Los rumores y cuentos del mundo susurran que lo único que se sabe de Hwang Hyunjin, aparte de su nombre, es que es un príncipe de alto prestigio de una tierra lejana y hermosa. Sin embargo, en sus 23 años, nunca logró poseer magia, un secreto guarda...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El sol se filtraba tímidamente a través de las cortinas, pintando de tonos dorados la habitación. Hyunjin, aún aturdido por la explosión de emociones de la noche anterior, se despertó solo. Las sábanas se enredaban a su alrededor mientras buscaba a tientas a Christopher. No había rastro de él en la cama.
Con determinación, se levantó y envolvió su cuerpo semi desnudo en las sábanas. El suelo frío bajo sus pies lo llevó hasta la pequeña mesa junto a la ventana. Allí estaba Christopher, con una taza de café entre las manos, mantenía su mirada profunda fija en el horizonte.
Hyunjin se acercó, el corazón latiendo con una mezcla de ansiedad.
—¿Dónde estabas?
Preguntó, su voz apenas un susurro.
Christopher giró hacia él, y su sonrisa fue como un hechizo.
—Necesitamos practicar tu magia—dijo, su voz grave y llena de urgencia—. No queda mucho tiempo.
Hyunjin frunció el ceño.
—¿Magia? ¿Ahora?
—Exactamente ahora—respondió Christopher—. Creo que ahora estás preparado para expandir hechizos.
Hyunjin se acercó más, sintiendo el olor a café.
—¿Y si no soy lo suficientemente bueno?
Christopher giró su rostro de lado a lado.
—Me ofende tu pregunta, literalmente estás siendo buscado por una de las personas más poderosas del mundo.
Asintiendo, Hyunjin se sentó en la silla frente a Christopher. El aroma del café llenaba el aire mientras Christopher le detallaba el estado en el que Hyunjin se había levantado, su cabello estaba un poco alborotado, sus labios aun se veian hinchados por la noche anterior. El sol brillaba a través de la ventana, iluminando sus rostros mientras compartían secretos mágicos.
—¿Quieres café?
Preguntó Christopher a Hyunjin.
El aroma del café se mezcla con la promesa de secretos compartidos y destinos entrelazados.
—¿Qué es eso?
—A mi me gusta—tomo la tetera y sirvió en una taza un poco—Ten.
Hyunjin acercó sus manos y tomo la taza con ambas, estaba aún enrollado con la sábana, incluso su cabeza estaba tapada.
