Cuatro

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-¿Pepe?.- Dijo Alejandro del otro lado.- ¡ Qué haces con el teléfono de mi Judith?.- dijo algo molesto.

-¿Tu Judith? Es novia de Alvaro.

-Esos dos no son más que amigos, siempre andan engañando a los estúpidos, responderme ¿Qué haces con el teléfono de MI Judith?- hizo énfasis en "mi"

- No, ¿tu que haces llamándole a esta mocosa?

- Numero uno no le digas así y dos ¿qué verga te importa?.-

- Bueno te voy a colgar.

-No.. no..no.- dijo rápidamente.- ella y yo somos buenos amigos.

-¿Qué tanto?- pregunto curioso.

-Buenos amigos... Hasta ahí, ¿por qué tienes el teléfono de Judith?

-Estábamos en casa de Alvaro y tomo la chaqueta equivocada, mañana que la vea se la doy junto con su celular.

-¿Y por que la vas a ver mañana?.- 
- Por que soy su profesor de música.
-Aaaah.
-¿Es tu novia? ¿Y Daniela?
-Es pasado. Bueno nos vemos.
-¿Te vas?.
-Si, tengo que ir a ver a Judith.
-Okay, solo, no quiero sobrinos ¿quedó claro?
-Vete a la verga.- y colgó.

Pepe se quedo pensando el como dos de sus mejores amigos conocían a esta chica y él no. Más si era la hija de su jefe.

Alejandro emprendió su viaje a casa de Judith, cuando llegó pudo observar el mini-cooper estacionado fuera de la cochera, bajo de su auto rápidamente para no mojarse y fue hasta la puerta ahí tocó el timbre. Espero unos minutos y luego abrió,  se sorprendió al verla ya que nunca la había visto así,  llevaba una cola de caballo con el flequillo recojido, un "top" rosa que dejaba ver su abdomen, con unos leggins de juego marca nike y unos van negros, estaba sudada.
-¡Alejandro!.- se sorprendió al verle.- ¿Qué haces aquí?
-Vaya.- dijo pasando a la casa y tomándola de la cintura, disfrutando del contacto de sus manos con su piel.- que sexy te ves hoy.- se le acercó para besarle, pero esta lo esquivo y se soltó de su agarre.- hoy estas de mal humor.- comentó cerrando la puerta y acercándose al sofá donde ella se había sentado.
-Sabes que me molesta que me interrumpan cuando estoy haciendo ejercicio, pudiste llamar.
-Llame, pero tu celular lo tiene Pepe.
-¿Quién es ese?.-
-Tu maestro de música, olvidaste tu chaqueta en casa de Alvaro y se la dio a Pepe para que te la entregara mañana en clase.
-Genial. - bufó.- le voy a tener que hablar a ese imbécil.
-¿Te cae mal?.-
-Si, es un creído,  piensa que tiene la razón en todo.
-Es buena gente, solo es medio mamón.  ¿Por qué no me dejaste besarte?
-Por que ya te había dicho que no dejaría que eso se repitiera.
-Sabes que te encantó.
-Tu bien sabes la verdad, no va a volver a pasar punto final.
-¿Y Thomas?.- cambio el tema.
-De viaje.
-¿Vas a hacer fiesta?
-No se, perdí contacto con todos desde que... ya sabes.- agachó la cabeza. El se acercó a abrazarla, le levantó la cabeza tomándola del mentón con su dedo pulgar e indice y le robó un pequeño beso de los labios, uno inocente, haciéndola sonrojar.-¡Alejandro!.

-¿Qué? Nadie nos ve.- y le robó otro.

-Te dije que no lo hicieras.- se molestó

-Y yo te dije que no me importaba. Deja me hacerte feliz.- suplicó.

-Sabes la respuesta, te lo he dicho antes y es no. Por que se que volverás con Daniela, la amas, solo que te ciegas con pequeños caprichos. Ve y hazla feliz a ella, yo estoy bien.

-Nena.

-No me digas así, sabes que me remputa.

-Bueno, ¿Vas a hacer la fiesta? Yo puedo invitar a unos amigos.

¡Hey Judy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora