Venus
El barullo de la gente que pasa por la calle logra despertarme, eso y el sol que se asoma por la ventana chocando directo con mis ojos. Arrugo el ceño tratando de recordar dónde estoy y por qué no he amanecido en mi habitación. El sitio donde estoy parece el cuarto de un completo lunático. Hay dibujos de ojos por todas partes pegados con cinta adhesiva en la pared, lapices negros de carbon tirados por el suelo y hojas en blanco sobre el escritorio.
Cuando finalmente recuerdo la noche anterior, no puedo creer haberme dormido en la casa de un desconocido. Giro y lanzo mi mano a mi costado pero ese lado de la cama está vacío e incluso frío. No ha dormido conmigo. Me observo el cuerpo. Tengo la ropa puesta. Todo parece estar bien. ¿Dónde está él?
Observo su mesita de luz donde hay un reloj cuadrado que pone las 11:00 am. ¿En qué momento he dormido tanto? ¿Y por qué no me ha despertado? Refriego mi rostro olvidándome por completo del maquillaje que llevo encima y noto una pequeña tarjeta roja junto a la lámpara.
Exposición de arte
Invitado especial
Freddie Daniel Cook
Museo de las grandes artes
Domingo 19/02, 16:30 hs.
Ojeo la tarjeta. Daniel. No sabía que tenía un segundo nombre. Invitado especial. Tampoco sabía que era tan famoso. Domingo 19 de Febrero. Es hoy. Ahora entiendo porqué estaba tan empecinado en terminar ese cuadro. ¿Eso significa que va a exponer mi rostro frente a miles de desconocidos? No me lo había advertido. Antes de salir en su búsqueda, paso por el baño y tiro agua en mi cara. El maquillaje se ha corrido, la máscara de pestañas ahora está bajo mis ojos formando unas grandes ojeras negras como si fuera un bonito panda. Intento limpiar el desastre pero es imposible. Las dejo así y salgo. Camino por el pasillo y al llegar al living encuentro a Freddie dormido en su silla, envuelto en una graciosa bata amarilla y rodeado de cuadros de diferentes tamaños y pintura seca sobre sus brazos y rostro.
Se ha dormido sentado con el cigarrillo consumido en la mano y la botella semivacía de whisky a su lado. Sacudo la cabeza con una risa silenciosa. Me acerco hasta donde está, y no sé si despertarlo o simplemente deslizarme fuera de su vida tan fugazmente como entré. Mientras duerme su vulnerabilidad contrasta con su apariencia, parece un angelical niño rubio.
—Gracias por hacerme vivir una noche diferente —digo en un susurro. Sé que no me oirá.
Salgo por la puerta blanca y bajo las escaleras chocando con algunos jóvenes que de repente parecen salir de todas las esquinas. Una vez en la calle doy un gran bostezo y me dedico a buscar un taxi que me lleve a casa aunque pocas ganas tengo de estar allí. No quiero encerrarme otra vez pero sé que debo volver, no puedo quedarme en la calle para siempre ni vivir de bar en bar conociendo gente increíble. Por desgracia. La libertad desenfrenada que experimenté en Dragón Club me provoca ganas de ir a por más.
Me toma unos minutos conseguir un auto hasta que por fin estoy dentro de uno. Le indico al chófer mi dirección y comenzamos a andar. El vecindario de Freddie es bonito. Las casas aquí son lujosas aunque son pocas, en realidad está repleto de edificios nuevos y costosos con grandes ventanales que muestran grandes vistas de la ciudad y vistas al mar.. Mi casa no está lejos de aquí, pero no tiene nada que ver con este barrio. Al llegar, le entrego el dinero al hombre y se va sin decir palabra.
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Yo sin ti © ✔️
RomanceCOMPLETA. Freddie, un artista quebrantado por la vida, no tenía planeado enamorarse pero su extraña obsesión por los ojos de las personas lo encamina cada vez más hacia Venus, una joven con problemas de autoestima haciendo imposible cumplir su prome...