CAPITULO 33: Lo$er

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Minhye

—Lo siento mucho Bahiyyih.—me disculpé apenas baje del auto. Hiyyih negó con la cabeza y sonrió.

—Está bien, no pasa nada Minhye. A veces... a veces esas cosas tienen que pasar — dirigió su mirada a Huening Kai quien durante todo el camino estuvo pensativo sin decir una sola palabra. —Los dejaré solos. Si ocupas algo no dudes en echar un grito y vendré enseguida. — se ofreció amable.



—Gracias.


Bahiyyih sonrió y a continuación entró a la casa junto a su hermana mayor Lea.


Huening Kai caminó algunos pasos pero al final solo se quedó parado frente a la puerta, mirando hacia la manija.



—¿Qué sucede?— pregunté.



Me acerqué hasta él y toqué ligeramente su hombro, éste se sobresaltó.



—No quiero entrar.— dijo bajo.



—¿Por qué?



—Mi papá...— sonrió triste y bajó su mirada al suelo. Después, me miró.— Ya sé lo que me espera. No quiero entrar, Minhye... no... no quiero hacerlo.




En ese momento recordé las palabras de Xiaoting y me arrepentí enormemente de no haberme regresado a jalarle el cabello por decir lo menos. Tomé suavemente la mano de Kai haciendo que él conectara sus ojos con los míos y le sonreí para animarlo un poco.



—Entonces no lo hagas. No entres. Vámonos. — lo jalé con dirección al portón principal para salir de la mansión.



—¿A dónde vamos?



Sonreí.


—Cuando me siento triste solo se cruza en mi mente un lugar especial.




Kai asintió y se dejó llevar. Ambos salimos de la casa de la familia Huening, tomamos un taxi y estuvimos en silencio durante todo el trayecto hacia ese lugar especial que tanto visito no sin antes, por supuesto, hacer una parada en la floristería. Compré rosas rojas.





Estando cerca de la ubicación establecida, le pedí al taxista que nos bajara en la entrada y así hizo. Quería pagar el pasaje pero Kai no me dejó.




Diferente a lo que otras personas hubieran hecho, Kai solo se limitó a seguirme sin hacer preguntas. Los pasillos estaban llenos de naturaleza, flores y los pájaros no dejaban de cantar, el viento también se sentía bien. El sol no molestaba... todo... todo estaba como debería de estar.



—Llegamos. — dejé las flores sobre la lápida y me senté en el suelo frente a ella. —Ven. — toqué el piso pidiéndole así a Kai que se sentara junto a mi y eso hizo. —Cuando me siento triste o abrumada vengo a visitar a Joohyun, mi prima.


Kai sonrió amable y dirigió su mirada hacia la lápida.


—Lo siento—dijo. — Creo que nunca te lo había dicho. Lamento mucho tu pérdida, Minhye.




Sonreí.



—Está bien Kai, gracias — sonreí y el pelinegro me sonrió de vuelta sin mostrar su linda dentadura. —No te conocía cuando sucedió así que no deberías sentirte mal por no darme las condolencias, sin embargo valoro de todo corazón tus palabras.  —suspiré.




—Gracias a ti, por traerme aquí. Debe ser un lugar con un significado invaluable para ti y aún así me trajiste.


Sonreí.



My dear Sputnik | Huening KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora