My dear Sputnik | Huening Kai

CAPITULO 31: segunda confesión

Minhye

—Muchas gracias Seonghwa.— sonreí y tomé el vaso de refresco que me estaba ofreciendo. El castaño sonrió complacido y a continuación se sentó al lado mío. Después, descansó su brazo en el respaldo de mi silla.

El otro día Bahiyyih estaba tan preocupada por los preparativos pendientes de la fiesta de su mejor amiga que terminé ofreciéndole mi ayuda. Algunos pensarán que fue una mala idea (por "algunos" me refiero a Soobin), sin embargo creo que es una buena oportunidad para conocer a la chica que está en el corazón de mi prometido.

Okay, admito que eso suena mal.

En fin, ya no le daré vueltas al asunto.

Le pedí a Seonghwa que me acompañara a la fiesta de cumpleaños ya que Soobin no pudo ser mi acompañante por unos asuntos importantes (¿...?). No tengo idea de cuales sean esos asuntos, sin embargo intuyo que están relacionados con una chica, pues de lo contrario, ¿cómo me explicaría que pasó toda la noche haciendo galletas "para un encargo" si en realidad él no sabe hornear?

No tiene sentido.

Seonghwa pasó por mi a la casa de Kai ya que no quería venirme en el mismo vehículo que los hermanos Huening. Espero que no se mal entienda, me agradan mucho las hermanas de Kai, pero...

Bueno, el chiste se explica solo, sobre todo cuando los cuatro nos dirigimos a la fiesta de cumpleaños de la novia de mi prometido.

Ajam.

Huening Kai cruza miradas con nosotros por accidente y rápidamente se levanta de la silla para ir a algún lugar dentro de la casa de la pelirroja.

—¿Todo bien, flor bella?— pregunta Seonghwa en voz baja.

Su pregunta me toma por sorpresa así que no hago nada más que asentir.

—¿Por qué?

—No, nada más — se encoge de hombros. — Has estado muy seria desde que llegamos, es todo.

—Oh, ¿es eso?— asiente. — No es nada, solo... solo cosas que vagan por mi cabeza, es todo.— sonreí.

—Ya veo...— voltea a verme se reojo y le da un trago al vaso de refresco. — ¿Tu prometido vaga por esa cabecita tuya también?

Volteo a verlo y sonrío algo triste. No necesito decir que si pues en este corto tiempo en el que nos hemos hecho amigos ha logrado conocerme a tal grado que ya sabe lo que pienso.

—Iré por algo de jugo, ya regreso.— me levanto de la silla y me dirijo hacia la cocina. Ya adentro logro visualizar a Kai, está discutiendo con su hermana mayor, Lea.

—¿No qué?— le pregunta la castaña a Kai.

—No lo sé.— le responde. — Esto... es muy confuso.

—¿Confuso? ¡Ja! Kai Kamal Huening, claramente sabes lo que sientes y déjame decirte que estás cometiendo un terrible error.— colocó ambas manos en su cintura, molesta. —¿Creíste que sería así de fácil? Pues déjame decirte que no es así.

—¡Basta! ¿Quieres? Déjame pensar — Kai se cruza de brazos y dirige su mirada hacia el techo, cierra los ojos y comienza a lamentarse en bajito.

—No tienes nada que pensar. Lo oí claramente el otro día.

—¿Qué?..