CAPITULO IV

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EN LOS MONTES CARPATOS
AL ANOCHECER


E1 auto avanzaba por la curveada y angosta carretera delimitada por un lado por las agrestes montañas y por el otro por profundos despeñaderos. En el lejano horizonte el sol era un enorme disco rojo que estaba por ponerse. Habían recorrido camino desde las ruinas Ferenc hasta ahí por horas y horas, y estaban a punto de llegar al sitio donde se cumpliria una cita con el destino. SJ y Namjoon sabian que los asesinos irian. Y en especial ese rubio. Aquel hermoso encarnación del mal. Ahora comprendían el significado de aquel anillo, y por qué tenía tanto valor para el asesino. Atando cabos, uniendo los hilos, reuniendo toda la información de aquella dramática historia que habían ido conociendo y descubriendo desde su llegada a Europa, y ligándola con los extraños acontecimientos que habían vivido y los peligros que habían enfrentado, llegaban a la conclusión de que la leyenda de Jungkook, el Príncipe Maldito, y el amor desgraciado de Jimin de Ferenc, eran reales que maldecidos por el sacrilegio se habían convertido en seres de la noche, en no muertos. "Nosferatu" era el término que podria definirlos mejor. Con una sensación de terror que a duras penas dominaban, supieron con certeza que Jimin buscaba el lugar en donde su amante lo esperaba. Si eso ocurria, aquel ser demoníaco, desesperado y lleno de odio acumulado por siglos de siglos, volvería a la vida para asesinar sin piedad. Ellos dos juntos desencadenarian entonces una pesadilla de terror. Y en Namjoon y SJ estaba impedirio. ¿Lo lograrian? No lo sabian. Esperaban ahora a que el sol se ocultara y llegara la oscuridad.

-Si. Ellos vendrán. - Vendrían por las claves que ahora tenian. Ése era el cebo. Namjoon rogaba a Dios que la trampa se cerrara, porque de no ser así, todo estaria irremediablemente perdido, y lo primero, antes que nada, su vida y la de SJ.

El auto llegó al fin al viejo hostal enclavado en lo alto de una montaña. Bajaron. Enfrentaron nuevamente el horizonte. El sol estaba desapareciendo ya bajo el macizo montañoso, el cielo era ya un manchón rojo sangre, la hora se aproximaba. El anillo era la carnada. SJ estaba poniendo la trampa. Sólo era cosa de esperar a que los asesinos cayeran en ella.

SJ y Namjoon comprendían que estaba por llegar el final. Que tal vez ese día sería el último de sus vidas, ya no había marcha atrás. Ellos lo sabian y lo sabian sus enemigos.

En el criminalista y el agente de Interpol había un sentimiento de fatalismo. En aquellos momentos pesaba en el ambiente una sensación inquietante y aterradora, como si el diablo se hubiese aposentado ahi, y estuviera esperando para dar el golpe definitivo a través de uno de sus más temibles y sanguinarios aliados.

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EN EL HOSTAL
MONTES CARPATOS
HACIA LA MEDIANOCHE


Era ya noche cerrada. Afuera se escuchaban a lo lejos los barruntos de tormenta y los cielos se cimbraban con el sordo estrépito de los truenos. De vez en vez un relámpago rasgaba la oscuridad.

SJ ocupaba una habitación en el primer piso. La amplia ventana abierta ahora de par en par, daba al patio principal del hostal, a través del cual se alcanzaba la carretera. A través de la ventana se adivinaban las tinieblas. Los truenos hacían reverberar los montes. Los reflejos lividos de los rayos marcaban impresiones encolerizadas en las nubes. El criminalista estaba sentado ante una pequeña mesa sobre la que había colocado la laptop y trabajaba sobre un mapa de las estrellas en el que practicaba cálculos. De pronto sufrió un violento sobresalto al descubrirlo ahí, reflejado en la pantalla, a sus espaldas. Se volvió rápidamente preguntándose en qué momento había entrado Jimin en la habitación. Se le quedó mirando, sin pronunciar palabras, luchando por que el repentino terror que sentia no le dominara.

El Principe Maldito- Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora