Lo que me pasa con ella

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- Yo... no quiero que me veas así.- intentó explicarse en un hilo de voz mientras escondía su rostro en el torso de la motrileña. Violeta negó con la cabeza.

- Entiendo que ahora no es el momento... pero te querré siempre, Kiki. Con cada una de tus cicatrices.

La rodeó aún más fuerte dejando un suave beso en su cabeza y acariciando su espalda con la yema de los dedos por encima de la tela. La pelinegra agradeció la comprensión de la andaluza y se acercó un poco más a sus labios para dejar un tierno beso antes de hablar.

- Te quiero.

***

- Entonces, ¿cuál es el plan?- Alex miraba a las chicas sentado en el sofá, expectante para saber cómo seguiría la tarde.

Él, Denna y Ruslana habían ido a casa de Chiara para hablar un poco sobre como tratar el tema de que cierta estuviera rondando también por la ciudad, probablemente buscando a Violeta.

- Quedarse encerradas desde luego no es una opción.- afirmó Denna.

- No tenemos ni idea de por qué está aquí, ¿verdad?- cuestinó la ucraniana mirando a la otra pelirroja. Violeta meneó la cabeza.

- Sabemos que ha venido a por Violeta, pero no entiendo por qué hasta aquí... ¿qué hay en Barcelona que no haya en Granada?- cuestionó la menorquina esta vez.

El silencio inundó la habitación con un aire de reflexión, ¿por qué a Barcelona? ¿Por qué no la había vuelto a perseguir por su ciudad? ¿Qué intenciones tenía? Las dudas se agolparon en la cabeza de la motrileña hasta que de un momento a otro algo de claridad apareció en su mente. Lo único que había allí que no estaba a su alcance en Granada era... 

- Chiara.- La andaluza abrió los ojos de par en par resolviendo su duda en voz alta.

- ¿Qué?- la morena dirigió su atención a la pelirroja.

- No me está buscando a mí... te está buscando a ti.

El ambiente en la sala se tensó cuando Violeta lanzó su inquietante revelación. Los ojos de la inglesa se ampliaron en una mezcla de sorpresa y miedo, mientras que Ruslana fruncía el ceño con furia contenida. Denna y Alex intercambiaron miradas cargadas de preocupación, haciéndose más conscientes de la gravedad de la situación.

- ¿Qué estás diciendo, Vio?- preguntó la pelinegra con la voz algo temblorosa mientras trataba de calmarse pasando su mano por su cuello. Aquello era lo último que esperaba oír.

- Natalia es de las personas más despiadadas que he conocido...- La mirada de la pelirroja se clavó en la de Chiara, transmitiendo una seriedad que pocos habían visto en ella antes.- la veo capaz de hacer cualquier cosa con tal de hacerme daño, y si se ha enterado de que te conocí y que nos estamos viendo, no me extrañaría que la tomase contigo para seguir perjudicándome a mí. Pensadlo,- esta vez se dirigió a todos.- si ha vendio hasta aquí, es porque te está buscando a ti, no a mí.

La respiración de la pelinegra se volvió superficial mientras procesaba las palabras de la granadina. La idea de ser el objetivo de la obsesión de alguien, especialmente de alguien tan peligroso como pintaban a Natalia, la llenaba de pavor. Se mordió el labio inferior con nerviosismo, sintiendo el peso de la situación cayendo sobre sus hombros.

- ¿Qué hacemos entonces? -preguntó Ruslana con cierto aire de rabia. Estaba molesta porque de un momento a otro el foco había pasado a su amiga, y no le hacía ninguna gracia que le salpicaran los problemas de la otra chica.

Denna miró a Violeta con una expresión sombría, reconociendo la validez de su teoría. Sabía que la ex de su amiga era capaz de cualquier cosa con tal de hacerle daño, y si ahora tenía a la británica en la mira, las cosas podrían volverse aún más caóticas.

Valium | KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora