Capítulo 49

32 6 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ᴀᴜɴQᴜᴇ ʏᴀ ɴᴏ ɴᴏꜱ ᴠᴇᴍᴏꜱ, Éʟ ꜱɪɢᴜᴇ ꜱɪᴇɴᴅᴏ ᴜɴ ɢʀᴀɴ ᴇᴊᴇᴍᴘʟᴏ ᴀ ꜱᴇɢᴜɪʀ ᴀᴜɴQᴜᴇ ᴀ ᴠᴇᴄᴇꜱ ɴᴏ ʟᴏ ᴘᴀʀᴇᴢᴄᴀ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ᴀᴜɴQᴜᴇ ʏᴀ ɴᴏ ɴᴏꜱ ᴠᴇᴍᴏꜱ, Éʟ ꜱɪɢᴜᴇ ꜱɪᴇɴᴅᴏ ᴜɴ ɢʀᴀɴ ᴇᴊᴇᴍᴘʟᴏ ᴀ ꜱᴇɢᴜɪʀ ᴀᴜɴQᴜᴇ ᴀ ᴠᴇᴄᴇꜱ ɴᴏ ʟᴏ ᴘᴀʀᴇᴢᴄᴀ .

ᴀᴜɴQᴜᴇ ʏᴀ ɴᴏ ɴᴏꜱ ᴠᴇᴍᴏꜱ, Éʟ ꜱɪɢᴜᴇ ꜱɪᴇɴᴅᴏ ᴜɴ ɢʀᴀɴ ᴇᴊᴇᴍᴘʟᴏ ᴀ ꜱᴇɢᴜɪʀ ᴀᴜɴQᴜᴇ ᴀ ᴠᴇᴄᴇꜱ ɴᴏ ʟᴏ ᴘᴀʀᴇᴢᴄᴀ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La luz se filtraba suavemente a través de mi ventana, marcando el inicio de otro día

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La luz se filtraba suavemente a través de mi ventana, marcando el inicio de otro día. Había estado ocupada con todo lo relacionado con los exámenes Chunin, y aunque era agotador, también me mantenía distraída, lo cual agradecía más de lo que admitiría.

—¡Pequeña bruja! No finjas que no estás, porque puedo verte. —La voz de Jiraiya resonó desde la entrada, rompiendo mi tranquilidad matutina.

Rodé los ojos ante su llamado, tan ruidoso como siempre.

—Estoy ocupada, maestro Jiraiya —respondí con desgano mientras bajaba las escaleras rápidamente, casi tropezando con mis sandalias.

—¿Ocupada? Bah, siempre tienes tiempo para mí. —Su sonrisa amplia me recibió al pie de las escaleras, tan descarada como la recordaba.

—¿Qué necesitas, maestro? —pregunté con tono seco, cruzándome de brazos.

—¿Por qué tanta formalidad? Antes me decías Jiyi.

Sentí cómo el calor subía a mis mejillas.

—Eso fue cuando tenía ocho años. Déjame en paz.

—Nunca.

—¿Qué necesitas, maestro Jiraiya? —repetí, esta vez con más firmeza.

—Pues resulta que le debo un favor a un mocoso, y necesito que lo hagas por mí.

Lo miré, alzando una ceja con sospecha.

—¿Y yo qué gano a cambio?

Él sonrió con esa expresión que siempre me hacía dudar de sus intenciones.

—Dime algo, ¿sigues hablándote con ese niño que siempre estaba en el hospital contigo?

—¿Hablas de Kakashi? Sí, ¿por qué?

—Pues te ayudo con él.

—¡Entre Kakashi y yo no hay nada! —protesté, aunque mi voz salió un poco más alta de lo que pretendía.

—Ajá, claro. Y Tsunade se ve vieja.

Le lancé una mirada que habría hecho retroceder a cualquier persona razonable, pero Jiraiya solo se cruzó de brazos, esperando mi respuesta. Sabía que no tenía escapatoria, así que suspiré, resignada.

—Está bien, ¿qué quieres que haga?

Jiraiya me miró con esa sonrisa ladina que siempre había sido su marca registrada, como si supiera algo que yo no.

—Vamos, pequeña bruja, no me hagas explicarlo. Es más que obvio.

—Lo único obvio aquí es que has venido a molestarme desde temprano. —Intenté desviar el tema, pero sentí el leve calor subiendo a mis mejillas.

Jiraiya se carcajeó, tan ruidoso como siempre, mientras sacudía la cabeza.

—No importa cuánto intentes negarlo, niña. Yo sé lo que vi. Kakashi estaba mirándote como si fueras la única persona en esa sala.

—Ya basta, maestro Jiraiya. ¿Qué es lo que necesitas que haga? —pregunté, cambiando el tono a uno más serio para poner fin a la conversación.

Jiraiya dejó de reírse, aunque la diversión seguía en sus ojos.

—Bien, bien. Es simple. Quiero que le enseñes a el niño a usar su chakra de forma más eficiente. El chico tiene talento, pero no sabe controlarse.

—mmm, y quien es el niño —pregunté—. además ¿Por qué yo? conoces a bastante gente que te haría el favor.

—Porque eres paciente, y porque si intento enseñarle yo mismo, probablemente termine incendiando algo. —Se encogió de hombros, como si fuera lo más obvio del mundo—. Además, confío en que sabrás cómo manejarlo, ah y el niño es un enano rubio gritón no me he aprendido su nombre.

Suspiré, sabiendo que no tenía forma de negarme.

—Está bien. Lo haré. Pero si esto sale mal, será tu culpa.

—Trato hecho. —Jiraiya sonrió ampliamente antes de dirigirse hacia la puerta—. Ah, y recuerda lo que te dije sobre Kakashi. No lo dejes escapar.

Le lancé una almohada antes de que pudiera salir, pero él la esquivó con facilidad, soltando una última carcajada mientras desaparecía por la puerta.

—Te buscaré mañana por la mañana—Grito Jiraiya cuando estuvo lejos. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: a day ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

My Electric Love; Kakashi HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora