No es un juego...

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-¿Que haces aquí?, ¿haz esperado mucho?

-diez minutos tal vez -se escogió de hombros- quería saber sí querías ver una película conmigo en casa

-¿En tu casa?

-Sí, tengo palomitas de maíz, dulces bebidas, todo lo que quieras -le sonrio- ¿aceptas?

-Sí acepto

Santiago tomo la mano de Yanileisy mientras caminaban a la casa Dankwort, la distancia era tan corta, aún así dentro de la decorada casa el seguía sosteniendo su mano.

Yanileisy noto la oscuridad de la sala de estar; el comedor y la cocina, una radiante luz iluminaba las escaleras y el corredor de las habitaciónes. Estaba tan nerviosa, quería comportarse bien con Santiago poder controlar todos aquellos impulsos.

-Estoy nerviosa -susurro- no quiero arruinar esto

-No lo harás, tú jamás arruinas nada, ahora pasa por favor

La habitación de Santiago era tan grande y ordenada como lo imagino, las paredes eran de un color blanco y a su mitad de un azul eléctrico, su cama era tan grande que estuvo segura era dos veces la suya, su cortina era de un celeste pastel, un canasto sostenía inútilmente la ropa sucia de Santiago, su ropero era enorme al igual que la pantalla incrustada en la pared frente a la cama, una mesa estaba ubicada junto a está, llena de golosinas y cosas para comer.

-Tú habitación es fantástica -sonrio- me gusta tú decoración

-Gracias, ahora ponte cómoda, ya regreso iré por las bebidas y las palomitas de maíz

Yanileisy asentó mientras el salía de la habitación, comenzó a caminar por la habitación, observandolo todo con más detenimiento, tomo una de las almohadas de Santiago y la llevó a su nariz, podía sentir el suave olor a su colonia, tan suya, tan dulce y misteriosa, suspiro mientras la dejaba en su lugar y camino hasta la puerta del baño, todo ahí dentro era un alboroto, observó la camisa que Santiago traía más temprano, luego de un rápido vistaso, se escurrio dentro y la tomo, la tela era tan suave... La llevó a su nariz queriendo poder sentir la verdadera esencia de Santiago, lo sentía tan suave casi apagado completamente por el olor a la colonia, se dio cuenta que esa era la razón por la que no podía percibir su aroma.

-Por lo que veo sí que estas entretenida

-Sus mejillas se tornaron rojas- Yo yo sólo quería recoger esto - señalo su alrededor-

-deja eso así, yo lo haré luego, ven veamos la película

Aún con las mejillas rojas dejó la camisa sobre el lavado y fue al lado de Santiago quién se veía divertido, camino hasta el interruptor de luz, dejandola brillante luz del televisor sobre ambos, Yanileisy subío a la cama con las mejillas rojas, era tan suave y grande.

-Pequeña, quiero que tomes esto como una disculpa por salir de la forma que lo hice de tú casa

-No tienes por que disculparte -le sonrio-  ¿que vamos a ver?

-Cualquier película que tú quieras, ya se que terror no -sonrio-

Los canales en la Tv comenzaron a cambiar mientras la mirada de ella se perdió en su perfección, había echo todo esto para ella y ella no lo merecía no luego de lo sucedido en el bosque.

-Santiago... Gracias

-¿Gracias? -alzó una ceja-

-Sí gracias por esto, eres lo más perfecto que puede haber

-Yanileisy -le sonrio mientras sostenía su mano- hago todo esto por ti porque te amo

-Y yo, yo a ti, yo también te amo -Lo había dicho-

Detrás de tus ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora