Santiago

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Veía las estrellas. cada constelación o alineación en el cielo, era tan perfecto. Sus padres estaban en casa, la cena había sido genial, y sus padres estaban felices que aquella noche tomara la cena junto a ellos.

Algo había cambiado en ella esas últimas horas ¿Pero que?. Sus ojos seguían en la distancia. Sus ojos captaron una luz una que provenía de al lado.

Una luz que no había iluminado aquella habitación en días, semanas.

*Zap* la puerta.

Los nervios de Yanileisy salieron a flote haciendo su cuerpo temblar. ¿Era el?¿Era Santiago?.

Una alta y fuerte silueta salió al oscuro ventanal seguido por una más baja que la primera más delgada, pero con complexion segura. Un instinto le hizo ocultar su presencia detrás del pequeño sofá.

-El cielo está hermoso ¿no crees?-dijo una voz femenina-

-Sí madre, lo está-respondió por lo bajo-

-vamos hijo, no sigas molesto conmigo, lo que hice fue por tú bien-dijo-

-No lo fue -respondió-

-pensé que te gustaba pasar tiempo con Luna

Luna, cuan odiosa chica.

-tú lo has dicho, gustaba, ahora es diferente

-lo eh notado-guardo silencio- los dejó de ver algunos meses y parece que tratara con extraños y no con mis hijos

-eso no es cierto...

-Claro que lo es, además tú hermano me ah dicho que estas hecho un lío y te metiste en problemas

-el debe hablar sobre Samanta-suspiro- ¿has sabido de ella?

Samanta ¿quién era ella? ¿que tenía ella que ver con Santiago?.

-La última vez que vi a esa chica, fue cuando llegó diciendo que juraría amor eterno junto a ti, no recuerdo haber reído tanto como ese día -sonrió- ella no es para ti, pero sí ella te hace sentir... Amor bueno, yo no me pondré, tu felicidad es lo más importante para mi

-mamá -la llamó- ya existe alguien que me hace sentir eso y no es ella

-Hijo -dijo con emoción- ¿acaso es luna?

Una punzada de dolor provocada por aquella pregunta la atacó. ¿Que pasaría sí dijese que sí?, que es luna la que le hace sentir amor. Con el pánico a flor de piel escucho la respuesta.

-Te encantaría que así fuera ¿Cierto?

-sí -respondió sincera- ella y tú hacen la pareja perfecta, pero -empezó- no se trata de lo que yo quiero sí no de lo que tú quieres

-Tienes razón-respondió-

-pero debes pensarlo bien -dijo- tú sabes las consecuencias que trae

-Mamá, con Javier ya sabemos la historia del padre de Luna, no sabemos sí podemos confiar en ella

- A que te refieres -dijo algo confundida- ella es alguien de confianza, ¡Cuido de ti estas semanas y así se lo pagas!, no puedo creerlo

-sólo hablamos de la posibilidad...-comenzó-

-No estaré aquí a tú lado mientras críticas a Luna de esa manera.

Así que la problemática señora Dankwort apoyaba a Luna. Quizá ella quería que se casaran -Para- el jamás había dicho quién le hacia sentir amor.

Tampoco negó que fuera ella. Escucho la puerta corredisa cerrarse asomo su cabeza por encima del brazo del sofá. El seguía ahí. ¿debería hablar con el? -"¿Todavía lo piensas?"- dijo con arrogancia su compañera interior.

Detrás de tus ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora