Dos modestas tumbas permanecían una al lado de la otra, en mutua compañía, y situadas en el mar de lápidas que conformaban el Cementerio de los Reyes, justo en el corazón de Ginebra.
Ninguna de estas tumbas destacaba por encima de las demás que tenían a su alrededor: Una de ellas poseía un nombre, una fecha y una inscripción de un pasaje bíblico. La otra lo mismo, pero sin ninguna frase a mayores. La primera lápida estaba gentilmente decorada con unos sutiles gravados, los cuales daban a entender que la persona que estaba enterrada ahí venía de una familia que se podía permitir cierta ostentación. La segunda era lisa en su totalidad, desprovista de cualquier atisbo de decorado.
Quizás Alphonse Frankenstein podría haberse podido permitir el levantar un mausoleo en honor a sus familiares muertos, pero estaba claro que él habría sido el único que quisiese tal cosa.
El que la tumba de la Sra. Frankenstein se encontrara en ese lugar, sin apenas distinguirse entre las situadas a su alrededor, debía ser a causa de la personalidad que tuvo en vida. Pues la madre de Victoria nunca fue alguien a quien le gustase sobresalir por encima del resto, manteniéndose siempre discreta hasta después de su fallecimiento.
Sin duda, habrían sido sus deseos el que se la enterrase de forma modesta. Y, luego, en cuanto a William... Su propia muerte debió ser tan repentina que nadie tuvo tiempo a considerar un entierro diferente.
Nunca era agradable el tener que enterrar a un niño tan pequeño, y menos todavía cuando su deceso no se veía venir. Así que resultaba lógico pensar que sus mayores habrían preferido darle sepultura cuanto antes, sin detenerse más días de los necesarios en preparar el funeral.
Ya bastantes rumores se originaron el día de la caída de Will, cuando sucedió el arresto y posterior juicio de Lucy. La familia no quería sufrir más.
—¿No se siente bien venir al cementerio de vez en cuando? —inquirió el Sr. Frankenstein, volviéndose a Victoria, una vez hubo rematado de colocar las flores sobre ambas sepulturas.
No. La respuesta era no.
Por lo que había observado, la mayoría de la humanidad tenía los cementerios como un lugar lúgubre donde se acumulaban la tristeza y la nostalgia por los fallecidos. Quizás, en el caso de algunas personas, el venir aquí les aliviase un poco el sufrimiento por la pérdida, pero Victoria no creía que ni siquiera a eso se le pudiera calificar como disfrutar.
—Deberías venir más a menudo —continuó su padre, al no obtener respuesta—. Si no quieres hacerlo sola, podemos acompañarte cualquiera de nosotros.
—Sabes que no es necesario.
El Sr. Frankenstein la miró, escéptico, probablemente pensando que si se mostraba reacia a pasar las puertas del camposanto cada vez que acudía a la ciudad era por los terribles recuerdos que sus pérdidas familiares suscitaban.
Aunque, nada más lejos de la realidad: Si en verdad hubiese sido así, Victoria jamás habría podido tener la entereza de sacar el cuerpo de Évelyne de donde lo sacó.
—Simplemente no veo motivos para venir —continuó Victoria, tratando de dar una explicación que no concluyese en una confesión sobre sus pasadas actividades delictivas en suelo sagrado—. Si es para recordar a las personas que ya partieron, ello bien que lo puedo hacer en cualquier otra parte.
—¿Entonces no vendrás a visitarme al cementerio cuando fallezca?
—Vendría. Porque aunque Ernest entendiese mi punto de vista, dudo que Eric se quedase de brazos cruzados, sin obligarme a acudir.
Casi podía sentir ya el peso de la responsabilidad sobre su nuca: Eric no era una persona dada a juzgar a los demás pero, si es que se trataba de un tema que él consideraba importante, resultaba implacable. Y Victoria, por testaruda que fuese, no lo era tanto como para pelearse con él sólo para poder seguir evitando acudir a cierto lugar.
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La dama que se alzó de entre los muertos #PGP2024
Ficción histórica-Tienes que crear un hombre para mí, con el que pueda vivir e intercambiar el afecto que tan necesario resulta para mi existir. Solo tú puedes hacerlo, y te lo exijo como un derecho que no debes negarme. El monstruo dijo esto con convicción, como si...