31

24 17 50
                                    

En una playa cerca de las orillas del océano, bajo la luz tenue del atardecer, Hyunjin y Jisung se encontraban frente a frente. El aire estaba cargado de una energía palpable, una mezcla de anticipación y magia. Hyunjin, con una mirada decidida, le había prometido a Jisung mostrarle una técnica que su maestro le había enseñado, una que había elevado su potencial tanto en la magia como en lo físico.

—Hanjie, puede ser un poco peligroso.

Jisung sonrió mientras acomodaba un mechón detrás de la oreja de Hyunjin.

—Muestrame que tanto has avanzado, deseo saber...

Si bien, desde aquel día en la cueva y los siguientes que Han ha estado visitando a Hyunjin, se enteró de varias cosas. Por ejemplo: de la maldición de Christopher, que Hyunjin efectivamente si era un cautivo y entre otras cosas que lo desconcertaron. Hyunjin tambien le había comentado sobre la situación del mundo gracias al príncipe del mal, pero sólo sabía eso y que Hyunjin deseaba aumentar su poder. Cuando se enteró de la llegada del espadachín ni siquiera pregunto. Pero ahí está el detalle, él necesita saber muchas cosas, porque entre todo eso él también está involucrado.

—¿Luego de este me verás otro?

—Los que desees, Jinnie.

Hyunjin sonrió alegremente mientras daba pasos hacia atrás y se daba la vuelta en dirección a varias rocas enormes y el océano.

Con un movimiento fluido de sus manos, Hyunjin comenzó a conjurar el hechizo. Una luz brillante y cálida emergió de sus dedos, envolviendo el entorno en un resplandor dorado. Las rocas a su alrededor comenzaron a temblar y, con un estallido de energía, se rompieron en mil pedazos, elevándose en el aire como si fueran plumas. Las mareas cercanas respondieron al llamado de Hyunjin, levantándose en olas majestuosas que reflejaban la luz del hechizo, creando un espectáculo de colores y formas.

Jisung observaba con asombro, sus ojos reflejando la belleza del momento. Cada movimiento de Hyunjin era una danza, una sinfonía de poder y gracia. A medida que el hechizo alcanzaba su clímax, Hyunjin parecía transformarse, su figura irradiando una belleza etérea que dejaba a Jisung sin aliento.

El corazón de Jisung latía con fuerza, una calidez indescriptible llenándolo por completo. No solo era el hechizo lo que lo maravillaba, sino también la persona que lo ejecutaba. Hyunjin, en ese momento, no solo era un mago poderoso, sino también una visión de pura hermosura. Las sensaciones que despertaba en Jisung eran intensas, una mezcla de admiración y algo más profundo, algo que apenas comenzaba a comprender.

El hechizo terminó, pero el impacto en Jisung perduró. Hyunjin, con una sonrisa suave, bajó las manos mientras aplaudía alegremente y retenía gritos de emoción, lo había logrado, había realizado un gran hechizo de forma limpia.

Entonces, se acercó a Jisung, sus ojos encontrándose en un entendimiento silencioso.

La noche estaba muy cerca, los tonos naranjas y rosados del cielo hacían una luz tenue, iluminando a aquellos dos jóvenes en la orilla, uno que se mostraba muy emocionado y otro que simplemente se encontraba fascinado.

Antes de que Jisung pudiera articular una palabra, después de mostrar su impresionante hechizo  Hyunjin lo interrumpió.

—¡Te mostraré uno más! Este no causa ningún daño, pero puedo manipular y alterar varias cosas, observa.

Dicho esto, le dio la espalda a Jisung.

Hyunjin se adentró en el agua, sus movimientos gráciles y seguros..

—¡Hyunjin, te puedes resfriar!—grito Jisung desde lejos, a lo que recibió un movimiento de cabeza de parte de Hyunjin, que por lo que entendió Jisung, le decía que no había problema.

𝐶𝑜𝑛𝑡𝑎𝑛𝑑𝑜 𝐿𝑎𝑠 𝐸𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora