Valium | KIVI

Nunca tuve nada tan claro

- Te prometo que si eso sucede me encargo de darme la patada a mí misma.- la vaciló acercándola un poco para rodearla con sus brazos en señal de agradecimiento.

- Eso era todo lo que necesitaba escuchar su señoría. Ahora, ¿te parece si volvemos con el resto antes de que la conversación derive en un tercer grado sobre qué hacemos aquí?- propuso la ucraniana con una muestra divertida.

Violeta asintió con una sonrisa y dejó que Ruslana se adelantara hacia la puerta. Antes de seguirla para salir de la habitación, la andaluza detuvo a la otra pelirroja con una palabra.

- Rus.- llamó, haciendo que la nombrada se girara para volver a mirarla.- Gracias.

***

La tarde de aquel día fue extraña. El grupo se quedó en casa de Alex tratando de subir los ánimos y supliendo el ambiente festivo del Primavera Sound con algunas cervezas y música. Violeta y Chiara, en cambio, prefirieron irse a descansar a solas para borrar el tinte amargo con el que se había teñido la tarde tras el encuentro con Natalia.

- Oye, Kiki.- la morena dejó las llaves en el recipiente del recibidor y la miró con intriga.- Rus es realmente muy buena amiga... sin ella no sé qué habría sido de mí hoy.

Chiara sonrió al escuchar aquellas palabras y se acercó a la pelirroja para dejar un tierno beso en su frente. Sabía que Ruslana no era santo de su devoción hasta hace poco, y aunque el motivo no fuera el más apropiado, se alegraba de que la tensión entre las dos se estuviera calmado.

- Sí que lo es... es lo mejor que tengo.- Violeta la miró frunciendo el ceño esperando que rectificara.- ¡No me mires así, son amores diferentes! Es como si te hiciera elegir entre Denna y yo.

- Uff... ¡Metralleta!- la andaluza levantó su mano en forma de pistola y se la llevó a la cabeza mientras se reía. La inglesa soltó una leve carcajada y abrazó con fuerza a la de Granada, notando su cuerpo mucho más relajado y calmado que antes.

- ¿Estás mejor?- preguntó.

- Sí... teneros cerca hace que me sienta más fuerte.

- Te prometo que ya no vas a necesitar ser fuerte.- afirmó apretando su agarre.- A partir de ahora tienes a la mejor guardaespaldas del planeta.

Chiara levantó uno de sus brazos tratando de mostrar el poco músculo que había con una cara llena de orgullo, mientras que Violeta sonreía y se mordía el labio ante la ocurrencia. Quizás no fuera la mujer más fuerte del mundo, pero sin duda alguna aquella inglesa tenía todo lo que necesitaba para sentirse segura.

- Anda guarda el arma que aún te detienen por exceso de erotismo.- bajó el brazo de la pelinegra acariciándolo con su mano y la acercó un poco para dejar un suave beso en sus labios.- Con tenerte así de cerquita me basta para poder con todo.

La granadina se quedó provocativa a escasos centímetros de la boca de Chiara haciendo que esta se sonrojara y fuera incapaz de mantenerle la mirada. A la morena le sorprendió lo pequeña que se sintió ante los atentos ojos de la pelirroja, y tuvo que apartar un poco su rostro para disimular el rojo de sus mejillas. Violeta arqueó una ceja.

- Anda tonta, ¿por qué te da vergüenza conmigo a estas alturas...?- cogió con dulzura la cara de la chica y volvió a enfrentarla con la suya haciendo que sus labios se rozaran.

La menorquina sintió que el ardor de su rostro crecía en intensidad y su atención se perdió en los labios de la andaluza, que brillaban tentándola a que los besara de nuevo. Cuando estaban a punto de volver a unir sus bocas, la británica volvió a separarse un poco, fijando su mirada en los ojos de la motrileña, como si acabase de tener una idea.