Treinta

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Todos los días siguientes de esa semana y la otra, Álvaro y Judith se emborrachaban y terminaban teniendo sexo, si no era en el sofá, en la habitación, o hasta en la cocina.

Para ellos no significaba nada el hacerlo, solo eran amigo, a parte que ya lo habían hecho varias veces antes.

Judith no asistía a la escuela de artes, y a la empresa de su padre iba de vez en cuando, pero no se quedaba mucho, ya que la oficina donde él estaba antes se convertiría en la de ella, pero no quería que estuviera igual, así que la remodelarian.

Sabía todo lo que tenia que hacer en ese puesto, estaba presente con la responsabilidad que se estaba llevando a los hombros con tan poca edad, pero Diego la ayudaría, el igual era heredero de la empresa de su padre y no le deseaba la muerte a el señor, solo que Diego sabe del campo y sabía que estaría dispuesto a ayudarle.

-Hola Álvaro, llegue.- mencionó colgando las llaves en la pared.

Se extrañó al escuchar dos voces, la cual una era de mujer.

-Estoy en la sala Judith. - caminó hasta ahí y efe ricamente estaba con una chica.- Hola chaparra. - la saludo él.- ella es Mónica, una amiga de tamaulipas, esta aquí en la CDMX por que la transfirieron para acá.
-Mucho gusto. - dijo Judith ofreciéndole la mano, Mónica le aceptó el saludo.-Judith Dion, músico frustrado y socia de TRMLAB. Jefa de este.
-El gusto es mio.
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Yo me dirigí a la cocina, quería darle su espacio a Álvaro, serví agua en un vaso y la tomé.
La chica se asomo por el hueco entre la cocina y la sala, tenia los ojos azules, cabello negro, unos labios rojos muy bonitos, la ceja exageradamente maquillada y un delineado de ojos casi perfecto.

-Más vale que te alejes de el.- relamió sus labios color carmín. - Álvaro fue mio una ves y lo será de nuevo.
-¿Qué? .- me tragué una carcajada.- él y yo no tenemos nada.
- Este lugar apesta a sexos y las botellas de alcohol que vi al llegar dicen mucho.
-Si tenemos sexo y ya, nada fuera de lo común, lo hacemos desde que tengo 19. Fue mi primera vez, somos amigos y ya, por mi quedate lo, solo no te metas en mis malditos asuntos.
-Pues yo creo que sientes algo más por él.
-Pues estás demente.
-No, sólo enamorada.
-Ajá claro.
-Judith.- escuche la voz de Álvaro. -¿Sí Al?
-Haz visto mi camisa la negra, con el lobo.
-Si, la deje en el baño, es que me la puse para dormir.- dije para molestar a la chica, Álvaro río y fue a buscar la camisa.
-Te lo advierto niña, dejalo en paz.
-Mira yo te lo advierto, le haces algo a mi amigo y esas malditas cejas horribles que tienes van a estar partidas a la mitad.

Tocaron la puerta.

-Judy. - escuche a Álvaro gritar.- ¿puedes abrir?
-Si
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Van dos semanas que Judy no viene a clase, su amigo Diego no me da razón de ella, Yayo y yo la hemos ido a buscar a su casa, pero no esta nunca.

Según los vecinos vino el sábado pasado, se llevó algunas cosas en unas cajas y no ha vuelto desde entonces.

Su padre murió y me preocupa demasiado que ella pueda llegar a hacer algo estúpido por eso.

Temo por su vida.

Termine la clase antes de lo normal y fui a casa de Álvaro, con todo esto no me ha dado tiempo de ir a visitarlo y llevarle cosas que puede necesitar.

Fui hasta como las 7 de la noche, ya que igual tenía que arreglar algunos pendientes sobre unas tocadas y salidas.

Toqué y fue algo muy raro, escuché como unos tacones se apresuraban a la puerta.

Cuando por fin se abrió la pude ver, después de tantos días, ella estaba frente a mi.

La abracé.

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BORRE EL CAP POR QUE NO SE QUÉ LE PASA A WATTPAD QUE ME MOVIÓ LA SECUENCIA DE LA HISTORIA >:C

Aquí de nuevo.

¡Hey Judy!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora