04: Primera vez(+18).

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Los dedos de Ámbar apretaron con fuerza las sábanas de su cama, cuando Gian entró por segunda vez en ella. El dolor golpeó su zona, paro también las ganas y esa insaciable sed de aparearse estaban apoderados de su cuerpo. Cuando Gian entró por completo logró llegar a esa zona que pedía ser estimulada, haciendo que Ámbar derramará unas pocas lágrimas por el dolor causado por Gian, pero éste era opacado por el placer y el deseo.

Ámbar mordió las sábanas y omitió un gemido cuando Gian salió y entró por tercera vez, él gruñía y jadeaba, sus manos acariciaban la suave espalda de Ámbar, hasta detenerse en su cintura. Ahí ya no pudo controlarse, empezó a embestir de manera salvaje el cuerpo de Ámbar. Ella sentía la satisfacción, pero la falta de bondad en los movimientos de Gian la hacían chillar de dolor.

—Se más gentil—dijo antes de que otra embestida chocará con ella y un gemido junto a un lloriqueo salieran de sus labios.

Gian se detuvo, se montó sobre la espalda de Ámbar y buscó su rostro para besarla.

—Lo siento...—susurró con voz ronca y cortada. Estaba tan excitado, que por un momento olvidó que la chica era virgen.

Sus cuerpos se amoldan a la más pura perfección, Gian tomó una mano de Ámbar y con la otra se afincó del colchón para no dejar caer su peso sobre la chica. Empezó a moverse lentamente, saliendo y entrando de la humedad de Ámbar la cual arropaba con fuerza su pene, con cada estocada Gian robaba el aliento de Ámbar, haciendo que su rostro de piel blanca se volvieron más rojo de lo normal y que sus pecas fueran casi imperceptibles.

Los movimientos sensuales y lentos de Gian, eran como una montaña rusa para Ámbar. Sus manos apretando las sábanas y su boca mordiendo una almohada para ahogar sus quejidos. Cada estocada que Gian daba dentro de Ámbar, estimulaba lo más profundo de la intimidad de la chica, tanto que no tardó en correrse, esta vez con el pene de Gian dentro. Gian se movió aún más lento, hasta que se detuvo para que Ámbar recuperara el aliento, por estar en Celo, Ámbar se venía mucho más rápido de lo normal y su exitación era aún más inmensa con cada orgasmo.

Gian salió de ella, le pidió que se diera la vuelta y Ámbar se giró sobre su cuerpo hasta quedar boca arriba. El fluido vaginal corría entre los muslos de Ámbar, junto hilos rojizos. El pene de Gian también estaba empapado de esos fluidos, Ámbar detuvo la mirada sobre el venoso miembro de Gian y se dió cuánta de algo.

—¿Porqué no te has venido?—se mordió el labio para contener las ganas de tomarlo entre sus manos y tragarselo.

Gian se acomodó en su entrada y esta vez sin mucho esfuerzo la penetró. La pregunta de Ámbar fue ahogada por la imponente silueta de Gian sobre ella. Ámbar soltó un gemido de placer, Gian se posó sobre ella y la beso lentamente, descubriendo una explosión colosal dentro de él, nunca se había sentido así con alguien. Sus manos acariciando el rostro de la castaña, mientras empezaba a moverse dentro de ella. Las uñas de Ámbar rasgaron la piel de Gian, él bajó a chupar, lamer y morder sus senos.

Empezó a embestir el cuerpo de Ámbar con más fiereza, sin una pizca de cuidado, de nuevo perdió el control de sí mismo. Por cada embestida Ámbar soltaba chillidos y enredaba sus dedos en el cabello de Gian y él lamía y besaba su cuello, clavículas y pezones. El sonido emitido por los dos cuerpos hacía eco en la habitación, la manera en que la humedad de Ámbar envolvió su pene, sus uñas rasgando sus hombros, sus quejidos y ahora empezaba a mover las caderas contra él... Gian hundió la cara en la almohada al lado del rostro de Ámbar, la envolvió en sus brazos y se hundió lo más que pudo en el delicado cuerpo de la chica debajo de él, sintiendo ese cosquilleo en todo el cuerpo.

 Gian hundió la cara en la almohada al lado del rostro de Ámbar, la envolvió en sus brazos y se hundió lo más que pudo en el delicado cuerpo de la chica debajo de él, sintiendo ese cosquilleo en todo el cuerpo

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El orgasmo azotó el cuerpo de Gian con sacudidas, se corrió como nunca antes y solo quería seguir penetrando a Ámbar una y otra maldita vez. Junto a sus últimos movimientos la chica debajo de él tembló mientras gemía, alcanzando el climax. Gian se detuvo y alzó su mirada para ver el rostro rojizo de la castaña, sus hermosos pechos subían y bajaban de manera descontrolada, luego vió esos carnosos labios y los besó, los besó como nunca antes había besado a nadie. Saboreó la embriagante boca de Ámbar y se dejó envolver por el olor a pino y flores de la chica, cada vez se le hacía más difícil resistirse a esta chica, cade vez era más difícil no besarla y deleitarse con ella.

Y ahora... ¿Qué diría?...

No pensaría en eso ahora.

Luego separó sus labios, dejando los de Ámbar hinchados y sin aliento, salió del cuerpo de la chica y admiró su hermosa intimidad que ahora estaba un poco hinchada y rojiza. Tragó saliva y topó su mirada con los ojos miel de Ámbar.

—¿Quieres un poco de agua?—inquirió con el aliento entre cortado.

Ámbar se estrujó sobre las sábanas y asintió con una sonrisa.

—Sí, pero yo la voy a buscar ¿está bien?—pronunció la castaña.

Cómo siempre, Gian no respondió. Ámbar se levantó y entró primero al baño, se vió al espejo y no podía creer todo lo que habia pasado esa noche. Tomó una toalla, la humedeció y se limpia los muslos. Cogió una tanga y se la puso para salir e ir por el agua para ella y para Gian. Ya después se bañaría...

Cuando salió Gian se había desecho del preservativo y estaba sentado aún desnudo tomando un vaso de agua. Ámbar abrió la nevera y sacó una jarra de agua, porque en verdad sentía que estaba deshidratada. Sació su sed, guardó la jarra y se dirigió hacia Gian.

—Eso...—dejó salir aire por su boca—. Fué increíble.

Pensó que era lo único que podía decir, pero en realidad quería seguir, sus ganas estaban casi igual que cuando comenzaron. ¿Y si Gian ya estaba satisfecho?, ¿Y si él no la satisfacía quién lo iba hacer?.

—Aún puedo percibir tu Celo Ámbar—volvió a su habitual tono neutro—. Y eso me tiene jodido.

Miró el rostro de Ámbar y ella se sonrojó por el comentario. Esa orquesta que repicaba en su estómago volvió a sonar con más fuerza, esa corriente que hacía que no se pudiera controlar volvió a su cuerpo y esta vez con un impulso que ya no iba a contener. Ámbar ejerció fuerza en el pecho firme de Gian, hasta que quedó tumbado de espaldas en la cama.

Besó los labios del moreno, luego su cuello y se dejó llevar por su instinto de hembra en Celo. Chupó y mordió el pecho de Gian, bajó hasta llegar a su ombligo y tomó el pene venoso y duro de Gian con una de sus manos y lo empezó masturbar.

Otro cap corregido(si vez algo por ahí me dices xfa🤗).
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Gracias por leerme🌹

El Celo de Una Luna(Disponible En Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora