- Deberían de controlar el comportamiento de su hija.
- Si, no se preocupe -dijo un castaño con una mirada molesta hacia una niña.
Ambos, niña y adulto, salieron de la dirección escolar, para dirigirse a un auto de color rojo oscuro. Debieron y el hombre comenzó a manejar hacia su hogar. La niña, por su parte, mantenía una mirada baja, esperando el sermón de su padre.
- ¿Por qué golpeaste al niño, Midnigth?
- Papá Kai, no lo hice de maldad. Ese niño le quitó sus cosas a Min -exclamo algo molesta al recordar lo sucedido.
- Debes aprender a comportarte -le reclamo el mayor.
- Ese mocoso debe aprender a no tomar cosas que no son suyas.
- Hey.
- ¿Que? Tu dices cosas peores que yo cuando alguien se acerca a papá Lloyd.
- Eso no es cierto.
- Si lo es. Tu dices: Maldito hijo de-
- ¡Bien, bien. Ya entendí!
- También dices cosas como: La pu-
- ¡Ya entendí! No tienes que repetirlas.
- ¿Por qué no?
- Lloyd me mataría si supiera que dices groserías.
- ¿Pero por qué cuando tú las dices no te hace nada?
- Soy un adulto, puedo decir lo que quiera.
- ¡Que injusto!
- Eso no es nada comparado a tu castigo.
- ¿Que tan malo puede ser?
- No verás a Min hoy.
- Puta madre.
- ¡Hey!
- ¡Eso es injusto, joder!
Y así siguieron hasta llegar a su hogar. Dónde Midnigth quedó castigada sin poder ver a Min por el resto del fin de semana, y aparte, ayudar a sus padres con sus cosas, algo que no le molestaba del todo.
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Padres por error
RandomUn día como cualquiera, en el monasterio, golpean la puerta desesperadamente. Los ninjas van a ver, pero solo encuentran algo que los dejará algo impactado.