Eso la mantendrá a salvo.

3.8K 101 6
                                    

-Que ojos tan grandes tienes...

-son para verte mejor

-Que boca tan grande tienes...

-Es para... devorarte mejor-murmuro acabando de dejarla en el suelo, debajo de su impotente cuerpo, atrapadola entre las hojas donde se esparció su castaño cabello-

Su respiración se volvió superficial-¡estas atrapada!- le gritaba desesperadamente su inconsciente, más su cuerpo seguía quieto en el suelo, un mordisco en el cuello le hizo estremecer y soltar un suspiro seguido de una sonrisa; Unas fuertes manos se deslizaban por sus cuerpo ubicándose en sus caderas, ¿que estaba pasando?, ¡ella debía escapar!, pero se oponía a hacerlo.

-Deberías temerme-dijo haciendo que su fuerte aliento acariciara sus labios- ¿por que no lo haces?¿por que no escapas?

-ella llevó aire a sus pulmones, embriagándose aún más con el intenso perfume-no, no lo se...-susurro-

Sus labios se encontraron y una descontrolada pasión se disparó desde lo más profundo de su cuerpo. A ella no le importaba el peligro, no le importaba el dolor ni temía lo que podía sucederle, sentía la sangre tibia correr con prisa por su cuerpo, tan roja, tan espesa.

El rugía en sus labios, como cientos de lobos aullando a la luna, pero hoy, la tibia sangre de Yanileisy no lo llenaría, no calmaría tan intensa sed, no se mancharía de ella en esa manera.

Sí no se saciaría de esa manera única y exclusiva, de esa extraña pero deliciosa conexión, de sus labios y sus suspiros.

Una capa rojo pasión se encontraba debajo de ellos y por encima la enorme media luna, acompañada de estrellas, la vista siendo obstruida por las ramas retorcidas que se juntaban sobre ellos, escondiendo el peligroso secreto de aquel encuentro.

-Santiago-murmuro a la noche Yanileisy-

-Te quiero mi caperucita-respondió con una sonrisa-

Los bordes de sus labios se alzaron al escuchar esas palabras; al abrir sus ojos para encontrarse, con aquel cabello negro cayendo por su frente de manera suave y despeinada, sus suaves labios, su respingada nariz y sus azules ojos; en vez de todo aquello se encontró con la oscuridad de su habitación.

Sus mejillas se sonrojaron notablemente, mientras una tímida sonrisa se adueñaba de sus labios.

Cuántos sueños parecidos no la habían invadido las últimas 4 noches.

Su mirada hizo un lento camino hasta el ventanal, ¿Santiago estaría allí esa noche?.

El aire salió disparado por un suspiro, uno lleno de tristeza y cansancio ya que se sentía exactamente así, se había prometido ya no pensar en el, el le pertenecía a Luna, ella lo había dejado bastante claro.

¿Que tenía esa tal Luna sobre ellos?¿un secreto?¿una amenaza?.

Otro suspiro se liberó del encierro de sus pulmones.

-¿Todo bien por aquí?-dijo Javier asomando su cabeza por la puerta del ventanal-

-¡Jav!-dijo con una sonrisa-

No lo había visto luego del día de la playa hacia ya 3 o 4 días.

-el mismo-respondió-

-No esperaba verte por acá

-¿no acuerdas tú oferta?, el sofá de tú ventanal en vez de tú patio trasero.

-tienes razón, ahora, ¿por que no entras?, prometo no hacer nada para dañarte.

Detrás de tus ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora