El sol comenzaba a salir, alumbrando las calles de Ciudad Ninjago. Todo estaba tranquilo. Algunos se levantaban para ir a trabajar y otros simplemente por mero gusto.
Vallamos con los protectores de la ciudad, los cuales seguían durmiendo, a excepción de alguien.
Midnigth estaba despierta, caminando despacio entre los pasillos del monasterio. Estaba buscando a su padre Lloyd, ya que le tenía cariño a este.
Llegó a una habitación algo apartada de las demás, dónde le entró curiosidad por saber que había detrás, así que intento alcanzar la perilla de la puerta. Luego de varios intentos fallidos, se sentó en el piso y comenzó a soltar leves lágrimas.
- *snif* *snif* -empezó a preocuparse, pensando que no podría ver a sus padres, y eso hizo que llorara- ¡Waaaaaa! ¡Waaaaaa!
La puerta se abrió de golpe, dejando ver al rubio de ojos verdes, con una expresión de preocupación. Al bajar la vista, diviso a la bebé, quien lo miraba con lágrimas en los ojos.
- Shhh, shhh, no llores Mid -la cargo para comenzar a consolarla, algo que fue funcionando de a poco.
- BA... Papá -balbuceo la menor, causándole ternura al oji verde.
La llevo hacia la sala, dónde la sentó en el sofá y le encendió la televisión para que viera caricaturas.
- Si quieres algo, solo acércate -dicho esto, se fue a la cocina a preparar el desayuno, mientras la bebé miraba atentamente la televisión.
Fueron pasando los minutos, Lloyd le preparo un poco de leche en el biberón, mientras el traía consigo un poco de cereal. La bebe apenas vio el biberón, comenzó a alzar sus bracitos, dando a entender que se lo entregara. Lloyd entendió, y le entrego el biberón, sentándose junto a ella.
Mientras que Lloyd comía su cereal, de repente fue alzado desde la cadera, asustando lo un poco.
- ¡P-pero que-
- ¡Buenos días Lloyd!
Al reconocer la voz se tranquilizó, fue bajado y se volvió a sentar junto a la bebé.
- ¿Que hacen?
- Nada interesante Kai, solo desayunamos.
- Hmmmm. . . Oye, ¿Que te parece si después vamos a la ciudad a comprarle cosas a Midnigth?
- Me parece bien, pero hay que avisarle a los demás para que no se preocupen.
- No hay problema, vallamos ahora, ya le dejé una nota a cada uno por las dudas.
- Sigo en pijama.
- Tu ve a cambiarte, yo cuido a Mid.
El rubio se fue y Kai se quedó con Midnigth, quien al verlo le saco la lengua mientras reía.
- No seas mala Mid.
La menor siguió haciéndole aquel gesto.
- ¿Acaso no me quieres?
Fingió tristeza al decir aquello. La menor se sintió culpable y comenzó a lagrimear por hacerlo sentir mal, y luego de unos segundos comenzó a llorar.
- ¡Lo siento, era mentira, se que me quieres!
Midnigth lo miro, y al ver su preocupación dejo de llorar para mostrarle una sonrisa.
- Estoy listo, ¿Vamos?
Ambos se asustaron por la repentina aparición del rubio. Kai tomo a la bebé en brazos y los tres salieron del monasterio, camino a la ciudad.
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Padres por error
AcakUn día como cualquiera, en el monasterio, golpean la puerta desesperadamente. Los ninjas van a ver, pero solo encuentran algo que los dejará algo impactado.