Capítulo 1

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¡Noticia de última hora!

Hubo un incendio en el lado norte de Ninjago cerca del mediodía. Se reportaron varios cuerpos sin vida y algunos heridos con riesgo de muerte.

Todavía no se encuentra algún rastro de que pudo haber causado el incendio, o de quien pudo ser el responsable. Pero esperemos informándoles sobre cualquier cosa que se encuentre.

Por el momento, que tenga un buen día.

. . . . . . . . .

- ¿Escuchaste lo que pasó?

- Si, al parecer era un lugar donde experimentaban con algunos animales, hasta dicen que trabajaban con personas.

- ¿Enserio?

- Así dicen.

- Que desagradable.

- Ya me imagino lo que le hacían.

- Que asco.

Todos habían oído de la noticia que transcurrió por todos los canales. Al parecer, un edificio bastante grande se incendio por razones que nadie conoce hasta el momento. Ocurrió el día anterior al inicio de clases, y varios padres estaban preocupados de que el edificio vuelva a incendiarse y que las llamas se propaguen hasta el centro de la ciudad. Eso causaría muchos destrozos y daños a la ciudad.

- No te preocupes mamá, estaré bien.

- ¡¿Pero que pasa si-

- Mamá, por favor.

La mayor de edad miro y dudo unos momentos, para después soltar un suspiro y besarle la frente a su hija, acariciándole la mejilla.

- Está bien, ve a la escuela, Pero por favor, ten cuidado.

La adolescente abrazo a su madre y salió directo a su escuela, corriendo ya que estaba llegando tarde. Cuando le faltaba una calle para llegar, alguien le jaló del brazo, haciendo que retroceda. Iba a reclamar cuando vio un auto que casi la atropella.

- Oh por-

- Ten más cuidado.

- ¿Que? -volteo para ver quién le hablo, pero no encontró a nadie. Confundida y algo shockeada siguió su camino. Llegó a la escuela antes de que cerrarán las puertas, pero la profesora de literatura no eran compasiva con ningun alumnos, y le mando como castigo enseñarle la escuela a la estudiante nueva. No le quedó otra que aceptar- Lo que usted diga profesora.

- ¡Y que no se vuelva a repetir, o me veré obligada a mandarle un reporte a todos! -dicho eso, varios comenzaron a quejarse y desquitarse con su compañera- ¡Silencio o les reprobara la nota del trimestre a todos los que se quejan! Y usted señorita Valey, valla a su lugar.

- Está bien.

Aquella profesora era exigente, Pero la desgraciada era buena explicando y siempre recalcaba lo más importante. Dejaba tareas sobre temas del año anterior y temas de que hablaba en su clase, para saber que tanto sabían. Además, para asegurarse de que no sacaban las respuestas de Internet, hacia las mismas preguntas para ver qué respondían, y muy pocos lo hacían sin mirar la hoja que contenía la respuesta. . .

El tiempo les parecía eterno cuando estaban con ella, y apenas sonaba la campana salían corriendo ignorando los regalos de la profesora.

- Mocosos irrespetuosos, ya veran cuando se lleven la materia -solto molesta, y dirigió su mirada hacia una de sus alumnas que seguía ahí dentro- ¡Valey, venga conmigo!

- Ya voy.

La adolescente se levantó de su silla y siguió a la maestra hasta la dirección, la de edad avanzada golpeó la puerta y la abrió. Adentro se encontraban un hombre de cabello lacio, peinado hacia atrás, un traje negó y una mirada seria, Pero había otra persona dentro, quien aprecia ser la nueva estudiante.

- Oh, veo que encontró una voluntaria señora Madison.

- Déjese de charla y explíqueme lo que tiene que hacer, yo tengo asuntos importantes que atender.

Si ho eso la mujer cascarrabias se fue, dejando a las chicas con el director, quien suspiro resignado.

- Esa mujer me traerá problemas. . . ¡Bien! Valey, veo que te ofreciste para mostrarle la escuela a nuestra nueva estudiante.

- Me castigaron por llegar tarde.

- Oh, bueno, eso no importa. Quiero que conozcas a Hide, ella será tu compañera.

La mencionada solo hizo un gesto con la mano. Tenía una sudadera azul oscuro, con el gorro puesto, un cubrebocas negro y parte del cabello se cubría el rostro, así que no podía verlo del todo.

- ¡Mucho gusto, soy Min Valey!

- Hola.

Por un momento aquel tono se le hizo familiar. Pensó que. . . No, no. No debía hacerse ilusiones. Le hizo gesto a la contraria para que la siguiera, algo que obedeció al instante y ambas salieron de la dirección para comenzar con el tour.

Padres por errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora