My dear Sputnik | Huening Kai

CAPITULO 16: la foto

Minhye

La hora de la comida está por concluir. Suelen darnos 40 minutos en la cafetería para comer algo y luego regresamos a nuestro salón de clases para seguir con las actividades del día. Soobin me invitó a sentarme junto a él durante el almuerzo y fue entonces que me di cuenta que en realidad Soobin y Huening Kai si son amigos; ellos dos más otros dos que no conozco y, por supuesto, Yeonjun.

Se siente extraño estar sentada entre puros chicos pues en mi anterior escuela no había ni uno solo pero es importante remarcar que para nada se siente incómodo... solo extraño. Aunque, bueno, en mi anterior escuela solo me sentaba con Hayun y nada más.

Hayun... cierto, aún no hemos hablado.

—¿Estás bien?— pregunta Soobin. — Ya casi nos vamos y aun no has tocado tu comida.

—Yah, déjala tranquila hyung. Recuerda que ella es modelo y debe hacer dietas— dijo el pelirrojo mientras me pasaba un pedazo de tarta de fresa y me guiñaba un ojo. —No debería comer tanto — guiñó su ojo varías veces más a tal punto que comencé a reír por sus ánimos al intentar hacerme comer también el postre.

—Gracias.— le dije y tomé entre mis manos el plato.—Por cierto, ¿puedes recordarme tu nombre otra vez, por favor?

—¡Por su puesto! Me llamo—

—¡¡Choi Beomgyu ven para acá!!—se escuchó que le gritaron desde el otro lado de la cafetería.

—Te dije que se daría cuenta— Yeonjun soltó una risita y siguió comiendo de su propia tarta de fresas.

—Ya te encontraron.

—Estás frito, hyung.

—Minhye, ayúdame a esconderme —pidió, pero antes de que siquiera pudiera moverme, la chica llegó hasta nosotros.

—¡¿Minhye?!— gritó por segunda vez. Yo me sorprendí tanto como ella pero traté de no exaltarme mucho pues Hayun ya estaba llamando mucho la atención en la cafetería.

—Así que por eso se me hacía familiar el nombre de KIS...

(...)

—Yah, ni siquiera un mensaje— respingó. —Sé que tu vida como modelo te mantiene ocupada pero no deberías distanciarte tanto de la gente.

Las clases finalmente concluyeron como se esperó. Después del encuentro con Hayun en la cafetería el timbre sonó y tuvimos que posponer nuestra plática para otro momento... como ahorita.

Tenía varios meses sin saber de ella e incluso llegué a pensar que habíamos dejado de ser amigas pero al verla hoy aquí y que nada haya cambiado entre nosotras, me hace sentir muy bien.

—Lo sé, lo sé. Lo siento — sonreí apenada. Hayun entrelazó su brazo con el mío y ambas comenzamos a caminar hacia las escaleras para finalmente salir de aquí.

—Bueno, ¿y ahora?

—¿Huh? ¿Qué tiene?

—¿Deberíamos ir a mi casa? Mamá me ha preguntado mucho por ti, está preocupada.

La señora Min fue mi nana cuando era pequeña; mis padres estaban ocupados la mayor parte del tiempo así que era ella quien cuidaba de mi. Es como mi segunda mamá.