- 31: tolerate it.

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— ¿Estas bien, Arata? — La voz llena de preocupación de Naoya me saca de mis pensamientos. Me he quedado parada frente a las puertas del ascensor mirando al piso, he sido así por unos largos minutos en los cuales las puertas metálicas se abrieron y cerraron varias veces captando así la atención de mi casero quien para mi sorpresa esta noche no se encuentra bebiendo y lleva ropa que nunca antes le he visto usar.

Su preocupación es genuina, no uso un tono burlón u otro que pueda reconocer sabiendo que miente, él si está preocupado por verme estar ahí parada en silencio y sin subir al ascensor como si al hacerlo este no me dejara salir más. Retrocedo unos pasos y giro mi rostro en su dirección para sonreírle nerviosamente.

— Solo me maree un poco, tal vez use las escaleras — le respondo con normalidad y doy un par de pasos en dirección a las escaleras, mismas que están iluminadas y las cuales no subo hace mucho tiempo, las abandone una vez el ascensor estuvo reparado.

—¿Estas segura?— Naoya se ha colocado casi a mi lado, en momento como este es cuando recuerdo que él es más alto que yo, que solo es dos años mayor que yo y que le conozco desde hace un tiempo — ¿Todo bien con ese hombre?

— ¿Por qué? ¿Llamaras a la policía si te digo que no es así?— preguntó divertida, bromear con algo así es malo, ni si quiera debería hacerlo pero jamás he visto a Naoya preocuparse por algo o más bien preocuparse por ALGUIEN, él siempre evita meterse en la vida de sus inquilinos y se dedica a sus asuntos pero tal vez en el fondo y muy en el fondo él podía ser de esta forma si se lo proponía. El hombre chasquea la lengua, me ha dado la espalda y regresa a su lugar habitual.

Yo solo puedo reír para mis adentros antes de comenzar a subir los escalones uno por uno, solo he subido cuatro cuando lo escucho decirme algo por última vez.

— Llamaré a la policía si es necesario... — musita sin verme, tiene la mirada fija en la pantalla de su teléfono pero sabe que le he escuchado y yo sé que lo hará.

Una sonrisa curvó mis labios antes de continuar con mi camino, el cuarto piso no es nada, incluso creo que las escaleras son cortas o que he subido demasiado tiempo incluso cuando arrastraba los pies en un intento de retrasar mi llegada lo más que pudiera. Al subir el último escalón, el mismo donde Kento y yo habíamos hablado en mitad de la noche, aquellas en donde solo podía sentir curiosidad de él, aquellas en donde el minimo rose desencadenaba una seria de reacciones que nos habían llevado a este punto.

Trago en seco cuando camino por el pasillo y pegado un respingo cuando veo a aquel hombre sentado frente a mi puerta con la cabeza cayendo hacia atrás y un cigarro en su boca. Mis pasos hacen crujir la madera del piso captando la atención de él, sus ojos están rojos y cristalinos, lleva la misma ropa de la mañana, su corbata está mal amarrada y su cabello hecho un desastre, cualquier a que lo viera de esa forma pensaría que era alguien que se había metido en una pelea pero no era así. Termino de caminar, me paro a un lado de él y bajo la mirada para mirarle. El día que había comenzado de una buena forma había acabado terrible, yo había huido como una cobarde y alguien que odiaba presenciar peleas y él se había guardado aquel secreto, aquel que sentí como un balde de agua fría en medio de una tormenta eléctrica.

Ambos nos habíamos equivocado, ambos habíamos hecho mal las cosas y ambos habíamos dejado que el otro se fuera sin intenciones de hablar con claridad. Pero estábamos aquí.

Pegue mi espalda a la pared y me deslizo lentamente hasta terminar sentada a su lado, él me mira atentamente y cuando nuestras miradas chocan la primera que actúa soy yo, llevo mi mano hacia su boca en donde le arrebato el cigarro con poca delicadeza y lo llevo a mis labios para darle la primera calada. He dejado de fumar, lo he dejado desde que termine con Choso, no era algo que me gustaba hacer, realmente solo lo hacía porque creía que era algo genial y creía que en algún punto encontraría eso que lo hacía tan especial pero nunca lo hice, incluso ahora que suelto el humo sigue pareciéndome la cosa más aburrida y sin gracia del mundo, hay cosas que a veces solo necesitan un vaso de alcohol, ahí verdaderamente puedo encontrar algo mejor que solo un cigarro pero esto es lo único que tengo a mano. Quiero mantener mi boca ocupada porque yo no quiero ser la primera que hable.

daylight ── ❛NANAMI KENTO; JUJUTSU KAISENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora