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- No lo entiendo, ¿se disculpa conmigo para ir a molestar a alguien más? ¿Qué clase de persona es esa?

Observaba a Max desde el rooftop del motorhome hablando con un piloto que no había visto antes, seguramente sería de reserva. La cuestión era que no era de Red Bull porque llevaba una gorra de Mclaren y eso me causaba más curiosidad.

- ¿De qué estás hablando?- Carlos estaba sentado en uno de los sillones acomodándose los zapatos.

- Del piloto con el que está hablando Max.

- ¿Cómo sabes que lo está molestando?- Respondió buscando con la mirada a los pilotos de los cuales hablaba.

- Ve la cara del pobre.

- Pues yo lo veo bien.- Respondió fijando su vista en el chico.- Su nombre es Lando, es piloto de reserva de Mclaren solo que hoy está como invitado.

- ¿De dónde lo conoces?- Giré mi cabeza hacia Carlos.

- Me lo presentaron en la mañana que me lo crucé, es muy amable.

- Entiendo...

- Tranquilo, yo también estaría estresado si la persona que me ha estado dando atención por tanto tiempo deja de hacerlo de la noche a la mañana.- Dijo con un tono burlesco.

- ¿Insinúas que quiero la atención de Max? Es la peor tontería que he escuchado.

- Como digas.- Carlos se levantó y se acercó a mí por un instante, estirando y calentando algunas partes de su cuerpo.- Ya deja de verlos y concéntrate en la carrera que en veinte minutos tenemos que estar arriba del auto.

Habían pasado dos semanas desde la última vez que Max y yo hablamos en el hotel. Tal como acordamos ninguno se había acercado al otro por cuenta propia, si lo hacíamos era porque Fred o Christian estaban cerca y las conversaciones se basaban en sutiles ataques al otro que solo entre nosotros podíamos entender.

Más de una vez pude notar el disgusto de Max con distintas situaciones, pero el autocontrol que había tenido los últimos días era impresionante.

- En un momento te alcanzo.- Hablé sin despegar la vista de Max mientras Carlos pasaba por un lado de mí negando con la cabeza.

Aquel nuevo chico de Mclaren tenía una de sus manos sobre el brazo de Max y podía ver como se reía de todo aquello que le decía. Lo peor era que el rubio ni siquiera se inmutaba ante el contacto físico del otro. Tal vez Carlos tenía razón y necesitaba dejar de analizarlo tanto; suspiré cansado y caminé hacia la salida del motorhome tratando de alcanzar a mi compañero, a pesar de que este ya se encontraba bastante alejado.

Respiré profundo intentando concentrarme en la carrera que estaba a punto de comenzar, pero la escena que había visto minutos antes me seguía rondando por la cabeza. No sabía si era completa decepción por pensar que Max se había esforzado por cambiar y en realidad solo había buscado a alguien nuevo para molestar o el hecho de que sabía que nada de eso era cierto y solo buscaba una razón para justificarme y no aceptar que me incomodaba verlo tan cerca de otra persona sin saber mis motivos.

Las luces se apagaron y el gran premio de España estaba siendo liderado por Max luego de un excelente resultado en la clasificación. Durante las primeras cinco vueltas se mantuvo prácticamente igual a excepción de unos pocos cambios de posición, entre ellos el de Mercedes, donde Russell se había quedado con el puesto número cinco y Hamilton en el sexto.

Sabía que tenía que comenzar a finalizar las carreras con buenos resultados si quería sumar los puntos necesarios, pero justamente en ese momento lo que menos podía era concentrarme al cien por ciento. Seguía sintiendo la misma mezcla de emociones que cuando inicié la carrera y si no me despojaba de ellas no podría mantener el segundo puesto al que había logrado subir a lo largo de la carrera.

¿Amigos? | Lestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora