Detrás de tus ojos azules

mudanza y primera vista

Cerrando cajas otra vez, ya no entendía la razón por la cual desempacar tras su llegada a la que sería su nueva casa

-Yani cariño -su madre le dijo con dulzura- Francisco está en la puerta preguntando por ti

-De nuevo este idiota -soltó en un suspiro- dile que estoy muerta

-HEIBY YANILEISI, no digas esas cosas por favor -dijo poniendo su mano sobre su boca-

-no me llames así-soltó entre dientes- ya bajo ¿vale?

-Está bien cariño -sonrió y desapareció en el pasillo-

Yani suspiro, Francisco era un chico alto y delgado, de piel dorada y ojos color miel, con cabello castaño y alborotado, cuerpo tonificado, era corredor en su ex escuela, bajo hasta la puerta de entrada y ahí estaba francisco.

-¿Que quieres Fran? -Yanileisi le dijo con indiferencia-

-Heib no te vallas que pasará con nosotros

-Fran tú y yo no tenemos nada, entiéndelo, además me largo por el trabajo de mi padre, así que superalo y ve a tú casa

-tú indiferencia...

pero la puerta corto su discurso de amor el cual sabía de memoria Yanileisi ya estaba harta de esto, harta de que Fran le siguiera eh insistiera ¿acaso no se cansaba?.

Camino y término de empacar

-Esto es una mierda -susurro-

-YANILEISI -grito su padre desde la puerta-

-Urgh que no estoy sorda

-y a ti que te sucede

-estoy atravesando un trauma, la duración aquí fue de 6 meses ¡Estoy harta de esto ya!

El padre de ella la miro molesto y cerro en un portazo, ella se sintió mal no era culpa de su padre que tuviera que irse cada tanto pero había prometido que está vez sería por un año lo mínimo;

Tras empacar todo tomo su libro preferido "Demonios Personales" estaba apuntó de terminar el libro, tan cerca de descubrir que pasaría con el amor prohibido de una etiquetada al cielo y un demonio, los libros de fantasía la hacían volar a un lugar distinto

-¿has terminado de empacar todo?-una voz ronca le pregunto desde la puerta-

-jamás desempaque -encogiendo los hombros Le contesto a su padre-

-podrías ser menos...

-padre trato de leer tranquila -le interrumpió- así que cierra la puerta al salir

Sentía la mirada molesta de su padre perforar su espalda, pero era algo que no le importaba ni un poco escucho la puerta cerrar y liberó en un suspiro el aire tenso que había en su interior.

En unas horas se encontraba en la camioneta familiar viendo por la ventana, escuchando el parloteo de sus padres acerca de lo hermoso y grande que era el dichoso residencial, su pequeño hermano descansaba despreocupado sobre los brazos de su madre, le envidiaba tanto el ni notaba los cambios ya que era un pequeño de apenas 7 meses.

-tendrás una habitación con vista ala playa-dijo con emoción su padre-era una sorpresa pero que más da

Yanileisi le sonrió,sólo podía imaginar los hermosos amaneceres que vería desde la ventana o el atardecer, aún no se explicaba como su padre podía pagar aquella casa tan lujosa

-aún no me han contado como pagaron la dichosa casa-soltó cruzando de brazos-

-la empresa se la otorgó a tú padre-dijo molesta su madre-

Rodó los ojos y miro por la ventana, la luna se veía hermosa Blanca más que la leche y brillante tan brillante como el sol y mágica tan mágica como la describían muchos libros, rodeada de pequeñas estrellas ¡aquel cielo era perfecto!, los altos robles y pinos rodeaban la carretera, las horas pasaban y el aburrimiento crecía,-un ipod sin batería no es divertido- pensó Yanileisi mientras lo arrojaba al asiento.

Volvió su mirada a la hermosa noche, abrió la ventana dándole pasó al aire frío y refrescante que jugaba con sus largos cabellos castaños, el aroma a naturaleza lleno sus pulmones, sus ojos se cerraron dejando sus largas pestañas visibles y una sonrisa se formó en sus rosados labios, esto le recordaba cuando era una pequeña chiquilla y salía de paseo con sus padres, ¿cuando fue que esto se volvió aburrido para ella?¿porque no podía olvidar aquel viejo verano y disfrutar de estos viajes?

-ya quiero ver esa playa-dijo con ilusión a sus padres-

Ambos sonrieron y ella volvió a su ventana y lo vio, algo se movía a gran rapidez entre aquellos troncos hojas y árboles, algo muy grande. Yanileisi trataba de enfocar su mirada en eso tan extraño pero no lograba observar, quería llegar a un terreno despejado de árboles, a quienes empezaba a odiar por obstaculizar su visión, en cuestión de kilómetros llegó lo que tanto quiso, Era un lobo de pelaje negro como la misma noche, patas largas y fuertes, sus orejas en lo alto con sus bordes redondos ¡era hermoso! Estaba hipnotizada, la luna hacia brillar el pelaje como que de un diamante Se tratara pero llegó lo inevitable, los árboles regresaron y aquella criatura se desapareció

-era hermoso-susurro emocionada-

-¿dijiste algo cariño?

-vi un lobo mama, el lobo más hermoso

-es común encontrar de esos aquí-dijo su padre-

El resto del camino vio por la ventana observando a su acompañante de viaje, quería estar más cerca poder tocarle pudo observar que tenía unos ojos azul cielo, era raro pero hermosísimo;

-oh al parecer hay un accidente en carretera

-no, al parecer un auto se privo-río con ganas su madre, ella de verdad tenia un sentido del humor raro-