Valium | KIVI

Huir no va a hacer que mejore

- Yo... yo también sé lo que es vivir en una relación desigual... No es exactamente lo mismo porque no era mi pareja, pero sé lo que es que te manipulen y hagan contigo lo que quieran. Cuando estás en esa posición a veces el cuerpo no reacciona. Así que te entiendo...

- Kiki...

- Es el motivo de las marcas, sí. Cuando no te queda nada más para callar el dolor aquí arriba...- se tocó la cabeza.- recurres a otro dolor... es el mismo motivo por el que no pude volver a escribirte antes... a decir verdad es el motivo de todo lo malo que me ha pasado.- se rió con ironía.

La de Granada cogió las manos de la morena y las llevó junto a las suyas hasta su cara, haciendo que sus ojos conectaran, ambos llenos de lágrimas.

- Pero... qué clase de desgraciado te ha podido hacer eso a ti...

- Mi padre.

*

El silencio inundó la habitación cuando Chiara acabó la frase, haciendo que solo se escuchara el suspiro de sus respiraciones. Intentó ocultarse entre las manos de la motrileña pero esta se lo impidió, levantándole delicadamente el mentón.

- Chiara...- su tono era aún más serio.- ¿puedes...? ¿Quieres contarme qué pasó?

La pelinegra no pudo contener su llanto cuando las palabras de Violeta desaparecieron entre las paredes de su salón. Pese a que se había jurado a sí misma que todo eso ya estaba superado, simplemente pensar en él hacía que algo se revolviera en su interior.

Los gritos, las amenazas, las noches sin dormir por culpa de los golpes y el llanto ahogado de su madre... su corazón empezó a latir con fuerza recordando la angustia que sintió entonces.

La pelirroja simplemente la abrazó con fuerza dejando un suave beso en su mejilla y permitiendo que la menorquina liberara cada una de las emociones que se agolpaban en su pecho. Ella misma sabía lo doloroso que era revivir los momentos duros mentalmente y el nudo que se formaba en la garganta cuando tratabas de expresarlos para dejarlos atrás. No siempre es fácil soltar.

- No tiene por qué ser ahora... pero estaré encantada de escucharte y acompañarte en esto, Kiki. Te quiero.

La morena asintió apretándose contra el cuello de la andaluza y liberó hasta la última de las lágrimas antes de separarse de su chica.

- Creo... creo que necesito desconectar...

- Ha sido un día demasiado intenso para las dos, ¿vamos a la cama? Nos vendrá bien dormir.

- No quiero dormir... quiero olvidarme de todo... quiero dejar se sentirme así.

Chiara se acercó al cuello de la chica dejando un mordisco que hizo que la piel de la pelirroja se erizara. Continuó dejando besos húmedos en su clavícula y se acercó lentamente a su oído para susurrar.

- Ayúdame a quitarme esta angustia del pecho...

- Kiki...- Violeta suspiró tratando de apartarse sin mucho esfuerzo de la boca de la morena. Era contradictorio, porque por una parte deseaba como siempre aquel contacto, pero la motivación tras él solo la hizo sentirse asqueada. No podía permitirlo.- Kiki, para.

- Vio... por favor.- volvió a acercar sus labios recibiendo un empujón por parte de la de Granada.

- No.- la voz de la andaluza fue mucho más cortante.- No voy a permitir que ahogues tus penas en sexo, mucho menos que me utilices a mí como un juguete.

- ¡Joder!- gritó mientras notaba como sus ojos se llenaban de nuevo de lágrimas, agrandando el nudo de su garganta. Levantó la cabeza dejando que las gotas cayeran por sus mejillas y volvió a dirigir la mirada a la pelirroja.- Dios, Vivi, lo siento... lo siento mucho...