No necesitaron más palabras para pegar sus labios de nuevo, sintiendo en aquel beso, cómo todo su alrededor desaparecía. Habían vivido un episodio macabro, difícil, duro... pero en los labios de la otra el sabor a la libertad y la paz que traían consigo callaba los demonios de sus cabezas.
Estaban aliviadas por que todo hubiera acabado, y a pesar del malestar que Violeta sentía, y de lo que aún le quedaba por afrontar, sabía con certeza que junto a Chiara, absolutamente nada más podría hacerle daño. Con su novia, incluso el plato más amargo, tenía un deje dulce escondido, y en aquel momento, las promesas de todo lo que les quedaba por vivir juntas, era lo que hacía a la granadina aferrarse a disfrutar.
***
El coche trazaba las curvas de las calles granadinas a toda velocidad mientras se alejaban por momentos de la ciudad. Violeta solo podía pensar en qué momento había aceptado asistir a aquel disparate, mientras se aferraba a su cinturón deseando que el trayecto acabara. Podía notar su cabeza dando vueltas y su corazón acelerarse avisándole del peligro que corría. Algo malo iba a pasar.
En un vistazo rápido, se percató de que la conductora del vehículo estaba sangrando y volvió a mirar para comprobar quién era aquella chica. Lo que vio justo después la dejó completamente en shock. La imagen de Natalia ensangrentada mirándola con temor fue lo último que pudo distinguir antes de que el coche chocara de frente contra un árbol y acto seguido se despertara hiperventilando.
Al abrir los ojos observó todo lo que le rodeaba, tratando de tranquilizarse al ser consciente de que estaba en un entorno seguro. Intentó incorporarse pero su cuerpo no respondía, era incapaz de mover tan siquiera la punta de sus dedos, lo cual hizo que se agobiara más. ¿Por qué no podía moverse? ¿Qué estaba pasando? ¿Quién diantres estaba entrando por la puerta?
Intentó enfocar la figura y volvió a respirar algo más calmada cuando se dio cuenta de que era Chiara, aunque poco le duró pues la silueta de su chica también estaba manchada en sangre y se acercaba a un paso preocupantemente errático. Apretó los ojos con fuerza y continuó luchando para mover los dedos de su mano, rezando por que todo aquello fuera de nuevo fruto de su imaginación.
Unos minutos pasaron y pudo sentir el hormigueo en su piel cuando una mano acariciaba su brazo. Fue entonces cuando cerró el puño con fuerza y se levantó de golpe de la cama, asustando a la menorquina que se encontraba a su lado aún durmiendo.
- ¿Vio...? ¿Qué pasa?- susurró con dificultad la inglesa tratando de abrir los ojos.
La pelirroja no articuló palabra y se llevó una mano al pecho tratando de contener su pulso. Sentía que de un momento a otro podría desmayarse.
- Violeta, ¿estás bien?- se incorporó también en la cama y se acercó a la granadina para acariciar su espalda.- Era solo un sueño, ya está, ya ha pasado.
- Era ella...- suspiró en un hilo de voz con los ojos plagados de lágrimas y la respiración agitada. Jamás le había pasado algo así.
- ¿Quién?- preguntó la morena tratando de ponerse en situación. Acababa de despertarse y le costaba sobremanera entender a su novia hablar tan nerviosa.
- Natalia... yo estaba en el coche y no me sentía bien... y luego chocábamos... como lo que hizo ella.- la voz de Violeta temblaba en cada palabra que salía de su boca. Era incapaz de hablar con claridad.
- ¿Qué hizo qué?- la menorquina frotó sus ojos y acto seguido abrazó a su chica tratando de transmitirle toda la calma que tenía ella instalada en el cuerpo.- Vivi, no era real, era una pesadilla.

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Valium | KIVI
Storie d'amoreChiara, una farmacéutica profesional y dispuesta a la que el mundo se le pone patas arriba por una pelirroja sin receta. ⚠️ +18 (incluye contenido explícito y lenguaje soez)