-Si, disculpa por no llamarte antes.
-No, ni te preocupes-suspiró-. Sé que a lo mejor has estado muy ocupada estudiando y eso, pero... Quería saber cómo vas con lo de tu primo y si tu madre ya lo sabe.
La vista de Ámbar viajó hasta toparse con la casi desnuda silueta de Gian, quien la mira con una sonrisa estúpida en el rostro.
-He... Bien-fué lo que dijo.
-¿Qué?-reprochó-. Ámbar, ¿escuchaste lo que dije?.
Sacudió su cabeza.
-Lo siento, es que ando un poco ida-su risa fue extraña-. Ya lo sabe, pero mi padre montó toda una escena...
-Eso lo explica-dijo más para ella misma.Ámbar frunció el ceño.
-¿De qué hablas?.
Mila tomó aire del otro lado.
-Mi padre recibió una llamada del tuyo ayer y hoy salió para encontrarse con él-hubo silencio-. Dijo que iban a acabar con alguien sin importar el costo.
La mente de Ámbar se detuvo, cayendo en cuenta de lo que vino hacer. Gian corría peligro con su padre cerca de él. Tomy era capaz de cualquier cosa para cumplir con sus manías, no le importaría quebrantar las reglas.
-Mila luego te llamo-antes de recibir respuestas, cortó.
El semblante en su rostro, hizo que Gian la observe con preocupación.
-¿Qué ha pasado?.
-Gian, por amor a las Lunas-dejó el celular sobre la mesa-. Si mi padre llega a confrontarte, trata de no seguirle el juego. Lo que quiere es hacer un escándalo para retarte a muerte.
El rostro del moreno se volvió neutro.
-Ya lo ha hecho-respondió frío-. De hecho pensé que no te vería hasta después de nuestro encuentro.
Las palabras penetraron el pecho de ámbar como una daga de plata a su corazón. Llevó las manos a su cabeza y se dejó caer al suelo mientras niega.
-Dime que no aceptaste-su mirada era suplicante.
Las manos de Gian se hicieron puños, su mandíbula se tensó y sus labios oprimidos.
-No tuve opción-desvió la mirada-. Era eso o perderte. Y no quiero perder a la persona más importante en mi vida-su respiración se podía escuchar.
-¡Tenías que negarte, Gian!.
-Es fácil para tí decirlo Ambar-su mirada indagó lo más profundo de la castaña-. No quiero que nuestro futuro dependa de alguien más-se acercó a la chica-. Quiero ser yo, quien te proteja-se arrodilló frente a ella-. No quiero perderte...
Sus brazos la rodearon, ella sin darse cuenta ya estaba llorando. No podía negar que tenía miedo de perderlo, le aterraba de solo pensarlo.
-Yo tampoco quiero perderte...
-Entonces luchemos juntos-levantó el rostro de la castaña-. Yo ganaré el derecho de tenerte, tú... Regálame una sonrisa todos lo días-limpió sus lágrimas-. Eso será suficiente para acabar con toda esta mierda-le dió un beso suave y tierno-. Yo ganaré. Te lo juro.
Ámbar besó los suaves labios del chico, saboreando su exquisito sabor a cedro y canela. Olvidando todo. Sus manos tocando sin pudor la piel descubierta del moreno. Éste la apretó más contra sí, oprimiendo los pechos de Ámbar contra el del.
Sus cuerpos volvieron a reaccionar, colmando la habitación de sus hormonas de lobos en Celo. Sus cuerpos mojados estaban a punto de colapsar de éxtasis, la ropa empezó a estorbar.
Gian volvió a quitar la ropa que cubría los senos de Ámbar. Su beso se volvió dominante y cargado de deseo. Soltó los labios de la castaña para atacar su cuello con lametazos, mordidas y besos. Acarició sus pechos y orejas, mientras saborea a la castaña, robándole gemidos.
-Gian... Para. Tenemos que bañarnos o nos vamos a enfermar-dijo tratando de apartarlo.
El chico gruñó, pero se apartó de ella y la ayudó a levantarse. Luego dejó sus ojos puestos sobre los de Ámbar, mientras se quitaba el pantalón y el boxer delante de la castaña.
Una sonrisa perversa se esbozó en su rostro al ver que la castaña se sonrojó al verlo desnudo.
-¿Qué estamos esperando?-preguntó ladino.
Ámbar se encargó de preparar la tina. Luego ingresó y tras de sí, entró Gian. El agua se desbordó al tener los dos cuerpos dentro. Uno frente al otro, observándose fijamente. Sus piernas entrelazadas.
-No pensarás...-intentó decir, pero Gian no la dejo terminar la oración.
Se acomodó entre sus piernas y la besó. Hundió su lengua en la boca de la castaña, mordía sus labios y acaricia a palma abierta el desnudo cuerpo de Ámbar.
Luego la tomó por los muslos y subió sus piernas sobre sus hombros, Ámbar sostuvo al moreno por el cuello, mientras él se ubica en la entrada de su cavidad.
Ámbar gimió al sentir el roce de Gian en su palpitante intimidad. Bajó desde el cuello de Gian hasta sus hombros tensos, acarició su espalda y se detuvo sobre las nalgas del moreno para apretarlas.
-Quiero tenerte para mí toda la vida Ámbar-le susurró y antes de que ella dijese algo, la penetró de una sola estocada.
Ámbar arqueó la espalda al recibir a Gian dentro, sus uñas se clavaron en la piel del moreno, a la vez que un gemido ahogado abandonó sus labios.
Al estar dentro de la castaña, Gian se acomodó mejor. Aún con las piernas de Ámbar sobre sus hombros juntó sus bocas.
Cada vez, sus encuentros eran mejor que el anterior. Sus cuerpos se sentían más y más atraídos, estar juntos era la perfección en su completo esplendor.
Los movimientos dentro de la estrecha cavidad de Ámbar eran continuos y violentos. Cada embestida dejaba olas sobre el agua que luego se desborda de la tina.
Los jadeos y gemidos hacían eco en las paredes del baño.
Gian embestía el cuerpo de la castaña mientras daba atención a sus pezones con su boca.
-¡Ah, así, así... Más por favor, Gian!-gimió.
Gian observa con admiración el rostro rojo de la castaña, a éste punto sus pecas ya no se ven. Sintió como la cavidad de Ámbar apretaba más su miembro, cuando la chica empezó a moverse contra él, se detuvo.
El rostro de Ámbar fué todo un poema, miró con extrañeza al chico y lo impulsó a seguir empujando contra sí el cuerpo del chico.
Gian la detuvo y salió de ella.
-No te voy a hacer llegar tan rápido-le sonrió.
Se levantó, dejando a Ámbar a la expectativa. La chica solo pudo apreciar el miembro de Gian, con el deseo de que la siguiera follando o que por lo menos le permitiera chupársela.
-Date la vuelta-le ordenó.
Ámbar obedeció. No podía hacer nada más, solo quería sentirlo dentro, penetrándola con fuerzas y que la hiciera gemir su nombre.
Al quedar apoyada sobre sus rodillas, Gian se acomodó debajo de ella. Luego la tomó por el cabello y la hizo girar el rostro para besarla. Con su mano libre, tomó su miembro erecto y lo condujo a la entrada de la castaña y con mucha facilidad la penetró. Robando un gemido que fue ahogado por sus labios. Un gruñido salió de él, cuando sintió la piel cálida rodeando se verga.
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El Celo de Una Luna(Disponible En Dreame)
WerewolfLas tres Lunas llenas se acercaban, el cambio de forma junto al Celo de una futura Luna estaban a punto de llegar... Pero las Diosas Lunas tenían un destino preparado para Ámbar, quien iba a ser entregada como Mate a Dany, hijo del Alfa Asher. Este...