CAPITULO II

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CIUDAD DE MEXICO.
10:30 Α.Μ.

La llamada le llegó en medio del tráfico de la mañana, haciéndole dejar a un lado el periódico que leía en el asiento posterior de su automóvil, para atenderla en su BlackBerry. El abogado preguntó distraídamente sobre quién le hablaba, Blanca, su secretaria, al otro lado de la linea le informó que le llamaban de Nueva York. Y parecía urgente.

Mi YoonGi era uno de los socios principales en Jefferson, Garmendia & MinKorean abogados, influyente firma legal que ocupaba tres pisos de uno de los modernos edificios inteligentes que se elevaban en sus cuarenta pisos en la zona de negocios del distrito de Santa Fe. Ellos ocupaban los números 27, 28 y 29. Despacho especializado en asuntos corporativos, financieros, civiles y penales, era una de las mas reputadas firmas juridicas del país, con sucursales en América Central, Sudamérica, Estados Unidos, Singapur, Corea, Canadá y Europa.
Más de mil abogados prestaban sus servicios en diversas partes del orbe atendiendo los asuntos de su enorme y pudiente clientela, que estaba dispuesta a pagar los setecientos dólares la hora de abogado Senior. El hombre, ya en los treinta años, sabía distinguir bien cuando su secretaria le decía que un asunto era urgente, "y realmente urgente", o no lo era. En el presente caso, la llamada era de las que debían de atenderse.

-¿Quién me habla?

-El señor Frank Berman...

El hombre era uno de los socios de la firma legal en Nueva York. Para que lo buscara a esas horas de la mañana, y en aquel día que religiosamente se dedicaba a jugar golf, el asunto realmente tenía que ser importante. Así que sin dudarlo, el abogado pidió a su secretaria:

-Hazme el enlace.

Aguardó un instante, mirando distraídamente a través del cristal blindado de su auto hacia el tráfico que invadia totalmente los otros dos carriles de la avenida, dificultando el avance. Su chofer manejaba atento pero relajado. La voz de Frank Berman le llegó por la linea hablándole con familiaridad:

-Hola, YoonGi... Aquí Frank Berman...

Min respondió en igual tono.

-¿Qué tal Frank? ¿Qué hay de nuevo para que me busques tan temprano y hayas dejado tu golf?

La voz del hombre al otro lado del teléfono se tornó grave, profesional:

-Un encargo para ti... Algo delicado y que debe hacerse rápido...

-¿De qué se trata...?

-Una cliente nuestra, Julia Goldinak, ha pedido nuestra intervención para que rescatemos el cadáver de su nieta...- YoonGi no hizo comentario alguno. Esperó atento a que el otro continuara.

-La asesinaron en México hace unos días... El cadáver aún se encuentra en el Servicio Médico Forense... La cosa es que ustedes la saquen de ahí y la envien a Nueva York sin demora... Nuestra cliente quiere enterrarla acá... Te estoy preparando los documentos legales para que puedan llevar a cabo el papeleo burocrático allá en México... Seguramente estarán en tu escritorio para hoy en la tarde.

-Trabajaremos en eso de inmediato...

-Ella nos pide que alguien de confianza acompañe el cuerpo desde que salga de la morgue hasta ponerlo en el avión...

-No habrá problema con eso.

Una leve pausa al otro lado de la línea, hizo inquirir a YoonGi:

-Frank...? ¿Aún estás ahí?

-Si, aquí estoy, YoonGi... Hay otra cosa más... considéralo una excentricidad, o como sea, el caso es que la señora Goldinak tiene un deseo... más bien nos lo ha impuesto como una exigencia ineludible...

El Principe Maldito- Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora