43: Mi Sol.

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Loy se enteró por medio de uno de sus Beta, lo que Tomy planea contra su hijo. Tan pronto supo lo que iba a ocurrir, se encaminó lo más rápido posible para ver a su hijo y ayudarlo en esto si era posible... Pero al llegar, solo encontró el cuerpo de su hijo bañado en sangre, al borde de la muerte y casi sin conocimiento.

Su alma estaba destrozada, sintió el mayor de los miedos acercarse a él y traspasar su cuerpo con mucha facilidad.

—¡NOOOO!—el grito lo abandonó sin darse cuenta.

La gente llevó su mirada hasta él. Todo estaba en silencio, solo se podía escuchar el llanto incontrolable de Linda, además de los que eran reprimidos por Ámbar. La castaña estaba recarda sobre el moreno, conteniendo el llanto para no explotar.

Débilmente, Gian topó sus ojos con los de su padre. Era como verse en una especie de espejos, su parentesco era increíble.

Loy se acercó más a su hijo, sus pasos débiles y torpes. Con el alma destrozada se arrodilló frente a su hijo y explotó en llanto.

—¡Giaaan!¡¿Por qué?!...

El moreno tosió y escupió aún más sangre, reguló su reparación.

—Papá...—sostuvo fuerte su abdomen—Yo... Lo siento.

Loy golpeó el suelo.

—¿Porqué te disculpas?—hundió las cejas con tristeza—. Aquí el único que tiene que lamentarse y pedir perdón soy yo—su vista viajó hasta ver el cuerpo de Tomy tendido en el suelo—. Y de ese maldito egoísta. Solo pensó en su beneficio...

—Yo... No quise quitarle la vida a mamá—otra lágrima salió de sus ojos—. Lamento haberte hecho sufrir...

Las palabras dieron una punzada en la mente de Loy.

—Tu madre... Eso es—rió como loco y se apretó la cabeza.

—Loy...—Daniela se acercó a él y lo tomó por el hombro—. Tranquilo...

—Eso es—volvió a repetir—. Eres mitad vampiro Gian—sus ojos brillaron, pero sin dejar de soltar lágrimas—, tienes la bendición de la segunda Luna... Solo debes... Solo debes beber de su sangre—señaló a Ámbar con la mirada—. Será suficiente para que tus heridas sanen.

Ámbar se separó de Gian, observó su rostro frío y pálido.

—¿Es eso posible Loy?—le preguntó con el rostro lleno de ilusión.

El pelinegro asintió.

Por su lado, Gian ya no podía ni mantenerse cuerdo. Había perdido demasiada sangre.

La castaña hizo crecer sus garras y con un ágil movimiento cortó su brazo, la sangre empezó a escurrir de ella.

—Por favor... Que esto funcione Ressly—susurró.

La sangre cayó en la boca del moreno, quien no tuvo opción sino tomarla.

La segunda Luna, alcanzó junto a la primera el punto más alto en el cielo. Tornándose de rojo, dando un color único a la noche. A medida que la sangre de Ámbar era consumida por Gian, su cuerpo iba recobrando los sentidos, la herida de su hombro empezó a sanar. El dolor fue desapareciendo y cuando el moreno recobró sus fuerzas, tomó el brazo de la chica y lo acercó a su boca para beber de él, como un animal sediento.

Gian abrazó fuerte a la chica contra su cuerpo y bebió de ella hasta saciarse. Se obligó a soltarla, jamás iba a conformarse con beber solo un poco de ella, pero ahora no era el mejor momento para hacerlo.

Sus músculos entumecidos, volvieron a sentirse relajados. Ya no había dolor, y sus heridas habían desaparecido.

—Ámbar, yo te amo—le dijo al oído—. Te amo con todo mi ser—la apretó más contra su cuerpo y ella correspondió el abrazo.

El Celo de Una Luna(Disponible En Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora