Los rumores y cuentos del mundo susurran que lo único que se sabe de Hwang Hyunjin, aparte de su nombre, es que es un príncipe de alto prestigio de una tierra lejana y hermosa. Sin embargo, en sus 23 años, nunca logró poseer magia, un secreto guarda...
Me encontraba muy tranquilo divagando en mis pensamientos hasta quedarme dormido quizá, y de repente sentí un fuerte estruendo y no pude dormir, la "marea" estaba muy "alta" y el movimiento del barco y la posición en la que me encontraba me hacían difícil conciliar el sueño..
—¡Aah!—me di un fuerte golpe con la madera en mi espalda.
Los golpes eran más o menos muy fuertes y no podía evitar quejarme del dolor, era horrible encontrarme en ese estado.
Digamos que estuve así por media hora hasta que uno de los golpes fueron en mi cabeza y...
Me desmayé.
Desperté y todo lo que oía eran gritos, fuertes pisadas de aquí para allá y fuertes truenos..
Trate de mover mis brazos, y al inclinarme hacía adelante me di cuenta de que ya no me encontraba atado y las esposas de mis muñecas se habían roto.
Pero sentía como poco a poco me resbalaba del suelo, como si este estuviera.. ¿Inclinado?
—¡TOMENLO, VA A CAER!
Esa voz era de...
En cuanto oí la voz había caído al agua.
Tan fría..
¿Me estaba hundiendo?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
«CHRISTOPHER»
Salí y ví la situación en la que todo se encontraba..
¿Un rayo había caído en el barco?
Vi como mis tripulantes trataban de arreglar el daño con magia, pero no había caso..
El barco se inclinaba de un lado a otro.
Se estaba llenando de agua...
Un desastre total.
En cuanto pude salí y tome el timón tratando de que esté aún se mantuviera en pie, pero era casi imposible, la zona afectada del barco era muy grande.
Dirigí mi mirada un momento hacia donde estaba atado Hyunjin.
—Dónde...
Empecé a mirar hacia a todos lados de forma desesperada, tratando de hallarlo con la mirada.
Hasta que lo encontré.
Estaba cayendo del barco.
—¡TOMENLO VA A CAER!—grite ordenando a los demás—¡YA!
Esos imbéciles estaban más desesperados por salvar las joyas que cualquier otra cosa.
En ese momento caí en desesperación.
No podía dejar que cuatro años de mi vida y mi hermano se fueran a la basura.
Solte el timón y me lance al agua una vez que ví que había caído sin ninguna resistencia.
