La familia de Max era un tema complicado no solo para él, sino para todos aquellos que lo rodeaban. No era mentira que habían sido duros con él durante su infancia, aunque eso no significaba que no lo amaran como un hijo y como un hermano.
Incluso todo se suavizó un poco más cuando Max llegó al equipo de Red Bull, aunque claro, las conversaciones que solía tener con ellos casi siempre iban dirigidas a su trabajo, nunca a su vida personal. Sería difícil explicarles todo lo que estaba pasando últimamente, pero tenía la esperanza de que fuera a salir bien. Porque podían ser estrictos, pero jamás malas personas. Sobre todo su madre, que tiene el recuerdo de siempre haber sido dulce con él y protegerlo de todo.
— ¡Max! Qué bueno que llegas, te estábamos esperando.— Mi madre abrió la puerta de la casa, estirando sus brazos hacia mí para poder recibirme con un abrazo.— ¿Cómo estás, cielo? ¿Tuviste un buen viaje?
— Todo estuvo bien, ¿cómo están ustedes?
— Max, ¡hola! — La respuesta de mi madre fue interrumpida por mi hermana llegando a la puerta, saludándome también con un abrazo.— Niños, díganle hola a su tío Max.— Les dijo a los pequeños que estaban detrás de ella, saludando con su mano. Me agaché quedando a su altura, sacudiéndoles el cabello y volviendo a mi posición de antes.— ¿Cómo has estado?— Preguntó de nuevo mi hermana ya que me había levantado.
— He estado bastante bien, tranquilo. Ayer la pasé excelente, estuve un rato en el paddock y después con mis amigos.
— Nosotros también hemos estado bien y por si te lo preguntabas muy pendientes de tus carreras. Luka es tu fan número uno.
— ¿Dónde está papá?— Pregunté entrando por completo a la casa, trayendo conmigo una pequeña maleta para poder quedarme unos días en Bélgica.
— Está terminando de poner la mesa. Vamos para que puedas saludarlo.
Caminamos por la casa, llegando al comedor donde se encontraba la imagen de mi padre muy concentrado en su tarea. Era raro verlos a todos juntos, después del divorcio de mis padres solo ocurrían cosas así en el cumpleaños de alguno de todos nosotros o de los hijos de mi hermana. Aunque por lo menos podía estar agradecido de que habían terminado siendo buenos amigos o compañeros, lo que sea.
— Hola, papá.— Me acerqué con las manos en los bolsillos delanteros del pantalón, observándolo sonreír tras divisarme frente a él.
— Ahí está el cumpleañero.— Dejó de lado las cucharas y tenedores, abrazándome de la misma manera en la que lo habían hecho mi madre y mi hermana. Por la forma en la que tardaban en soltarme me hacía pensar que me extrañaban más de lo que yo creía.— Siéntense, Max debe estar muriendo de hambre.
Todos tomaron asiento en los lugares de la mesa que un día simplemente se asignaron con la cantidad de veces que nos sentábamos ahí. Los niños estaban a un lado de Victoria y al verlos me entraba un poco de nostalgia volver a estar en la casa de mi madre, recordando todo aquello que había vivido con ella cuando era más chico. Me preguntaba si mi habitación seguiría intacta o estaría llena de cajas y cosas de las que se quería deshacer.
Los platos ya estaban en su lugar, con una de las comidas que más le solía pedir a mamá que preparara, ese había sido un gesto dulce de su parte. Porque también me había hecho un pequeño pastel, junto con mi hermana.
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¿Amigos? | Lestappen
FanfictionQué pasaría si Christian Horner, ya cansado de las peleas de su piloto estrella y su piloto rival, decidiera prácticamente forzarlos a ser amigos. Y qué pasaría si ambos hicieran el trato de fingir serlo frente a los demás aún odiándose en secreto p...