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Hace días no tengo noticias de él.
El tiempo corre a dos kilómetros por hora haciendo que mis días sean larguísimos. Mis únicas actividades han sido ver películas de acción con mi padre, ayudar a mamá a lavar ropa, limpiar mi habitación y hablar por teléfono con Sofía. Sí, le he contado quién es su amado escritor y las cosas que hace a escondidas. Ella dice que así es él, que tiene esa maldita fama de no enamorarse ni comprometerse y aún así, no ha salido de mi mente en toda esta semana pero ahí se ha quedado, en mi cabeza, porque no se ha atrevido a enviar un mensaje de disculpa o tocar la puerta de casa para dar una explicación. Aunque tal vez espero demasiado de alguien que está acostumbrado a andar con cuánta mujer se le aparezca en frente.
Al menos puedo decir que el desayuno que ha preparado papá está delicioso y me alegra un poco la mañana. Siento su mirada mientras tomo un trago de su amargo y caliente café, pero no dice nada. Esquivo esa mirada que espera que hable y me detengo en el cuadro de La Venus de Milo que está justo arriba de su cabeza. Me levanto arrastrando la silla y lo volteo. No quiero verlo, si fuera por mí lo tiraría por la ventana haciendo que caiga directamente en el bote gigante de basura que hay enfrente. Mi padre carcajea ante mi acto. A mí no me da risa.
—¿Aún no se han arreglado?
—No.
—Yo creo que es cuestión de tiempo.
—Yo creo que no quiero hablar de él, papá. Me voy—digo tomando la última gota de la taza y planto un beso ruidoso en su mejilla.
He quedado por la tarde con Sofía y Máximo para ir al club de poesía. Finalmente han logrado captar mi atención y que me una a esos ritos melancólicos. ¿Será porque me rompieron el corazón? Dicen que las personas buscamos el arte y la poesía cuando estamos rotos, no antes. Escuchar poemas y escribir los míos es lo único que mantiene a Freddie fuera de mi cabeza, aunque a veces, cuando me encomendaba la tarea de escribir algo, él aparecía de repente como si nunca se hubiera ido de mi mente, como si siempre hubiera estado escondido en algún rinconcito.
La sala está más llena de lo normal. Enseguida noto que han venido personas nuevas ansiosas de escuchar un par de versos que le den sentido a la vida. Sofía y Máximo se acercan al frente para contarnos sobre lo que han estado trabajando esta semana, parece ser ingenioso e incluso romántico, yo, en cambio, tengo algo pero no creo que sea suficientemente bueno para desperdigar sobre los demás. No creo que sea digno de ser leído ni mucho menos contado. Cuando mis amigos terminan todos aplauden al unísono. Siendo sincera, no he prestado atención porque mi mirada ha estado todo el tiempo en un sujeto vestido completamente de negro, con su capucha puesta, en un rincón de la sala; estático, duro como una roca. Parece no respirar.
El profesor llama mi atención cuando pronuncia mi nombre y me sobresalto en el lugar. Estrujo el papel que sostengo entre las manos pensando si es buena idea compartir mi desnudez con todos aquellos desconocidos hambrientos de letras. El maestro vuelve a insistir amenazando con que no volverá a llamarme y diciendo que no es necesario que lea lo que he escrito y eso logra que me ponga de pie y me dirija al frente de esos rostros expectantes a la espera de que abra la boca. El silencio que se crea en la sala me abruma. Hojeo las letras manchadas con lágrimas plasmadas en la hoja, intento separar los labios para leer lo que tengo ante mí pero no puedo. No puedo dejar de mirar a ese sujeto de negro que habita en el rincón sin mover un solo músculo del cuerpo.
¿A qué ha venido? Ni siquiera podemos ver su cara. Remojo mis labios y leo.
—«No sé si las palabras que escupiste fueron ciertas pero se me clavaron en el pecho como dagas. No morí pero sé que sangré por dentro. ¿Por qué me hiciste ese daño? ¿Por qué apuntaste al alma? Ahora no puedes curarme. "Perdón" no es un medicamento. Llorar tampoco lo es.»
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Yo sin ti © ✔️
Roman d'amourCOMPLETA. Freddie, un artista quebrantado por la vida, no tenía planeado enamorarse pero su extraña obsesión por los ojos de las personas lo encamina cada vez más hacia Venus, una joven con problemas de autoestima haciendo imposible cumplir su prome...