41: Dar la cara.

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Ya habían pasado más de tres dias, desde que Gian y Ámbar formaran por completo su lazo. Ahora compartían sus emociones, deseos y anhelos. Todo era hermoso para ellos, nada se compara con eso.

Pero hoy toca enfrentar a Tomy, para poder escribir con sus propias manos el futuro que le deparará a él y a Ámbar. Estaba decidido a vencer.

No iba a permitir que este sentimiento creciente en su pecho se apague.

Hace unos dos días, Tomy logró llevarse consigo a Ámbar. Aún sabiendo que ya formaban un lazo, trata de separarlos.

Gian intentó defenderla, pero era débil contra la magia que usaban Lila y April. Aún así, logró liberarse de ella, solo que la morena lo dejó inconsciente con un dardo en su muslo... De lo contrario...

Eso alimenta más las ganas de partirle a putazos la cara al mal nacido de Tomy. No iba a permitir que se saliera con la suya.

La tercera Luna empezó a subir, iluminando el cielo con su tenue color gris. La manada Luna y la manada Creciente, estaban presentes para presenciar el enfrentamiento entre Tomy y Gian. A ambos lados de la arena, los integrantes de ambas partes estaban sentadas y en medio de las dos gradas estaba ubicado un sitio especial, donde los Alphas Asher y Andrw, junto a la Luna Linda estaban sentados como testigos de aquel enfrentamiento.

Tomy y Gian solo llevaban puesto un tapa rabos, sus cuerpos estaban expuestos y ambos estaban en su forma Bestia, Tomy tenía marcas en su cuerpo que demostraban cuantas batallas había librado, en cambio Gian solo tenía marcas en su cuerpo, cada que follaba con Ámbar y ella rasguñaba su espalda, una sonrisa estúpida se le formó en el rostro y casi tuvo una erección.

Sus extremidades llenas de pelo, junto a sus colas, eran iguales pero de diferentes colores, Gian era de pelaje negro y Tomy castaño, a parte en lo único que se diferenciaban era que Tomy tenía sus orejas sobre su cabeza y Gian, a ambos lados de su rostro, con una forma puntiagudas.

No había armas.

No había armaduras.

No sé permitían hechizos.

No había huída, solo la muerte. En ese caso... Estaba perdido, pero quería demostrar de una vez por todas que en verdad amaba a Ámbar y su amor por ella, iba a ser su fuerte, su motor para ganar esta pelea. Lo hacía por ella. No, lo hacía por ellos, por su felicidad y por estar juntos. Iba a ganar.

-¡Comiencen!-dijo Andrw y luego se volvió a sentar.

-¡Aaaarrrg!-un grito salió de Tomy al acercarse a Gian.

El moreno se puso en guardia. Tomy se puso frente a él y empezó a lanzarle golpes, Gian esquivó todos y se apartó. En un movimiento ágil, Tomy se puso a un lado de Gian y le lanzó una patada a la cara, que el moreno solo pudo detener usando su antebrazo como amortiguador, se desestabilizó.

-¿No vas pelear?-se burló Tomy-. Hoy es el día de tu muerte Gian, te arrepentirás de haberte metido con mi hija.

Gian se incorporó.

-Hoy la haré gemir mi nombre como nunca antes-sonrió-. Y me la voy a follar hasta que ya no sienta las piernas.

-¡Maldito infeliz!-gruñó.

Gian se abalanzó sobre Tomy, lanzó un golpe que sintió haberle dado, pero Tomy lo esquivó y lo tomó del brazo, usó sus garras y perforó el hombro de Gian.

Gian gruñó de dolor y se safó de su garre. El dolor era inmenso pero aún así, volvió a ponerse en guardia y atacó de frente a Tomy con repetidos golpes... Al final logró atinarle en el estómago, dejandolo sin aire. Tomy cobró aliento y le lanzó otra patada que hizo girar al moreno hasta caer al suelo... La vista de Gian se tornó borrosa, se puso de rodillas y trató de aclarar su visión pero no obtuvo resultados.

-Estas jodido Gian-lo tomó por el pelo-. Suplica piedad y te mataré sin que sufras demasiado-enterró sus garras en el estómago del moreno.

Gian gritó y escupió sangre. Tomó el brazo de Tomy e intentó sacarlo de su cuerpo.

-Ahora me das lastima-volvió a apuñalar el cuerpo del moreno.

Luego lo soltó y éste cayó tendido boca abajo, desangrándose por las heridas.

En verdad estaba perdido, no sentía parte de su cuerpo y lo que sentía estaba inmerso en un dolor insoportable... Agradeció a las Lunas por no permitir que Ámbar sintiera ese dolor, había aprendido a ocultar parte de sus pensamientos e incluso su dolor.

Estaba acabado.

Y pensar que deseaba una vida junto a Ámbar...

Y pensar que iba a morir sin haberle dicho que la amaba o escucharle decir eso de sus labios día tras día, sin parar.

Una harcada vino a su boca y escupió sangre. Y decidió que no se iba a rendir, no tan fácil, no de esta manera.

Quería verla sonreír por el resto de su vida. Iba a estar para ella en la buenas y en las malas.

Lo iba a hacer por ver de nuevo ese rostro sonreír de felicidad.

El público estaba celebrando la victoria de Tomy, cuando Gian se puso de pie, sin saber de dónde sacó las fuerzas para hacerlo...

Sin que Tomy se diera cuenta, se acercó y sagazmente traspasó el cuerpo del castaño con sus garras, rasgando sus entrañas. Tomy abrió los ojos, llevó sus manos al lugar donde salía la mano de Gian, el moreno extrajo su brazo y Tomy cayó de rodillas, con la boca abierta y llena de sangre. Gian limpió con su brazo la sangre que escurría de su boca, y con el otro se sostuvo el abdomen.

Tomy terminó de caer al suelo de frente, la gente aún estaba conmocionada, habían perdido el habla. Todos estaban en silencio y Linda tenía una mano puesta sobre su boca.

Los Alphas estaban petrificados.

Gian se encaminó hacia donde estaban ellos, a paso lento y sosteniendo sus heridas, escupiendo sangre y tratando de detener las hemorragias.

-He ganado-dijo una vez estuvo frente a ellos. Escupió un poco de sangre-. Entreguenme a mi Luna.

Su cuerpo perdió estabilidad y se calló hacia un lado, antes de que estampara contra el suelo, el anciano lo sostuvo.

-Traigan a la chica-ordenó.

El rostro de Linda estaba petrificado, sus ojos estaban abiertos de par en par, no sabía si sentir odio hacia Gian, o sentirse bien por que su hija obtuviera la felicidad. Pero luego su mirada se perdió en el cuerpo inmóvil de su esposo.

-Andrw...-Asher intentó hablar pero el anciano lo interrumpió.

-¡Traedla ahora!-vociferó-. Quizás sea la última vez que este chico la vea... Las heridas producidas por un Lobo sobre otro, son como las producidas por la plata-depositó a Gian en una silla-, son incurables.

Una sonrisa débil se dibujó en el rostro del moreno. Al final sí logró su objetivo, solo que al parecer no tendría el tiempo que quería...

Tosió y botó otro poco de sangre. Su alrededor se volvió silencioso y de su mente no salía la imagen de Ámbar.

-Lo hice...

-Claro que sí. Lo has hecho...-Andrw dejó caer una mano en el hombro de Gian-. Las Lunas te han otorgado la victoria... Tomy ha muerto.

El Celo de Una Luna(Disponible En Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora