42: ¿Castigo de las Lunas?.

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Linda no pudo explicar a su hija el porqué de su decisión... No tuvo el valor para hacerlo y decidió guardar silencio, una vez más. Dejando todo en manos de Tomy.

Fué un tanto difícil, pero al final, luego de que Ámbar desatara un berrinche de celos e ira hacia Tiana y su padre, este logró dejarla encerrada. De la misma forma en que lo hicieron con Gian y Sophy. La pelirroja justo ahora, estaba siendo castigada por Lila, por ser causante de la vergüenza que Tomy pasó delante de Andrw.

Todo iba marcando según el plan, como plan "b", había traído a su hermano Luis. Ambos se encargarían de acabar con Gian, aunque fuesen desterrados de los lobos. Ese era el plan a fin de cuentas, acabar con la vida del moreno. Sin importar los sentimientos de la castaña o el lazo que los une.

-¿Porqué?...-cubrió su rostro con sus manos-. Esto no puede ser real-las lágrimas caían de sus ojos-¿Cómo puedo ser tan débil?, ¿porqué mi padre hace ésto?...

Estaba destrozada. No sabía cuánto tiempo había pasado en sí, estaba encerrada en una habitación que no daba por ningún lado con el exterior.

La imagen sumisa de su madre la abordó.

-¿Porqué?...-soltó un sollozo-¿Porqué mamá?...-limpió su rostro humedecido.

No obtuvo respuesta en la mirada triste y distante de aquella mujer que le dió la vida. En cambio su padre, solo la regañó por haber aceptado la marca de Gian, como si no le importara. Bueno, después de todo lo que ha estado haciendo, es más que claro que no le importa lo que ella sienta.

Pensando en las chicas, en cómo había quedado Gian inconsciente en su habitación y en April, la castaña se quedó dormida. Ya su cuerpo no aguantaba más, estaba exhausta de tanto llorar. No había parado de golpear las paredes y de gritar desde que entró aquí, pero todo fué en vano.

Despertó cuando el aire no llegaba a sus pulmones. Aunque se exigía respirar, no lo conseguía. La desesperación se acumuló en su rostro, dejandolo pálido y con la boca y ojos abiertos. Luego de eso, una punzada en su hombro, además de que sus entrañas parecieron desgarrarse... Claramente sentía el amargo sabor de la sangre en su boca, pero escupió y notó que su saliva era normal.

Limpió su rostro y se puso de pie. Unos minutos después, una puerta se abrió a un lado de dónde ella estaba recargada, sosteniendo su vientre y secando el excesivo sudor que salía repentinamente de ella.

-Ámbar-la voz le salió quebrada-. Tu... tu padre ha muerto-dejó salir con los labios temblando-. Gian ganó.

Sus ojos ámbar conectaron con los café de April. No sabía si saltar encina de la morena y golpearla, llorar por la muerte de su padre, sentirse alegre por la victoria de Gian o... Mal, por haber sido Gian quien mató a su padre.

Su mente era todo un torbellino de pensamientos. Sus emociones estaban colapsando y solo pudo dejar escapar lágrimas. Las cuales no sabía si eran de felicidad, tristeza o impotencia. Y cuando se iba a sumergir en su llanto, la morena le dijo:

-No hay tiempo para lamentarse-carraspeó-, Gian está al borde de la muerte-apretó los ojos y desvío la mirada-. Tienes que ir a verle-secó una lágrima, que sin saber se había escapado de su ojo-. Lo siento...

La castaña secó sus lágrimas, pensando en lo mucho que las Lunas la estaban haciendo sufrir.

¿Porqué le hacían ésto?.

Se incorporó y salió de la habitación, golpeando un poco el hombro de April al salir e irse corriendo.

¿Qué había hecho para merecer ésto?.

Por los pasillos vacíos, solo se escuchan los ecos de sus pasos. A medida que avanza y seca las lágrimas que sin permiso, salen y queman desde el interior, hasta caer de su rostro.

Ella no era una mala persona.

La brisa fría de la noche acarició su piel y la erizó. Aún así, siguió corriendo, quería ver a Gian, no estaba convencida de que solo le queden horas de vida... O menos.

No era real.

Nada de esto era real. Solo un sueño, mañana despertará, rodeada por los brazos de Gian.

Gracias a las Lunas, el instituto no quedaba tan lejos del lugar donde sus padres residen. Pudo guiarse por el sonido de la gente, hasta llegar y ver a su madre destrozada. Sus gritos torturan el corazón estropeado de Ámbar. Le dolía ver a su madre así, y aunque fué una mala persona estos últimos días... Le dolió ver a su padre muerto. Jamás pensó que podía llegar a experimentar un dolor tan grande en su pecho, hasta que su vista se topó con la silueta del moreno.

Ella caminó sin darse cuenta, hasta llegar y quedar frente a Gian. Andrw se apartó, dando espacio a que le viera por última vez...

Su rostro era pálido, la sangre cubría todo su cuerpo desnudo. En su hombro y abdomen, aún estaba fresca. Sintió como su corazón fué arrancado y triturado. Más destrozada quedó, al ver lágrimas brotar de los ojos amarillos y casi sin vida del moreno.

Él tosió, dejando salir sangre. Cada movimiento, bombea sangre de sus heridas. Su respiración es defectuosa, sus ojos no estaban cuerdos.

-Mi amor...

-Ámbar... Yo...-tosió y se quejó-yo, te...

La chica tomó el rostro del moreno, acarició sus labios y limpió toda la sangre que pudo.

-No te esfuerces-juntó sus frentes-. Prométeme que no vas a morir-reprimió un grito, sin dejar de llorar.

-Ámbar, yo...-su mano fué y tocó el rostro de la chica. Tragó y sonrió débilmente-No quería morir... Sin decir, que...

-No vas a morir Gian-lo abrazó-. Quédate conmigo.

-Te amo-logró decir, luchando por mantenerse cuerdo.

La palabras sorprendieron a la castaña. Se separó para verle el rostro, secó las lágrimas que salían del chico.

-Tambien te amo Gian-lo besó, pero al estar tan débil, solo ella pudo mantener el beso.

-¡NOOOO!-un grito ronco y quebrado se escuchó.

Todos observaron al hombre, de cabello negro y ojos amarillos.

El Celo de Una Luna(Disponible En Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora