10: El Celo de Gian.

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—¿Crees que sea suficiente?—la grave voz de Tomy era indiferente—. Recuerda que no es como los demás de la manada Lila—se acomodó en su asiento—, aún me cuesta creer que este chico haya estado cerca de Ámbar y no le haya hecho nada—bufó.

La anciana agachó la cabeza.

—Mientras la joven esté tomando la poción que le preparé—hizo un ademán con sus manos—, no habrá caído bajo el Celo del chico, mi señor—su mirada se topó con la de Tomy—. Fuera de eso, creo que con una Omega basta.

—Bien—Tomy juntó sus manos sobre el escritorio—, llévale a la muchacha. Encárgate de él y asegúrate de que apacigüe su Celo, no importa lo que tengas que hacer. Mantenme informado de todo.

—Como usted diga señor—La anciana asintió y se retiró.

Ayer Gian había venido junto con Linda y ambos, le declararon a Tomy que Gian estaba en Celo, por lo cual decidió mandarle una Omega al moreno.

Gian había actuado como protector de Ámbar sin que ella lo supiera, lógicamente no ignorante a qué su primo estaba allí, estos meses atrás Tomy y Linda habían decidido que no era necesario que estuvieran juntos, más ahora que a Ámbar le faltaban solo tres semanas para su cambio de forma, Linda había convencido a Tomy de que era necesario que Gian estuviese más cerca de Ámbar, para que así gracias a sus estudios como cazador en la manada Moon y con lo que conocía de magia, Gian pudiera proteger a Ámbar en caso de que un macho no deseado se quisiera aparear con ella.

Y había resultado; haber compartido habitación, hacía que el aroma de Gian se quedara impregnado en Ámbar, así los Lobos creerían que le pertenecía al susodicho... Pero de manera extraña, Gian entró en Celo.

Y Tomy no se creía el cuento de que había sido por la llegada de la primera Luna, pero tampoco quería pensar en lo peor.

—Espero no te hayas pasado de la raya—exhaló—, lo has estado haciendo bien hasta ahora Gian...

***

Gian recordó lo que Lila le había ordenado: permanecer desnudo en ésta habitación hasta que ella regresara. Y no es que tenga otra opción, ella se deshizo de su ropa y lo encerró mágicamente desde afuera, no sabía cómo carajos salir de allí.

No paraba de pensar en cierta castaña de ojos ámbar y pecas... estaba algo arrepentido por venirse de pronto hacia su tía y decirle que estaba en Celo. No quería meter a Ámbar en problemas, pero sabía que ya lo había hecho, además de creer que esta atracción que sintió repentinamente por Ámbar, fuese el resultado de un lazo, o al menos quiso pensar de ésta manera, porque no le hallaba sentido a todo esto...

La puerta se abrió y Gian se puso de pie, sin importarle que estuviese desnudo. Ingresaron dos personas, una de ellas Lila y la otra; una chica poco más alta que Ámbar, de cabellos rojos, ojos azules y esas malditas pecas que tanto le gustaba ver en el rostro de la castaña.

La chica entró y se sobresaltó al verlo, era de esperarse... Estaba desnudo.

—Ella es Sophy—dijo la anciana congelando el cuerpo de la pelirroja—, una Omega que se puede percibir por su gran belleza—los ojos de Sophy se abrieron de impresión, al sentir como Lila la desnudaba frente a Gian—. Espero sea de tu agrado, Tomy quiere que seas bien atendido por cuidar de su hija—Lila sonrió—. Es virgen—alzó su ceja— y puedes convertirla en tu mate si lo deseas.

Gian permaneció en silencio, no se creía capaz de estar con una chica abligandola. Él no era así, aunque no sabía cuánto podría resistirse hacerlo, puesto que su bestia interior estaba sedienta...

La anciana salió y la habitación volvió a quedar sellada, dónde había estado la puerta hace un momento, solo se podía ver una pared qué parecía ser indestructible.

Sophy fué liberada de su Hechizo, dejándose caer en el suelo sobre sus piernas, mientras tapaba con sus brazos sus pechos...

Solo percibir el escaso aroma que expide Sophy y Gian ya estaba duro, su miembro estaba tan prensado que parecía que iba a estallar. La producción de testosterona en su cuerpo aumentó, colmando la habitación de su propia aroma, la cual al golpear el olfato de Sophy, hizo que su cuerpo reaccione liberando aún más feromonas de su parte... Si esto sigue así, Gian se la acabará follando.

La chica había perdido algo de timidez, después de todo pocos eran los Lobos que se resistían a otro que está en Celo. Sophy no sería una la excepción...

—Me han dicho que te llamas Gian—susurró apenada.

Gian por su parte permaneció inerte y en silencio, sentía muy dentro de sí que estar con Sophy no era lo correcto.

¡Maldición!, ¿Qué le hacía pensar eso?.

Estrujó su cabello y se dió la vuelta para no ver esos hermosos pechos de Sophy, no embriagarse de sus labios, evitar ser hipnotizado por su cuerpo...

Pero Sophy ya había caído por completo en el incitante Celo de Gian, ahora no podia quitarle la vista de encima.

—Yo...—desvió la mirada del moreno—. Quiero ser tu mate...—cuando volvió su mirada al moreno, éste había fijado su vista en ella.

Sophy se quedó de piedras, la mirada vacía y sin vida de Gian, escudriña sin escrúpulos todo su cuerpo. A pesar de tener la mirada vacía, era como si dagas se enterraran de una manera exitante en el cuerpo de Sophy, su piel estaba erizada...

Gian votó aire por la nariz, se acercó repentinamente a ella y Sophy se puso de pie y retrocedió tapando con sus manos todo lo que podía de su cuerpo. Cuando Gian se detuvo a poco más de un metro de ella, volvió a respirar.

—Lo siento...—titubeó—, solo, es que, yo...—las palabras se enredaban en su lengua.

—No es necesario—la nota agrea en la voz de Gian.

La chica tragó, aflojó sus manos y estas cayeron a ambos lados de su cuerpo, lánguidas.

—Yo...—guardó silencio.

Gian había levantado su mano en dirección hacia ella, con solo el dedo índice arriba mientras le susurraba un Sssshhh...

La chica permaneció en silencio, al igual que Gian, quien no paraba de pensar en porqué carajos había decidido entrar aquí, pensaba en por qué simplemente no volvió con Ámbar y otra vez, se sintió confundido. Pero ahora estúpido por creer que podía lograr tener algo con Ámbar. Después de todo, ella simplemente le correspondió solo por estar en Celo.

Pero aún así, de alguna forma... Solo quería estar con ella. Así logró contenerse por un día, la mañana siguiente, ambos estaban embriagados del otro... Ella estaba paroda frente a él.

—Estoy dispuesta a ser tuya Gian—su voz era débil y tierna, cargada de timidez.

Había salido del baño, solo para toparse con Sophy desnuda delante de él... ¿Qué iba a hacer ahora?.

El Celo de Una Luna(Disponible En Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora