09: Dudas.

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La realidad golpeó a Ámbar como un valde de agua fría... ¿Qué había hecho?, ¿porqué lo hizo...?

De pronto algo de miedo y arrepentimiento se apoderaron de ella, pensar en que había decepcionado a sus padres la hacía sentirse culpable; culpable por no poder ser lo suficientemente digna como para cumplir con los planes de su familia.

—¿Por qué lo hice?—estaba estoica y confundida.

Su cuerpo se había petrificado con el celular en la mano, pero aún así... Ámbar no se arrepentida. No sabía por qué pero no había arrepentimiento en ella, estaba de alguna manera extrañamente felíz.

Las imágenes del moreno moviéndose contra ella abarcaron su mente, se dió cuenta de que estaba confundida por el inmenso huracán de emociones que había dentro de ella; más estaba segura, de que haber compartido con Gian su primera vez... Fué lo mejor que pudo hacer en su vida.

Se sentó sobre la cama, a pensar en todos los chicos con los cuales había tenido un noviazgo, pero nadie la hizo sentir de la misma manera que Gian con un simple beso... Pero de nuevo, el impulso de odiarlo nació... era tan estúpido y poco hombre, que después de haber estado con ella no dijo nada. Solo la ignoró, como si ella fuese un fantasma o algo así.

Se levantó de la cama e iba a depositar el celular en la cómoda... Lo pensó y decidió que no podía llevar esto sola.

Ámbar tomó el celular en sus manos, revisó el buzón de llamadas y estaban registradas como perdidas las de su prima Mila.

Y de nuevo, no podía dejar de pensar en Gian, sus miradas oscura y carente de vida, sus manos acariciado cada parte de su cuerpo, sus labios... Y de nuevo, su cuerpo reaccionó.

La idea de que Gian y ella tuvieran una oportunidad creció en su mente, desatando posibles momento en el futuro donde ella y Gian eran felices. Pero luego la realidad la golpeaba, era extraño sentirse así.

Ámbar lo había aceptado, ella gustaba de Gian, pero él... ¿Pensaba lo mismo?, ¿se sentía igual?.

Después de haber salido de todos sus pensamientos, dejar a un lado todo lo que había... No podía creerlo, se había masturbado solo por Gian. ¿Así de extraño es sentirse atraído por alguien?.

Necesitaba desahogarse, no podía con todo esto ella sola.

Marcó el número de Mila...

—Aló—la alegre voz de Mila sonó del otro lado.

—Hola cómo estás—se sentó en uno de los puff.

—Te estuve llamando pero no contestabas—exhaló—, pensé que estabas ocupada o algo.

Ámbar jugó con uno de sus mechones de cabello.

—Estoy bien—cruzó sus piernas—, tengo algo que contarte—dijo nerviosa.

Hubo silencio del otro lado.

—¿Segura que estás bien Ámbar?—la nota preocupada en Mila.

—No soy virgen...—soltó.

Se levantó y se acercó a la cama, su prima permaneció en silencio.

—¿Has escuchado?—preguntó al no recibir respuesta—, Mila.

—¡¿Qué?!—gritó Mila—. Ámbar, ¿Cómo pasó?—la nota de emoción—¿Cómo es?, ¿dónde fué?... ¡Cuéntame!.

Ámbar río como estúpida y se sentó. Hablar de esto con su prima la iba a ayudar a olvidar, todas esas emociones negativas.

—¿Recuerdas que mamá dijo que iba a traer a mi primo?—la chica del otro lado afirmó—. Bueno, se llama Gian y fué con él—el aire faltó en sus pulmones por la confesión.

El Celo de Una Luna(Disponible En Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora