que podrían estar sacadas de alguna serie cancelada de Netflix.
Asiento de nuevo, sonriente y menos ofendida de lo que cabría esperar.
—Entonces, ¿lo que le estoy oyendo decir es que estoy en el equipo?
![](https://img.wattpad.com/cover/356193300-288-k259052.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Infame
Teen FictionNOVA MASIPAG no es una buena persona. Sin embargo, sí es una de las gimnastas con más promesa de los Estados Unidos. Con su talento y ambición, iba en camino de las Olimpiadas. Pero cuando sufre un accidente en televisión nacional, Nova se ve obliga...