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Sofía ha estado insistiendo en que la acompañara al taller de poesía una vez más. Ese sitio no es un lugar al que me gusta ir pero sus insistencias logran convencerme. Además, podía encontrar a Freddie ahí ya que no ha contestado ninguno de mis mensajes en estos últimos días.
Después de lo que ha pasado entre nosotros no he tenido noticias de él.
Al llegar, mi amiga se lanza sobre Máximo y comienzan a charlar sobre lo que escribieron para el día de hoy. No quiero tener nada que ver con este encuentro de personas aburridas y desilusionadas de la vida ni ser obligada a pasar al frente a leer un poema de algún desquiciado enamorado. Salgo de la sala y me dirijo hasta el lugar donde encontré a Freddie dando clases de pintura la última vez, esa vez que me avergonzó frente a todo su alumnado. Pero al llegar me encuentro con una puerta cerrada.
Creí que estaría dando clases. Un hombre regordete con un bigote mostacho de color blanco pasa junto a mí barriendo el suelo con una escoba gigante y lo detengo apenas tengo la oportunidad.
—¿Has venido a la clase de arte?—pregunta antes de que yo diga algo—El tutor canceló todas las clases hasta nuevo aviso, pero puedes inscribirte con su suplente. Vendrá mañana, dicen.
¿Por qué canceló todas sus clases?
—Oh, gracias. No, esperaré que vuelva Frederick—respondo como si tomara clases allí.
—Lo entiendo. Las clases de ese joven son las más demandadas aquí. Todos lo quieren como profesor pero los lugares se agotan rápido.
—Eso parece.
—Fíjate en los carteles de la entrada la próxima vez. Adiós—se despide de mí, tapa sus oídos con los audífonos blancos que colgaban en su cuello y se va.
Rendida ante la posibilidad de dar con él y preguntarle a la cara por qué razón ha estado ignorando mis mensajes, le hecho una última mirada a la puerta y regreso arrastrando los pies al taller de poesía. Intento no llamar la atención del profesor ya que busca con la mirada a un posible lector y yo no quiero ser carnada. Finalmente un chico se ofrece y me acomodo junto a Sofía.
—Este es otro escrito de nuestro famoso "Rick". Curiosamente, son los que más llaman mi atención y no sé si es porque los firma cuando deberían ser anónimos o porque realmente son buenos—habla el profesor mientras el muchacho espera tieso con la hoja en la mano—¿Vos no serás Rick?
—No, profesor.
—Qué lástima. Bueno, lee.
—A ti, ante ti y contra ti. Desde ti, dentro y fuera de ti. Entre ti, hacia ti, para y por ti. Sin ti.
Los días pasan y no tengo noticias de él. No ha posteado en redes sociales, no ha colgado fotos en su blog ni siquiera un escrito. Tampoco me he animado a ir en su búsqueda a Dragon Club o incluso a su casa. No he parado de llenar su buzón de mensajes hasta que Sofi recomendó que no era buena idea seguir haciéndolo para no perder la poca dignidad que me quedaba. Pero creo que ha desaparecido de la tierra, o yo he desaparecido de la suya.
Me siento deshecha. Me siento desechada. Me siento usada. Así como mi madre me ha advertido desde que tengo noción. Una vez que obtienen lo que quieren, se van, decía. Por la noche, durante la cena, no podía quitar la vista del cuadro colgado sobre la cabeza de mi padre. La Venus de Milo. Siempre ha tenido algo que ha llamado mi completa atención pero jamás descubrí qué provocaba sensaciones extrañas en mí al verla. Mi padre me encuentra perdida en la pintura.
—El día que compré ese cuadro tu madre estaba enojada porque había perdido mi trabajo en la construcción.
—Mamá siempre está enojada—comento viendo a mi madre lavando ropa.
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Yo sin ti © ✔️
Lãng mạnCOMPLETA. Freddie, un artista quebrantado por la vida, no tenía planeado enamorarse pero su extraña obsesión por los ojos de las personas lo encamina cada vez más hacia Venus, una joven con problemas de autoestima haciendo imposible cumplir su prome...