CAPITULO 1: perfecta

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Minhye

-¡¿Qué tú, qué?! —exclamé atragantándome en el intento.


-Lo siento mucho, Minhye. —dijo Hayun mientras me pasaba el vaso con agua— No sabía que mamá me cambiaría de escuela tan pronto.


-Pe-pero, ¿cómo-qué voy a hacer? Eres mi única amiga.


-¡Lo sé y realmente lo siento! Si hubiera alguna forma de cambiar las cosas lo haría, créeme que si. Pero ya intenté hablar con el director y me dijo que es mucha papelería la que se llevó a cabo y que no hay vuelta atrás.


Miré la taza de café algo triste mientras lo revolvía con una cuchara. Muchas cosas comenzaron a pasar por mi cabeza que al final me llevaron a una sola conclusión. Soy egoísta. Solo pienso en qué pasará conmigo y no en lo que le pasa a ella en la actualidad. Hayun no está cómoda en nuestra escuela y debo ser comprensiva.


-Lo siento si soy egoísta. - Hayun parecía sorprendida por lo que había dicho.


-No estás siendo egoísta, Min. —respondió.


-Claro que si, tú no te sientes cómoda en la escuela y yo te estoy pidiendo que te quedes solo porque estaré sola.

Se quedó mirando la taza de café frente a ella.

Creo que este es un adiós.


-Prometo que te iré a visitar los fines de semana - intentó sonar animada. - Y te llamaré todos los días al llegar del trabajo.


La miré.


-Con un mensaje es suficiente. - sonreí.




-Yo te arrastré conmigo a esta escuela y ahora soy la primera en escapar. Lo siento mucho, Min.—dijo después de estar en silencio por unos momentos.


Me levanté del asiento para abrazarla. Hayun se culpa por cosas de las cuales no tiene control, y eso ha sido así desde que éramos pequeñas. No quiero que esta situación la haga sentir así de nuevo.




-Deja de llorar, te vas a ver más fea de lo que estás - bromeé para hacerla sonreír lo cual logré.


-Si eres tú la que lo dice entonces dejaré de llorar inmediatamente. Si Bae Minhye, la modelo favorita de Corea me está diciendo que me veo fea al llorar, entonces ¡debe ser verdad! - ambas reímos.


¡Yah! Solo bromeo.


—Ya lo sé — me sacó la lengua e hice lo mismo de regreso.

Oye..

—Dime.

—¿Y como sigues de eso?

—¿De qué cosa?

—Las pesadillas. ¿Aún las tienes?

Asintió.

Cada noche.

—¿Y no será que haya sido porque viste alguna película de miedo o algo por el estilo?

—Nop, no me gustan las películas de terror.

—¿Suspenso?... ¿Zombies?

My dear Sputnik | Huening KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora