Cóctel de caos

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- ¿Y tú cómo sabes todo eso?- Alex, que seguía perdido en la conversación lanzó la pregunta al aire.

Alba suspiró con cierta rabia. No parecía tener ganas de dar demasiada información, pero se había prometido a sí misma ayudar a Violeta, así que simplemente lo soltó.

- Pues porque yo también estoy metida en eso...

***

Para el medio día la casa de Chiara se había despejado por completo. Alba había prometido llamarlas si conseguía algo más de información con respecto al plan de Natalia, aún a sabiendas de que estaba poniendo en peligro su propia vida y su puesto en la organización. Algo la empujaba a actuar de forma temeraria y aunque ninguno entendía realmente por qué, se lo agradecieron sin hacer más preguntas.

Violeta se tumbó en el sofá abatida mientras se llevaba ambas manos a la cabeza tratando de encajar la intensidad de la mañana. La menorquina, sin preguntar, llevó un vaso de agua fría y lo colocó en la mesa baja del salón, apoyando la otra mano en la pierna de la motrileña.

- Supongo que el plan del día va a ser peli y manta... sin mantas, que nos morimos de calor.- sonrió con recelo observando la expresión preocupada de su chica.

- Kiki, siento muchísimo haberte metido en todo esto...

- Vivi,- clavó con seriedad su mirada en la de Granada.- ninguna lo ha elegido... no tienes la culpa de tener detrás a una persona así.

La pelirroja suspiró con fuerza y bajo la vista hacia el lugar donde todavía reposaba la mano de la inglesa. La apretó con cierto temor y dejó que alguna lágrima brotara de sus ojos tratando de calmar la angustia de su pecho. No era su culpa que la situación hubiera escalado así, pero definitivamente se sentía devastada al ver cómo había sucedido todo en la vida de la menorquina desde que había llegado ella.

- Es que siento que lo único que hago es hacerte daño...- tensó su mandíbula y evitó por completo los ojos de la morena mientras hablaba.- te he jodido tus vacaciones en la farmacia y he montado aquí un lío enorme por culpa de una loca de la que estaba enamorada... te he puesto en peligro, Kiki. No puedo perdonármelo.

- A veces dices muchas tonterías...- Chiara acarició la mejilla de su chica arrastrando con sus dedos alguna de las lágrimas que luchaban por no caer.- tú no me has puesto en peligro, ni siquiera sabías en todo lo que estaba metida Natalia.

El gesto esquivo de la andaluza confirmó las sospechas de la pelinegra, quien giró completamente su torso para encarar a Violeta con toda la dulzura que supo. No quería intimidarla pero sí quería que le contara la verdad.

- Porque no sabías que estaba metida en eso, ¿no?- repitió la británica agarrando con más fuerza el muslo donde estaba su mano y notando como el nudo en su estómago se hacía más grande.

La motrileña tuvo que bajar de nuevo la mirada tratando de contener sus emociones. Estaba cansada de andarse con secretismos con la menorquina, pero le aterraba tanto decepcionarla o que se sintiera traicionada, que las palabras se le atragantaban en la lengua. No fue hasta que notó en aquella mirada clara un gesto al que no estaba nada acostumbrada... la comprensión.

- Yo... no sabía el calibre que tenía la organización...- admitió mientras se aferraba a la mano de su chica.- pero no se consiguen drogas duras todos los días si no estás metido en algo gordo... tonta no soy.

Valium | KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora