-35: you belong with me.

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De alguna forma la mañana siguiente a la cena en donde me han pedido matrimonio se sentía llena de una extraña sensación de paz. Me he levantado sintiéndome perdida solo por el transcurso en que me toma a mi cerebro recordar que en cuanto hemos pisado el departamento de Kento he acabado siendo aprisionada por Yuuji para dormir junto a él en su habitación, aquella cama que milagrosamente podía tenernos a ambos rechina un poco cuando me incorporo para quedar sentada, él Niño sigue durmiendo plácidamente y se aferra a aquel peluche de dinosaurio que le he visto llevar a algunas partes antes. Besó su frente antes de hacer un par de maniobras para salir de la cama sin levantarle y me apresuro a caminar hacia la puerta para salir de ahí.

Soy recibida por el pasillo en silencio y me tomo unos momentos para estirarme un poco, lleno una pijama rosa que semanas atrás Kento me había dado cuando pasaba mucho tiempo aquí, mi cabello está sostenido en una tranza en un intento de no enredarlo y aquella sortija sigue decorando mi dedo demostrando que no ha sido un sueño o un invento de mi cerebro que siempre creaba escenarios ficticios. Una sonrisa me surca los labios y camino hacia la sala, quería tomar un vaso de agua y ver las fotos de la cena, Mahito y Utahime se habían encargado de tomar fotos y grabar videos de los mejores momentos y prometieron enviármelas lo más pronto posible.

La sala del departamento de Kento se encuentra abarrotado de los tulipanes blancos que él había usado para decorar el pasillo, hay una fragancia dulce por todo el lugar y se siente como una escena de película, creo que desde que me he conocido se siente como estar en una película. Las chicas solemos imaginarnos muchas veces la clase de vida que queremos, solo imaginar al hombre de nuestros sueños, solemos pensar que solo serán más que solo sueños y fantasías que con el paso de los años se desvanecerán o jamás se cumplirán, pero cabe la posibilidad de que se vuelvan reales, de que algún día él hombre que tanto esperaste cruzara la puerta e irá directo por ti.

En la esquina de la sala hay varias bolsas de papel con moños que puedo tomar como regalos, bolsas blancas con grandes moños en plateado y dorados, no los he visto ayer, puedo jurar que incluso al volver a casa no venían con nosotros en el auto. Me abro paso entre las flores para no pisar o dañar alguna hasta poder llegar a mi objetivo, las bolsas tienen tarjetas de dedicatoria y por unos momentos se me cruza por la mente de que no debería husmear en cosas que no eran mías, pero por otra parte la curiosidad me ganaba de más. Me coloco de cuclillas frente a ellas observándolas fijamente y jugaba con el listón mientras tomaba la decisión.

— ¿Qué se supone qué haces? — La voz de Kento detrás de mí hace que pegue un respingo del susto y acabe sentándome de lleno en el suelo goleando algunas flores con mi espalda.

— ¡Dios! — exclamó llevando una mano a mi pecho, mi mirada se desvía hacia el, lleva su pijama puesta, una taza humeante de café en una mano, el cabello despeinado y lentes de pasta que le cuelgan a mitad del Puente de la nariz. — Buenos días a ti también.

Al hombre se le dibuja una pequeña media sonrisa en el rostro antes de comenzar a caminar en mi dirección, él también esquiva las flores al mismo tiempo en que evita que el café se le derrame encima, cuando ha llegado a mi se coloca a mi lado y también se sienta a mi lado sobre el suelo. Son en total seis bolsas de papel de gran tamaño, de no ser por el moño juraría de qué tal vez eran de alguna tienda lujosa, Kento ladea la cabeza mientras las observa detenidamente.

— ¿Qué observas? — pregunta ingenuamente antes de dar un sorbo a su café.

— ¿Tú las has traído? — pregunto, mi mano se estira en dirección a su taza de café la cual él me cede por completo dejándome tomar un largo sorbo, se la devuelvo cuando he terminado y él también bebe un poco más — ¿Son tuyas?

— Llegaron esta mañana — dice por fin — Y son tuyas.

Mis ojos se abren con sorpresa y aquellas palabras han sido la luz verde que necesitaba para que mis manos tomen la primera sintiendo un poco de peso pero no el suficiente para que la bolsa se pudiera romper. Kento me observa sin decir nada, yo solo quito el moño con cuidado y cuando estoy a punto de abrirla me fijo en la tarjeta de dedicatoria que lleva cada una de ellas, pero el hombre es más rápido que antes de terminar de leer el habla.

daylight ── ❛NANAMI KENTO; JUJUTSU KAISENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora