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— Yo dije primero esa última respuesta, así que yo gané.— Estaba muy decidido a que había ganado aquel juego que acabábamos de terminar de grabar para la página de Red Bull, mientras que Checo no soltaba la idea de que la respuesta la habíamos dicho a la vez.

— ¡Fue al mismo tiempo! Técnicamente fue un empate.

— No me harás cambiar de opinión.— Dije caminando hacia mi driver's room y aunque me parecía raro que Checo continuara caminando junto conmigo, siendo que ya estaba bastante cansado de escucharme contradecirlo conforme al juego, no dije nada al respecto y lo dejé acompañarme tan lejos como quisiera.

Al abrir la puerta de dicho lugar, los montones de confetti aterrizando sobre mi rostro me tomaron por sorpresa. Lo mismo al ver los globos por todo el espacio, las letras plateadas pegadas en la pared donde se podía leer un claro "feliz cumpleaños" y Charles en medio de la habitación con un pastel y velas encendidas en sus manos.

— ¡Feliz cumpleaños, Max!— Christian también entró esperando a que soplara cada una de las velas para poder darme un abrazo después. Había estado muy entusiasmado por la llegada de ese día, no solo porque era mi cumpleaños, sino porque ya tenía todo planeado para pasarlo con las personas que quería. Sin embargo, algo que no me esperaba que hicieran era aquella pequeña celebración con el equipo y mi novio que no sabían que era mi novio, a excepción de Checo.

— Te felicité desde temprano, pero mereces otro abrazo más.— Dijo el mexicano acercándose a mí para darme ese abrazo que mencionaba.— Te dejé un regalo en el escritorio, ábrelo cuando puedas.

— Muchas gracias, Checo.

— A quién deberías darle las mayores gracias es a Charles, a él se le ocurrió todo esto y cómo negarme.— Volví a ver a Charles, quién sonrió dándole la razón a Christian, aquel chico se merecía más que un simple agradecimiento.— Me encantaría seguir acompañándolos, pero hoy tengo un día muy ocupado. Max, me saludas a tu familia. ¿Dices que la verás mañana?

— Así es, les haré llegar el saludo.

— Entonces creo que yo también voy a irme...— Checo nos sonrió tanto a Charles como a mí y siguió a Christian en cuanto este salió de la habitación, apresurándose para que no lo dejase atrás.

— Feliz cumpleaños, cariño.— Charles se acercó susurrando aquellas palabras sobre mis labios, depositando un corto beso en estos antes de dejar el pastel en el mismo escritorio donde Checo había dejado su regalo.— ¿Qué te parece mi increíble decoración?

— ¿De verdad fue idea tuya?— Volví a examinar todo el lugar, ahora notando otros globos de helio atados a una silla con mi rostro en el centro de ellos.— ¿Dónde conseguiste esos?

— ¿Los globos? Los encontré por accidente y me parecieron graciosos.

Charles era la persona más dulce que alguna vez haya conocido, ese tipo de personas que con tan solo verlas sabes que son buenas. Agradecía infinitamente haber llegado al punto de conocerlo de esa manera, tan sencillo y con un corazón lleno de amor para dar, un amor que sin duda me había ganado y haría lo que fuera por no perder jamás.

— Tenía que hacerte aunque sea una pequeña sorpresa. También dejé un regalo junto al de Checo y hace un rato vino Daniel a dejarte una caja de tus galletas favoritas.

Besé repetidamente sus labios, escuchándolo reír de forma juguetona tras cada beso. Describir la sensación de ese momento iba a ser cosa imposible, aquella que sentía cada que Charles me decía o hacía algo lindo. No era una que me emocionaba y me ponía nervioso como en otras situaciones, era una donde de alguna forma te sientes amado por esas personas que también ocupan un lugar muy grande en tu vida.

¿Amigos? | Lestappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora